Videojuegos como formación en empresas: el auge de la gamificación


Que jugar a videojuegos sea parte de tu trabajo puede sonar extraño, pero no lo es. Divertirte mientras te pagan ocurre con más frecuencia de lo que crees y en empresas que nada tienen que ver con el sector del gaming. Y es que utilizar juegos y aventuras gráficas para dar formaciones en las empresas es una tendencia cada vez más presente en las compañías, una práctica que comenzó su andadura hace unos diez años.

Está demostrado que aprender jugando ayuda a que los trabajadores se impliquen y motiven más con los contenidos y que, por tanto, éstos se asimilen mejor. ¡Cómo nos habría gustado que todo esto se hubiese sabido cuando íbamos al colegio!

El concepto de gamificación nos habla de la técnica mediante la cual trasladamos las mecánicas de los juegos al terreno educativo a nivel profesional. Es decir, que los contenidos que se tienen que ofrecer a los empleados para que aprendan nuevos hábitos o sigan unas pautas de actuación se presentan como si fuesen un juego. ¡Parece divertido! Y dentro del amplio mundo de la gamificación, una de las herramientas más destacadas es la de los videojuegos.

Y es que hay que tener en cuenta la realidad en la que vivimos. Por una parte, cada vez estamos más sumergidos en el entorno digital. Por tanto, las empresas no han podido vivir de espaldas a este hecho y han tenido que adaptarse a las exigencias reales que se presentan. A esto hay que añadir algo más importante si cabe: el relevo generacional que ya se está incorporado al mundo laboral es nativo digital. Si nos pasamos el día pegados al móvil, ¿por qué no utilizarlo para aprender cosas nuevas?

Estamos ante la integración de trabajadores que son videojugadores desde su infancia y cuya manera de procesar informaciones y estructurar conocimientos está basada, en parte, en la cultura del videojuego. Es evidente, entonces, que las técnicas formativas que se empleen en las compañías deberán adaptarse a un lenguaje de los conocidos como Serious Games.

Quienes fueron visionarios en este aspecto en nuestro país fueron los creadores de TAK Learning, una empresa nacida en San Sebastián hace diez años que ya proponía el diseño de módulos formativos online que combinasen pedagogía, tecnología y creatividad. No sabían lo que estaba por llegar...

Con intención de agilizar las formaciones de empresas que tradicionalmente han empleado métodos académicos (y más aburridos) para transmitir conocimientos, estos pioneros apostaron por unas acciones de aprendizaje más motivantes y atractivas materializadas, en muchos casos, en videojuegos. Desde TAK Learning ofrecen servicios de formación en procesos industriales o prevención de riesgos laborales con una metodología adaptada a las situaciones reales del entorno laboral en cada caso. Es decir, que te ponen en una situación que podría darse en la realidad y tú, como jugador, la debes resolver.

Navieros, el curso para aprender a negociar

Este escenario ha hecho que la mayoría de las grandes empresas opten por los videojuegos como recurso formativo. McDonald’s, Johnson & Johnson, Royal Philips Electronics o Kellogg’s son algunos de los ejemplos que encontramos. En el caso de la compañía de cereales, es sabido que utilizó hace unos años una aventura gráfica para trabajar la negociación y resolución de conflictos. Se trata del juego Navieros de Gamelearn, un curso que nos sitúa en la Venecia del siglo XV. ¿A qué suena atractivo?


Este simulador de negociación y resolución de conflictos permite que el alumno se transforme en el personaje protagonista, Carlo Vecchio, un muchacho que aspira a convertirse en el mejor mercader de la época. El participante tendrá la oportunidad de conocer a Leonardo Da Vinci, de charlar con Machiavelo y de relacionarse con personajes de peso de la Venecia medieval. Con los conocimientos que vaya adquiriendo a través de juego la persona no solo mejorará sus capacidades de negociación sino de liderazgo, comunicación y resolución de problemas. Y además, se habrá divertido durante todo el proceso.


Qué hace que los videojuegos tengan éxito en formación

La experiencia como jugador de videojuego es, ya de por sí, entretenida. Ese es uno de los puntos clave que hacen que los serious games sean una estrategia formativa más que buena para las compañías. A continuación, te explicamos algunas de las características que hacen que aprender con un videojuego sea un recurso tan válido:

Inmersión

Se presenta un escenario ficticio con el que el alumno puede interactuar de forma virtual. Las imágenes y los personajes hacen que su vinculación con la historia que va a vivir sea más real, con lo que se logra captar su atención en mayor medida.

Motivación

El alumno se sumerge en una aventura donde debe llegar a un objetivo. Tendrá que superar retos y descifrar pistas para conseguirlo, algo que constituye el motor de su motivación.

Recompensas

Es importante que los logros que vaya consiguiendo el participante se vean recompensados con premios, puntos, galardones o medallas.

Flexibilidad y accesibilidad

Se puede jugar desde cualquier dispositivo y en cualquier lugar.

Y es que “Un videojuego se escapa de lo tradicional. Todos estamos cansados de la típica formación de empresa basada en textos”, afirma Cesc Garriga, Chief Learning Officer en Prevencontrol, consultoría especializada en seguridad y salud en el trabajo.

La gamificación engancha porque utiliza técnicas y dinámicas de jugabilidad en entornos no lúdicos, pero lo más importante de todo es lo siguiente: que se usa para cambiar el comportamiento de los usuarios”, añade.

Está demostrado que aprender divirtiéndose hace que se retenga mayor información. “Entras en un estado de concentración y divertimento porque hay unos objetivos muy bien definidos desde el principio y unas técnicas que usar para llegar a los objetivos. En el entorno actual, con tanta intoxicación informativa, se agradece la aplicación de este tipo de recursos formativos, nos cuenta el experto.

Un momento. ¿Son los videojuegos igual de efectivos para todas las edades? Cesc Garriga tiene una respuesta clara: “Esta metodología sirve tanto para trabajadores milennials como para los que son seniors. No obstante, he podido comprobar que la gente de 40 años hacia arriba se muestra más emocionada ante estas propuestas porque no están tan acostumbrados.

Además, los juegos que suelen aparecer en Facebook o los del estilo de Candy Crush han ayudado a que se familiaricen mucho con las mecánicas de juego, con lo que la dificultad que se nos planteaba hace unos años cuando cogían el mando de una consola o un dispositivo tecnológico ha desaparecido”.

La teoría es muy bonita pero la realidad es otra. Elaborar un videojuego a medida para impartir una formación requiere de una gran inversión económica que no todas las empresas están dispuestas a pagar. “Lo más importante a la hora de diseñar un recurso de este tipo es saber qué objetivo tiene la compañía con él y cuáles son los contenidos específicos que incluir. Cuanto más definido, más efectivo”, admite Garriga.

Como ya hemos dicho antes, la gamificación ayuda, sobre todo, a modificar comportamientos. Por tanto, los juegos y videojuegos creados para ser aplicados en procesos de producción son realmente efectivos y resulta mucho más fácil para la compañía detectar si han sido útiles o no. Prevecontrol, la empresa donde trabaja Cesc Garriga, diseñó con éxito una aplicación para McDonald’s cuyo objetivo era incidir, precisamente, en los procesos de producción.