Scrip dividend: la retribución al inversor de moda en España


¿En metálico o en acciones? Si inviertes en bolsa, especialmente en el mercado español, llegará un momento en el que tendrás que hacerte esta pregunta a la hora de cobrar el dividendo. Y es que el scrip dividend se ha convertido en una de las fórmulas preferidas por parte de las empresas cotizadas.

Hace ya bastante tiempo que buena parte del Ibex 35 y de las principales compañías que cotizan en el índice entregan sus dividendos con lo que se conoce también como dividendo flexible. ¿En qué consiste y cuáles son sus fortalezas?

La definición y el funcionamiento del scrip dividend

En el ámbito de las bolsas no solo se puede ganar dinero cuando una acción sube. Una de las alternativas es la de invertir en dividendos.

Estos no son más que retribuciones por parte de las compañías cotizadas a sus inversores por los beneficios que han generado durante todo un año. Es una forma de generar unos ingresos extra al apostar a largo plazo por un valor determinado.

Cada vez hay más compañías, y el mercado español es ejemplo de ello, que se decantan por el conocido como scrip dividend. ¿En qué consiste y por qué cada vez hay más empresas que se decantan por esta fórmula para retribuir a sus inversores?

En primer lugar, el dividendo en scrip es una fórmula por la que las empresas reparten acciones en lugar de entregar dinero en metálico. Para hacerlo, la compañía puede ampliar capital para crear esos nuevos títulos o utilizar acciones que autocartera.

¿Y de qué manera funcionan los scrip dividend? La mecánica del dividendo flexible no es complicada, aunque sí diferente a la de los dividendos tradicionales.

Cada accionista recibe un derecho de suscripción por cada una de sus acciones. Como su propio nombre indica, estos otorgan la posibilidad de adquirir las acciones que se entregarán como dividendo. El número de derechos necesarios para recibir una acción varía y es la empresa la que se encarga de fijar el canje.

Estos derechos de suscripción no se cambian de forma instantánea. Durante un tiempo cotizarán y se podrán comprar y vender como se haría una acción. Llegada la fecha de la entrega de dividendos, los derechos de suscripción se convertirán en acciones de la empresa.

Lo que diferencia al scrip dividend de los dividendos en metálico son las alternativas que tienes como inversor.

Las opciones de un inversor ante un 'scrip dividend'

Cuando una compañía anuncia la entrega del scrip dividend se produce una ampliación de capital, lo que da lugar a dos vías posibles para el accionista.

  • Acudir a la ampliación: la sociedad entrega a cada accionista unos derechos de suscripción por cada acción que tenga, lo que le permitirá acudir a la ampliación de capital y, por tanto, aumentar el número de acciones que tiene de la empresa.
  • Vender los derechos: así, tal y como suena.

Ante este supuesto, en muchas ocasiones las propias empresas otorgan dos alternativas para ello: vender los derechos a la propia entidad o hacerlo en bolsa.

A la hora de tomar la decisión, hay que tener en cuenta que si se escoge la primera opción se venderá a un precio fijado previamente por la compañía, pero de la segunda forma se hará al precio o la cotización que tenga en el mercado y que puede fluctuar.

También, se pueden vender los derechos de suscripción en el mercado. Esta es la segunda fórmula para cobrar el dividendo en metálico. Si crees que puedes obtener más por esos derechos en el mercado libre, puedes ponerlos a la venta al precio que estimes oportuno.

Y, por último, comprar derechos en el mercado. Igual que puedes vender tus derechos, puedes comprar los de otro, lo que a efectos prácticos es como comprar más acciones nuevas de la empresa o aumentar tu participación.

La ventaja frente a la adquirir una acción ordinaria es que las comisiones suelen ser menores.

¿Por qué está de moda esta fórmula de repartir dividendos?

Las empresas recurren al script dividend porque emitir nuevas acciones supone menos esfuerzo que el pago en metálico. Para la compañía es mejor generar nuevas acciones que pagar con dinero de caja. Además, el pago en acciones termina aumentando la capitalización de la empresa.

A esto se suma el hecho de que dar opciones al accionista más exigente siempre está bien visto.

Los ahorradores más defensivos desde hace mucho tiempo desarrollan una práctica que les ha sido útil. Inversiones con menor nivel de riesgo y apuesta por el cobro de dividendos como una manera de proteger su capital.

Sin embargo, la entrada en escena del script dividend, que permite la opción de recibirlo en efectivo o con la recepción de nuevas acciones de la compañía ha cambiado por completo la escena.

En el caso del dividendo en efectivo, a modo de ejemplo, si una empresa tiene una capitalización bursátil de 1.000 millones de euros y reparte un dividendo del 5% de su capitalización, debería de pasar a cotizar por 950 millones de euros. Es decir, se descuenta de su valor de mercado.

Según explican los expertos de Self Bank, una de las consecuencias económicas para los accionistas de una empresa que reparte dividendos es que se ven obligados “a pagar impuestos sobre esa cantidad de dinero que reciben”. Y es que hay que declarar el dinero recibido por dividendos en la declaración del IRPF.

A pesar de ello, muchos ahorradores ven con buenos ojos apostar en acciones que reparten dividendo ya que lo ven como una estrategia para recibir rentas de manera periódica.

El hecho de que pueda tener más o menos sentido económico varía, en gran medida, de si la compañía tiene la habilidad de gestionar y hacer que el capital sea más rentable para que al inversor le llegue en forma de retorno.

Generalmente, las firmas que optan por retribuir a sus accionistas con dividendos en efectivo son negocios consolidados donde no hay grandes opciones de crecimiento ni de que parte de ese beneficio se destine a reinvertir en su propio negocio. Un claro ejemplo serían las compañías eléctricas.

En cambio, un dividendo repartido en títulos representa un aumento del número de acciones de una empresa y el reparto de estas, proporcionalmente, a sus inversores.

Esta retribución no representa una salida de capital de la compañía. De esta manera, quizá sea un buen método cuando la empresa no dispone de liquidez en sus cuentas.

A modo de ejemplo, en el caso de que una compañía decida repartir un dividendo del 5%, aumentaría su número de acciones por un 5% (1 acción por cada 20).

En el supuesto de que hubiera un millón de acciones de la empresa, esto supondría emitir 50.000 acciones adicionales, pasando a existir 1.050.000 acciones. Dicho de otro modo, cada accionista recibiría 5 acciones por cada 100 que poseyera.

La creciente apuesta por el 'scrip dividend' y sus ventajas

La pregunta es: ¿cuál es la razón por la que las empresas que cotizan en bolsa se decantan por esta estrategia? En primer lugar, porque el scrip dividend les supone menos esfuerzo financiero que desembolsar una cantidad periódica a sus accionistas. Además, si se incrementa capital mejora la capitalización de la compañía.

No obstante, es una práctica que no está exenta de polémicas, ya que muchos analistas y expertos de toda índole han señalado que esto no es un pago, sino que se trata de un recurso por parte de una compañía para financiarse mediante la captación de recursos de sus accionistas o captando a otros nuevos inversores.

De este modo, normalmente este método se emplea en épocas de crisis, como se vio en España a partir de la década del 2010, debido a que muchas empresas no tienen una situación de caja muy positiva.

Habitualmente lo que las compañías hacen es ofrecer la posibilidad a sus inversores de decantarse por un tipo u otro de pago. Por eso es conveniente conocer cuáles son las ventajas y desventajas del scrip dividend para un inversor minorista.

Su principal ventaja, siguiendo este hilo, su tributación. Los accionistas que optan por el scrip dividend deben tener en cuenta que, hasta que no vendan las nuevas acciones, estas no tributarán en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), al igual que ocurre en otras ocasiones al adquirir nuevas acciones de una compañía.

En este caso, la tributación queda aplazada hasta que se lleve a cabo la transacción. Sin embargo, cuando se recibe el dividendo en efectivo sí que se incluye en la declaración del IRPF.

Asimismo, esta técnica permite a los pequeños inversores ampliar su participación en el capital de una compañía sin desembolsar un euro, ya que son acciones que se reciben completamente gratis.

Como contrapartida el scrip dividend también conlleva una serie de inconvenientes, pues muchas veces tira del precio de la acción hacia abajo, lo que supone que nuestras acciones tengan menos valor.

Por consiguiente, en este caso los expertos aconsejan recibir las nuevas acciones y venderlas de inmediato, para así sacar la máxima rentabilidad que se pueda antes de que el precio descienda en mayor medida.

Por consiguiente, este método de retribución viene bien cuando no se quiere tributar por el dividendo, ya que no exige carga fiscal. Pero el inversor debe saber que el mercado puede reaccionar a la baja ante una operación de este tipo.

Cómo es mejor gestionar los dividendos para el ahorrador

Una vez que conocemos los dos conceptos la clave es intentar adivinar qué nos puede compensar más como inversores. Según José Luis Cárpatos, director de inversiones de Gloversia Eafi, lo mejor es optar por la vía del “dividendo en efectivo”, puesto que más vale asegurarse del cobro.

Principalmente, porque la retribución en cash está garantizada y entra en cuenta, mientras que la recepción de acciones nuevas supone que tengas que arriesgarte a que la empresa evolucione favorablemente durante los próximos trimestres.

Es cierto que se puede ganar más dinero en el largo plazo, pero, según asegura Antonio Castelo, responsable de renta variable de iBroker, más vale tener “pájaro en mano” y quedarte con el efectivo que se te asegura. Un efectivo que, incluso, puedes destinar “a realizar otro tipo de inversiones”.

Con todo, aunque el reparto en forma de acciones permite mayor flexibilidad para decidir entre disponer del efectivo y pagar el peaje fiscal, o mantener el dinero en la empresa, cada inversor sigue su propia estrategia y tiene diferentes circunstancias fiscales que influyen a la hora de seleccionar empresas y método de inversión.

Tal y como explican los expertos de Self Bank, el buen hacer de la directiva de una empresa hará que los accionistas a largo plazo obtengan buenos resultados pero, a veces, “las empresas persiguen estrategias que no dan frutos e invierten con malos resultados”. En esos casos, haber mantenido las acciones en lugar de recibir el dinero en efectivo, exponen, “habrá resultado una mala inversión”.

Por eso resulta bastante importante realizar “una buena selección de activos junto con una buena diversificación son factores fundamentales a la hora de diseñar nuestra estrategia de inversión”.

Las valoraciones vertidas por nuestros expertos son opiniones de carácter particular y no representan una recomendación de inversión concreta. Para maximizar los beneficios de tu capital consulta con un especialista para que te asesore conforme a tus necesidades.