Emprender desde tu casa es posible


Aunque la transformación digital ha posibilitado la aparición de numerosas herramientas y metodologías sustentadas en la conectividad y la nube, la mayoría de las empresas españolas no se acogían al teletrabajo. Culturas anquilosadas, un presentismo intrínseco a las costumbres nacionales, y otros factores socioeconómicos, propiciaron que, de acuerdo con la última EPA del Instituto Nacional de Estadística, solo un 4,3% de los trabajadores se acogieran a esta modalidad laboral en la mitad de sus jornadas totales de 2019. Para los autónomos el reto es distinto, y emprender desde casa se presenta en muchos casos como la solución más rentable y competitiva.

En España el número de emprendedores no deja de crecer. La crisis supuso un importante varapalo para la actividad empresarial de nuestro país, pero con el paso de los años las cifras han ido mejorando; de un 5,2% en 2016 a un 6,4% en 2019. La tasa de emprendimiento ya está casi al nivel previo a la recesión, de acuerdo con el informe Global Entrepreneurship Monitor 2018-2019. Y muchos de estos autónomos son considerados freelance; trabajadores por cuenta ajena que prestan servicios a distintas empresas de forma puntual, por encargos.

El crecimiento de este tipo de trabajador es similar al del autónomo. Según los últimos datos arrojados por el Foro Europeo de Profesionales Independientes (FEPI), en España hay 700.000 freelance. Es decir, un 40% más que hace 8 años. Trabajadores que, además, se sienten orgullosos de serlo, y que escogen esa salida por elección voluntaria (84%). Son las ideas de libertad, flexibilidad y conciliación, las que estimulan una expansión atravesada directamente con el mismo concepto de emprendimiento casero. Pero más allá, en el caso de empresarios que inician proyecto, esta solución ofrece grandes ventajas a nivel de recursos e incluso productividad durante los primeros pasos de la actividad.

De seguir así esta tendencia, en unos años podrían llegar a superar al número de trabajadores por cuenta ajena, lo que supondría un impacto y unos cambios estructurales demasiado importantes en las empresas, en la economía e incluso en la sociedad”. Gonzalo Torres, Country Manager de Malt España, asegura también que “existen algunas profesiones clave, las relacionadas con la tecnología y los datos, pero también aquellas en las que las personas, su empatía y sus habilidades son fundamentales”. El acto de emprender desde casa, por tanto, estaría ligado a la revolución tecnológica, pero no sería dependiente de esta.

Los ingredientes de la fórmula

Lanzarse a la creación de un negocio desde el hogar no viene acompañado de ningún requerimiento ni imposición legal, pero sí existen ciertos factores que indican mayores posibilidades de llevarlo a cabo. Rasgos comunes que comparten los emprendedores en España, y que sugieren motivos vitales asociados a la propia actividad emprendedora. Según el Mapa del Emprendimiento de Spain Startup, el perfil de este tipo de trabajador en nuestro país es el de un hombre (el 71% lo son) universitario (92%) con 32 años media.

Eso sí, el 54% del total emprende ya con algo de experiencia en la cuestión. Esta última variable reduce el porcentaje de fracaso del 45% al 16%, y aunque no es habitual encontrarla en jóvenes, la eleva incidencia de fiasco en estas aventuras empresariales desmonta la lógica previa. Ahora bien, ¿qué es lo que impulsa realmente el emprendimiento desde casa? De acuerdo con el Informe GEM, 7 de cada 10 se lanzan al detectar una oportunidad de negocio, mientras que el 23% lo hace por falta de oportunidades laborales.

La población joven suele estar menos condicionada por cargas familiares, hipotecas y otros bienes inmuebles que impiden la movilidad. Todo ello permite la flexibilidad necesaria para convertir el hogar en la sede de operaciones de un negocio. Una persona joven está más abierta al riesgo y a la experimentación, a explorar terrenos desconocidos o poco transitados. Los ingredientes de la receta son más que evidentes, y vienen condicionados por un conector muy adherido a la edad: los problemas de financiación. El gasto mínimo para iniciar una startup ronda los 4.000 y los 5.000 euros, según un estudio de TRIVU, y el capital no está siempre al alcance de quien emprende.

En la partida inicial se incluirían los gastos de constitución de la empresa, el registro de marca, la gestoría, el equipamiento necesario, y el gasto en personal en caso de haberlo. Los trámites burocráticos, además de consumir tiempo, también demandan cierta inversión que está irremediablemente condicionada por el escaso margen financiero con el que un joven comienza a emprender desde su casa. Para conseguir el capital necesario, el 45% de los encuestados piensa en buscar inversores -tanto públicos como privados-, mientras que tan solo el 28% aboga por poner sus propios ahorros. 1 de cada 10 recurre a capital prestado de amigos y familiares, y el 9% busca soluciones crediticias.

La inversión, claro, suele responder a tendencias de mercado y decisiones basadas en procesos lógicos. Como cualquier negocio, antes de comenzar a emprender desde casa es imperativo conocer la viabilidad del proyecto y contar con un Business Plan que definirá el mencionado plan de financiación, la estrategia de marketing, y otras cuestiones estructurales. En ese sentido, la opción favorita sobre la que se deposita todo el proceso es la venta online. Los llamados marketplaces han canalizado las demandas que habían surgido tras la revolución digital en sectores anquilosados, convirtiéndose en la elección empresarial favorita para el 40% de los jóvenes que emprenden desde casa en España.

Otras salidas recurrentes las ofrecen la consultoría, para el 24%, los hoteles, para el 14%, y el diseño, también para el 14%. Entrando a detalle, los formatos y sectores varían acogiéndose a la versatilidad de las nuevas tecnologías. La lista es extensa, y las opciones que la conforman son igual de interesantes para cualquiera que quiera seguir los múltiples casos de éxito empresarial por parte de emprendedores que comenzaron en sus casas.

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Sociedad Limitada: la salida mercantil idónea para caseros

Es la sociedad mercantil más popular de España y no por casualidad. En 2017 había un total de 1.162 millones de empresas constituidas como Sociedades de Responsabilidad Limitada (SRL) o Sociedades Limitadas (SL). Es decir, que un 35,41% de los negocios constituidos estaban registrados buscando la protección del capital que ofrece este tipo de solución legal. Y es que, el emprendedor que decide crear un negocio desde casa, y opta por este tipo de sociedad, se asegura de no tener que responder con su patrimonio personal en caso de deudas relacionadas con el negocio. Las ventajas van incluso más allá.

Se puede consolidar con un solo socio (Sociedad Limitada Unipersonal), y el importe mínimo inicial ha de ser de 3.000 euros. Es importante remarcar que esa cuantía puede estar conformada tanto por aportaciones monetarias como por bienes; ordenadores, vehículos, etc. Un joven que decide emprender solo necesita contar, así, con unos ahorros coherentes y con ciertos recursos básicos destinados a las operaciones de la empresa.

Desde ese punto basta con acudir al Real Decreto Legislativo 1/2010, a la Ley de Sociedades de Capital, para conocer el resto de requerimientos legales; objeto, órgano de administración, junta general, responsabilidades. La Sociedad Limitada es popular por ser una de las más sencillas de constituir, y eso se traduce en pocos pasos administrativos.

Registro

Como primer trámite hay que acudir al Registro Mercantil Central para solicitar el certificado negativo de denominación social. Es decir, el documento que refleja a nivel legal el nombre de tu empresa. Cuesta 16 euros y se puede obtener vía telemática.

En la solicitud debes incluir tres variantes de nombres, de entre los cuales finalmente obtendrás la elección definitiva. Esto tiene una validez de 6 meses como reserva, y de tres meses hasta el registro frente a notario.

Cuenta bancaria

Con el nombre en posesión se debe abrir una cuenta bancaria en la que se ingresará el capital mínimo inicial de 3.000 euros. Cabe mencionar que Administración no contempla en este caso el fraccionamiento del pago. Tras eso la entidad emitirá un certificado que posteriormente ha de ser presentado en la notaría. Con todo ello, es importante recordar que el dinero no estará disponible para su uso hasta que Hacienda no reciba el alta y las escrituras estén selladas por el Registro Mercantil.

Estatutos Sociales

El, o los socios son los responsables de redactar este documento que recoge las normas que regirán la empresa. Estas pasarán a formar parte de la escritura pública, y por tanto es crucial que no contengan ningún error o fragmento abierto a interpretaciones problemáticas.

Lo habitual es que la tarea se legue a un abogado especializado, aunque se puede hacer de forma personal contemplando una serie de elementos básicos y obligatorios: denominación de la sociedad, objeto social, capital social, participaciones, valor nominal de cada participación, sistema de administración, fecha de cierre de cada ejercicio y domicilio social.

Escritura Pública

Antes siquiera de pensar en un nombre para la empresa se ha de llevar a cabo la firma de la escritura pública por parte de todos los socios integrantes. Se hace frente a notario, y supone, normalmente, un coste equivalente a una porción del capital inscrito.

Para obtenerla se necesitan los Estatutos Sociales, la certificación negativa del Registro Mercantil Central, el certificado bancario, el DNI de cada uno de los fundadores y la declaración de inversiones exteriores, en caso de que alguno de los miembros no sea español.

NIF, IAE y declaración censal

Frente a Hacienda hay que llevar a cabo varios trámites indispensables para la institución societaria. Empezando por la obtención del Número de Identificación Fiscal o NIF, y las etiquetas y tarjetas identificativas.

Para ello basta con cumplimentar el modelo 036 presentando una fotocopia del DNI y una fotocopia de la escritura pública. El documento tendrá una validez de 6 meses máximo en los que debe completarse todo el proceso.

A continuación hay que darse de alta en el Impuesto de Actividades Económicas (IAE) rellenando el modelo 840, acompañado del NIF en la Administración asociada al lugar donde se ejercerá la actividad.

El último paso a realizar con esta institución es la declaración censal del IVA; un documento que refleja en detalle el comienzo, la modificación o cese de la actividad. Solo se puede obtener entregando el NIF y el comprobante del alta en el IAE.

Inscripción en el Registro

Con el domicilio social fijado, llega el momento de inscribirse definitivamente en el Registro Mercantil correspondiente. Existe un plazo legal de dos meses para obtener la escritura de la constitución, y presentar los documentos requeridos en este organismo. Se solicita una copia de la escritura, la certificación negativa de la denominación social y una copia del NIF provisional.

NIF definitivo

En Hacienda finaliza el proceso. Allí el solicitante acude con todo lo anterior cumplimentado, y canjea la tarjeta provisional obtenida en un principio para el NIF, por la acreditación definitiva. Así la Sociedad Limitada estará constituida y el emprendedor podrá comenzar a trabajar desde su casa.

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De la ley a la actividad

Independientemente del tipo de persona jurídica adoptada, las actividades a las que se puede dedicar un emprendedor desde su casa son muy variadas. Traer a colación los marketplaces sirve para acotar la búsqueda, pero desde ahí las opciones concretas se multiplican hasta donde llega la imaginación. Con un equipo informático lo suficientemente potente se puede erigir cualquier clase de negocio digital. Solo hay que asegurar un almacenamiento de información digno, y unas medidas de ciberseguridad fiables.

Ya sea desarrollo de páginas web, softwares, aplicaciones, data scientist o diseño gráfico, la proyección de crecimiento estará casi asegurada. Y es que, según un estudio de Statista, para el año 2035, en todo el mundo se generarán 2.142 zettabytes de información. En los últimos 9 años esta masa de información se ha multiplicado por más de 16 veces, y esa tendencia se mantendrá durante la próxima década.

Desde ese contexto también se puede reorientar la propuesta empresarial hacia el auge del coworking; los espacios de trabajo compartidos regidos por compañías que ofertas alquileres de locales e infraestructuras de conectividad. Con unas herramientas de comunicación adecuadas Slack, Hangout, Skype, Trello, y una buena planificación, se pueden instituir plataformas de lo que se quiera, extrapolando el concepto de coworking al espacio digital.

Bajo dicho paraguas también se puede contemplar la creación y gestión de contenidos tanto para otras empresas como para lectores. Solo se necesita un buen software de creación y gestión (CMS), y unas herramientas de comunicación remoto consistentes. La popularidad del webinar viene entrelazada con esa bolsa de oportunidades, y aunque lo llevan a cabo las grandes empresas, es posible profesionalizarlo a través de una Sociedad Limitada. Sin ir más lejos, los Influencers son creadores de contenido natos, y facturan decenas de miles de euros al año.

Y si lo que se prefiere es atarse al modelo B2C de retorno más fiable, los servicios a domicilio también son opciones interesantes. La sede seguirá siendo el domicilio propio, pero solo es imperativo tener un vehículo y una serie de habilidades técnicas, para tejer una red de contactos a los que ofrecer prestaciones determinadas. Así es, por ejemplo, como siempre han operado los fisioterapeutas particulares. A estos, no obstante, se les escapa el potencial creciente del ecommerce; un concepto que está monopolizando las miradas de todo el tejido empresarial.

Y no es para menos. De acuerdo con el último informe de la CNM, el comercio electrónico creció un 28,6% durante el segundo trimestre del pasado 2019, alcanzando un valor de casi 12.000 millones de euros. Los sectores que más partido están sacando a esta inercia son: el de las agencias de viajes y los operadores turísticos con el 16% de la facturación total, el del transporte aéreo con el 8,8% del volumen de negocio, y el de los hoteles y alojamientos turísticos con el 5,8%. En términos de compraventas, lidera el transporte terrestre de viajeros (7,5%), seguido por los juegos de azar, discos libros, periódicos y papelería.

Es complicado abarcar todo el espectro de negocios que se pueden proyectar desde casa. Las iniciativas relacionadas con la gestoría y el asesoramiento también son infinitas, así como lo son las asociadas a negocios gastronómicos (catering, cocina a domicilio). En Yoigo destacamos aquellos negocios de emprendedores comprometidos con la sociedad y el medioambiente. Pienso, Luego Actúo es un caladero muy útil del que obtener referencias a la hora de lanzarse a la conquista del mercado desde casa. Visita nuestra web o llama al teléfono 900 676 535 para que podamos ayudarte con nuestra conexión.