La metodología Getting Things Done no está pensada únicamente para personas obsesionadas con la eficiencia, porque si se aplica correctamente, puede convertirse en una herramienta clave para estructurar el día a día de tu pyme.
Filtrar los mensajes, establecer un horario para consultar tu email o darte de baja de suscripciones no relevantes son algunas de las mejores formas para que el correo no se te acumule y te quite tiempo.