3 formas de empezar un negocio siendo emprendedor


El emprendedor siempre ha existido, sin embargo las facilidades laborales han motivado la tendencia de que muchos profesionales prefiriesen mantenerse como trabajadores por cuenta ajena, hasta hace apenas 2 o 3 décadas.

Las reformas laborales, la crisis económica y las nuevas oportunidades de negocio, han fomentado la aparición de nuevos emprendedores. No obstante, pese a la inmensa diversidad de emprendedores que existe hoy en día, las formas que se barajan a la hora de comenzar un nuevo negocio suelen ser siempre las 3 de siempre. Estas son sus ventajas y desventajas.

Comenzar como Start-up

El formato de start-up es relativamente reciente y suele estar ligado al desarrollo de aplicaciones para móviles o sistemas tecnológicos en general. Consiste en un grupo de jóvenes emprendedores que persiguen una idea de la que no siempre se sabe cómo sacar rentabilidad.

La escasez de gastos y contar con gente con talento suelen suponer una combinación muy atractiva para inversores y rondas de financiación. No obstante, muchas de ellas finalmente no consiguen la rentabilidad deseada, sobre todo en la actualidad cuando hay superpoblación de star-up en todo el mundo, muchas de ellas persiguiendo las mismas líneas de negocio.

Comenzar como Autónomo

Los autónomos son profesionales que consideran que una línea de negocio concreta puede ser suficientemente rentable como para vivir de ello o sacar notables beneficios. Ser autónomo supone afrontar una gran cantidad de gastos, sin embargo las posibilidades de rentabilización son mayores que en casi ningún otro negocio.

La posibilidad de trabajar desde casa y una agenda de contactos comerciales potencialmente rentable son algunas de las principales ventajas que, con el tiempo, asientan la base de un éxito empresarial que a menudo pasa a la siguiente fase.

Comenzar con una PYMES

España es un país predominante en PYMES (pequeñas y medianas empresas). Varios emprendedores unidos como socios y, a ser posible, con suficiente financiación como para empezar un negocio suelen acogerse al formato de S.L. (Sociedad Limitada) como el más propicio para despegar.

La mayoría de las PYMES tienen un inicio lento y un asentamiento a largo plazo, por lo que su rentabilidad no siempre es fácil de obtener durante los primeros años. No obstante, también se trata de la mejor forma de iniciar un negocio que se quiere labrar un futuro basado en una imagen profesional.

Los formatos de start-up y autónomos no siempre son del agrado de inversores, sobre todo responsables de grandes empresas y multinacionales, que desean trabajar en aquellas PYMES que puedan hacer el papel de proveedoras de productos o servicios o de distribuidoras de los mismos en venta al por menor.