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En un entorno empresarial cada vez más competitivo y globalizado, las empresas buscan constantemente nuevas estrategias para reducir costes y mejorar su eficiencia. Aquí es donde el Outsourcing o la subcontratación juega un papel clave para aumentar la productividad de un negocio.
En este artículo te explicaremos en detalle en qué consiste esta práctica, los tipos más habituales que puedes encontrar y sus principales ventajas para impulsar el crecimiento de las empresas.
El Outsourcing o subcontratación es la estrategia empresarial de delegar ciertas funciones, actividades o procesos a proveedores externos especializados. En lugar de gestionar todas las tareas dentro de la propia empresa, se contrata a terceros para que asuman la responsabilidad de áreas específicas.
Esta práctica permite a las empresas ser mucho más eficientes, ya que no necesitan realizar internamente todas las actividades. El Outsourcing no sólo reduce costes, sino que además ayuda a ahorrar tiempo a los negocios, ya que pueden dedicar sus recursos a otras tareas que aporten más valor.
Estos son los tipos de Outsourcing más comunes que existen, según las necesidades de cada empresa:
Implica la subcontratación de procesos empresariales específicos, como atención al cliente, gestión de nóminas o contabilidad, entre otros. Este tipo de outsourcing permite delegar funciones más administrativas y operativas.
Se refiere a la subcontratación de servicios tecnológicos, como el desarrollo de software, soporte técnico o mantenimiento de sistemas y equipos. Esto garantiza la eficiencia y la actualización tecnológica de manera constante. Recuerda que la transformación digital de tu empresa es crucial en la actualidad.
Las empresas encargan la fabricación de sus productos a terceros. Esto es muy común, por ejemplo, en la industria textil. Aquí la producción se suele externalizar a países donde la mano de obra es mucho más barata, reduciendo al máximo los costes para la marca y multiplicando sus ventas.
Por último, suele ser también muy habitual el Outsourcing de recursos humanos, es decir, todo lo relacionado con cursos de formación, búsqueda y selección de talento o cumplimiento de normativas en el ámbito laboral.
Ahora que ya sabes cómo funciona el Outsourcing, hagamos un repaso de cuáles son sus beneficios más importantes para las empresas: desde la reducción de costes hasta la innovación o la flexibilidad de servicios que un negocio puede contratar.
Uno de los principales beneficios es la reducción de costes. Al delegar tareas a proveedores externos, las empresas pueden ahorrar en salarios, formación y recursos tecnológicos a nivel interno.
Por ejemplo, subcontratar a una empresa especializada en tecnología para realizar algunas tareas concretas puede ser mucho más barato a largo plazo que tener que contratar a un equipo de informáticos a tiempo completo.
No obstante, sé precavido siempre con la reducción de costes en algunas áreas y no temas hacer inversiones que puedan merecer la pena en vistas a futuro.
También permite una mayor flexibilidad, ya que las empresas pueden ajustar los servicios contratados según sus necesidades.
Por ejemplo, una empresa que subcontrata la atención al cliente necesitará un número concreto de expertos en este departamento dependiendo de la cantidad de solicitudes que deban atender en cada momento del año.
Hay épocas, como las navidades, en las que muchos negocios reciben un mayor número de solicitudes que el resto del año. Esto es muy importante que lo tengas en cuenta.
Por otro lado, es fundamental que la subcontratación pueda ir actualizándose y adaptándose a la demanda de cada sector. Esto quiere decir que las empresas que subcontratan deberían ser, de cualquier manera, innovadoras y aportar valor añadido con sus productos o servicios.
Entonces, ¿cómo puede ayudar el Outsourcing en el aumento de productividad de las empresas? Te contamos cómo llevar a cabo tu estrategia de ventas con algunas técnicas de subcontratación muy efectivas:
Numerosas organizaciones emplean demasiado tiempo en tareas que no aportan demasiado valor al negocio o que no son cruciales en este momento, que podrían externalizar. Esto les permitirá no solamente ahorrar tiempo, sino invertirlo en otras actividades más importantes para que la marca crezca.
Por ejemplo, algunas tareas administrativas, de atención al cliente y de soporte técnico pueden delegarse a expertos en estas áreas. Así los empleados de la empresa podrán dedicar todos sus esfuerzos a otros proyectos mucho más estratégicos para la compañía.
En relación al apartado anterior, el Outsourcing es muy útil para liberar a los empleados de una empresa de determinadas actividades y que puedan aprovechar su tiempo en otras tareas esenciales. Por eso, la subcontratación ayuda a la optimización de recursos.
A su vez, esto mejora la experiencia de los clientes y aumenta la competitividad de la marca en el mercado.
Al reducirse la carga de trabajo, también mejora la gestión del tiempo y la eficiencia de los empleados. Como veíamos antes, ya no tendrán que perder su valioso tiempo en realizar actividades operativas o tareas muy repetitivas que incluso una IA podría hacer.
En conclusión, el Outsourcing se ha consolidado como una estrategia empresarial muy eficaz para aumentar la productividad, reducir costes, ser mas flexibles y aprovechar el talento de expertos cualificados en tareas muy concretas.
¡Esperamos que te haya quedado bien claro! Si necesitas ayuda, en Yoigo Negocios te resolveremos todas las dudas que tengas a través de nuestra web o llamando al 900 622 500. ¿A qué esperas para llevar tu empresa al siguiente nivel desde ya? No te lo pienses más.