Muchos emprendedores ya con etapas abiertas en algún sector profesional expresan la conveniencia de escoger trabajar en el extranjero, antes de iniciar un proyecto de negocio propio, incluso si la motivación de emprendedurismo es suficientemente fuerte como para hacerlo en cuanto se terminan los estudios.
Hemos querido analizar esta constante recomendación de trabajar en el extranjero y hemos encontrado factores determinantes, que suponen realmente un apoyo al emprendedor que elige esta opción.
El emprendedor no está exento de la necesidad de obtener experiencia previa antes de iniciar un negocio. Esto se debe a dos motivos principalmente, el de convencer a los inversores de que el emprendedor conoce el sector en el que quiere implementar su inversión y, por otra parte, mostrar una imagen de profesionalidad a usuarios y clientes interesados en saber quién está detrás de la iniciativa.
La experiencia en el extranjero no sólo ofrece una demostración del conocimiento y la práctica obtenidos por el emprendedor, sino que también supone un refuerzo a la confianza acerca de su motivación como emprendedor, pues el hecho de viajar a otro país para mejorar como profesional es un claro distintivo de emprendedurismo.
Es posible que el emprendedor tenga o no una idea de negocio. En cualquier caso, descubrir su aplicación en otros países ofrece un conocimiento complementario y adicional a lo que el propio país siempre puede ofrecer.
Obviamente las diferencias culturales, sociales y económicas pueden influir en una aplicación u otra. Pero siempre se extrae una experiencia positiva y enriquecedora, al ver ideas iguales o similares aplicadas en otro país, de manera que se analiza cómo en el propio sería también aplicable.
Los contactos profesionales, la experiencia acumulada y el conocimiento obtenido del entorno empresarial extranjero, son en realidad un potencial objetivo de inversión en el futuro. Si desarrollamos nuestra idea de negocio como emprendedores en nuestro país, probablemente el primer país que escojamos para la internacionalización sea aquél en el que ya hemos tenido una experiencia profesional previa.
Gracias a todos estos factores, podremos realizar la adaptación a esa cultura, economía y sociedad que ya conocemos, siempre que hayamos ponderado las posibilidades de éxito en ese país de nuestra idea de negocio.
En conclusión, trabajar en el extranjero supone una ayuda en muchos sentidos, siendo el hecho de ser un futuro emprendedor otra más de las razones por las que resulta beneficioso.