Todo lo que debes saber de la mochila austriaca


Actualmente estamos ante un escenario laboral cambiante debido a la irrupción de diferentes factores, como es el crecimiento de la sociedad, la penetración de las nuevas tecnologías en el ámbito profesional y personal o el desarrollo de nuevas formas de trabajar y la aparición de nuevos puestos de empleo y profesiones. En definitiva, los individuos tienen otro tipo de intereses diferentes a los que tenían sus padres que afectan directamente a la economía. Por tanto, si el modelo de vida está evolucionando, la manera de trabajar también debería avanzar acorde al sistema del ritmo de vida y necesidades actuales.

Las reformas laborales que se plantean para paliar los posibles factores que se hayan quedado obsoletos, siguen estudiando la mejor forma de agradar tanto a las empresas como a los asalariados. Entre todos, uno de los sistemas que mejor ha funcionado en los últimos años es el modelo austriaco.

Gracias a este modelo y a todo el cambio de mentalidad que trae consigo, pasaríamos de un sistema tradicional de empleo en el que primaba la estabilidad laboral -o permanecer toda la vida en un mismo puesto de trabajo- a uno que busca un mercado flexible que beneficie a la economía basándose en la productividad y en la competitividad. Eso sí, sin descuidar los derechos del trabajador que es el centro del sistema.

chica teletrabajando desde su casa homeoffice

¿Qué es la mochila austriaca?

La mochila austriaca es un fondo de capitalización individual por despido. Las empresas aportan una determinada cantidad de dinero cada mes a los trabajadores y éstos van acumulando el importe que se puede recuperar si el empleado es destituido.

La cuantía que la organización proporciona es del 1,53% del salario bruto anual y va destinado a una cuenta gestionada por una caja que invierte el dinero con el fin de obtener más rendimiento. A pesar de esto, el riesgo es inexistente debido a que el Estado se compromete a que, cuando el empleado lo necesite, el importe que se pueda recuperar sea del 100%.

Se le denomina ‘mochila’ porque va a ir siempre con el trabajador. En el caso de que este sea destituido, el dinero que hay en este fondo será su indemnización -sin contar con la prestación que se recibe por desempleo-. Si es el propio empleado quien decide cambiar de empresa, se lleva su mochila y será la nueva compañía la que aporte el capital. También, puede ocurrir que a la hora de jubilación la mochila siga intacta. En ese caso es posible recuperar el dinero como si fuese un fondo de pensiones para el usuario. Por último, si la persona falleciese, el capital de la mochila se heredaría.

La mochila austriaca en cifras

El modelo austriaco ha supuesto un ejemplo para el mundo debido a los grandes resultados que ha obtenido en la economía del país desde su implementación en 2003. Fue producto de un consenso entre partidos políticos y la consiguiente puesta en marcha de una reforma laboral que afectó a todas las empresas de Austria.

El objetivo de la reforma era aumentar la flexibilidad del mercado laboral, así como ofrecer a los trabajadores una indemnización individual y creciente en el momento del despido.

Las cifras demuestran que este modelo funciona ya que el país cuenta con una tasa de paro del 4,8%. Además, los contratos temporales de trabajo son casi inexistentes: un 9,2%. En el caso de comparar estas cifras con España, nos encontramos que en nuestro país hay un 15% de tasa de desempleo y un 23% de los contratos son de duración definida -el número más alto de Europa-.

¿Cuál es la repercusión en las empresas?

La mochila austriaca beneficia a las empresas en cuanto a que la temporalidad de los empleos desciende y, por tanto, es más fácil fidelizar a los empleados, que se integren en la compañía y al final sean más productivos.

A cambio, las organizaciones deben asumir un aumento de los costes laborales que corresponden al importe del 1,53% que se añade a la cuenta de la mochila.

Por otro lado, este sistema facilita económicamente los despidos, ya que las compañías no tienen que responsabilizarse de altas cuantías monetarias en el momento en que se prescinde de un trabajador, ya que han estado aportando el dinero paulatinamente en el fondo de capitalización. Este punto beneficia al trabajo de cada uno de los empleados ya que se destituye a aquellos que no cumplen con los estándares de calidad, independientemente de su antigüedad. Y es que, hasta el momento, existían empresas en las que cuando había que despedir a un miembro del equipo, se decantaban por el que menos tiempo llevaba contratado debido a que la cuantía para indemnizarla era inferior.

trabajadores en la oficina

Ventajas de la mochila austriaca

Este sistema cuenta con beneficios para la empresa, para el trabajador y para el Estado, ya que reduce el desempleo y los contratos temporales, como ya hemos podido observar gracias a los datos. Pero ¿cómo contribuye exactamente este modelo?

Se incentiva la contratación

Y es que debido a la anulación de los gastos de contratación -como pueden ser los impuestos que se pagan por desempleo-, se eliminan las barreras que puede suponer una nueva alta en la empresa. De esta manera, los propietarios no tendrán que plantearse dichos costes para ampliar la plantilla.

Descenso de la temporalidad de los contratos

El sistema también ha supuesto la implantación del contrato único en Austria, lo que implica que los trabajadores son indefinidos desde el primer día que entran en la organización. Es cierto que siguen existiendo aquellos que son temporales, pero son para circunstancias muy específicas que la empresa debe justificar. Los empleados fijos suelen ganar un 15% más, de media, que los provisionales. También beneficia al vínculo que se crea entre el trabajador y la compañía debido a que a ambos les interesa que su relación sea fructífera.

Las indemnizaciones son ilimitadas

Nuestro modelo laboral dictamina que la compensación que recibe un trabajador que es despedido es de 20 días de salario por cada año que ha trabajado, siempre y cuando sea procedente y el límite para recibirlo son 12 meses. En el caso de que sea improcedente, el importe corresponderá a 33 días de salario por cada año trabajado y el tiempo en que puedes recibir a compensación son 24 meses. Gracias a la mochila austriaca estos límites no existen y la indemnización será mayor según avance la vida laboral de cada empleado.

Favorece la productividad

Este método aumenta la motivación para realizar mejor cualquier actividad profesional, ya que realmente permanecen en la empresa aquellas personas que desempeñan correctamente sus tareas y obtienen buenos resultados. Por ende, la productividad va a ser mayor y esto va a afectar directamente a la facturación de la compañía.

El mercado laboral es más flexible

Las personas se encuentran ante un escenario que fomenta la movilidad entre empresas ya que, si el trabajador decide cambiar de compañía, todo el capital que ha agrupado le acompaña en su trayectoria profesional. De tal forma que no debe preocuparse por perder ningún derecho adquirido de antigüedad o de cualquier otro ámbito que le penalice si se marcha.

Facilita el ahorro

A fin de cuentas, el importe que se obtiene mensualmente gracias a este sistema se queda en una cuenta hasta que el usuario decida recuperarlo, ya sea en el momento del despido o durante la jubilación. Puede verse como un método de ahorro, ya que en definitiva es una hucha a la que puedes acceder en ciertas ocasiones.

La propuesta en España

En los últimos meses se está planteando este modelo como una alternativa al sistema laboral que existe en nuestro país. De hecho, el pasado mes de febrero el Gobierno contempló dentro de la ‘Agenda del Cambio’ incluir esta medida para alcanzar un mercado laboral eficiente y justo como parte de las reformas estructurales que afectan al Ministerio de Economía.

Se ha previsto una activación de manera gradual en el año 2020, ya que habría que crear la estructura de cuentas de capitalización. Queda claro que el actual Gobierno ya está poniendo las medidas para que sea un hecho en España. Por su parte, los partidos políticos de la oposición también apoyan esta propuesta debido a sus claros beneficios para el país.

Se trata de una solución que debe estar consensuada entre los principales partidos ya que debe ser una medida a largo plazo, debido a todo el despliegue que debe hacerse por parte del Estado, de las empresas y de la Seguridad Social. Está planeado que para realizar la implantación paulatinamente se empiece por el sector de la banca ya que la mayoría de los empleados de este grupo cuentan con planes de pensiones que pueden ir destinados a la mochila austriaca.

Precedentes en nuestro país

El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero propuso implementar la mochila austriaca en 2010. Sin embargo, no fue factible debido a que no se contaban con suficientes recursos para hacerlo y tampoco se concretó quién iba a hacerse cargo financieramente de esta medida. Se creó un organismo: el Fondo de Garantía Salarial (Fogasa) que pagaría 8 días de salario por año (de los 22 correspondientes) y el importe restante correría a cargo de la empresa. Sin embargo, fue un fracaso ya que la comisión de expertos que se designó para estudiar este sistema decretó que era necesaria una reforma estructural del sistema de contribuciones empresariales y que sin ello, no sería posible su funcionamiento.

Por su parte, los sindicatos se opusieron a la mochila austriaca debido a que consideraban que no beneficiaba al trabajador.

La financiación de este sistema

En Austria los fondos de capitalización están propiciados por la empresa, que es quien aporta mensualmente la cantidad correspondiente al 1,53% del salario bruto anual. Sin embargo, a la hora de implantar en otros países el sistema se pueden contemplar tres opciones de financiación:

Trabajador

Si es el trabajador el que realice su propia mochila austriaca, tendrá como consecuencia una bajada del salario que entra en su cuenta corriente de forma mensual. Sería una especie de cuenta de ahorro, pero impuesta por el sistema, lo que sería bastante impopular entre los empleados.

Empresa

En el caso de ser la compañía la que dote de capital la cuenta, puede significar un aumento de costes laborales. En nuestro país, estos gastos ya son elevados y esta medida puede suponer que las organizaciones decidan frenar el ritmo de contratación y descienda la cuantía de los salarios.

Estado

Por último, el país también podría hacerse cargo de esta tasa descontando una parte de las cotizaciones sociales para cuentas individuales. Esto afectaría a la Seguridad Social, pero si tenemos en cuenta que esta entidad no tendría que hacerse cargo del coste por desempleo, quizá sea la mejor opción.

La mochila austriaca ha sido todo un éxito en el país de origen. Sin embargo, cada Estado cuenta con unas circunstancias particulares que condicionan su implantación. En España aún se está analizando de qué forma será más beneficiosa para las organizaciones, para los trabajadores y para la propia nación. Pronto sabremos cómo va a afectar al tejido empresarial español.