Al miedo por el contagio del COVID-19 en nuestro país, se suman otros temores: la alerta económica desatada por el coronavirus no sólo no pasa, sino que ya ha ocasionado un ERTE (ERE temporal) en España y la duda sobre su impacto en las finanzas de un autónomo son más que evidentes. Si un empleado por cuenta propia ve paralizada su actividad por causa del coronavirus: ¿Tiene que seguir pagando la cuota de autónomos? ¿Puede declararse en cuarentena? ¿Se puede pedir la baja?
Viendo que gigantes como Fujitsu han tenido que convocar un ERE temporal debido a la falta de materiales (provenientes de China) para hacer su trabajo. Siendo casi seguro que este movimiento está a punto de causar más de un roto en grandes empresas como Toyota o CaixaBank...
Sumando, por otra parte, que la industria textil teme por un incremento en el coste de la colección otoño-invierno de 2020 y que, de no trasladar parte de su actividad a países como Turquía o Marruecos, puede que ni siquiera haya dicha colección...
Y que el siguiente sector duramente golpeado por el coronavirus, después de la automoción y el textil, podría ser el juguetero, dejando varado el trineo de Papá Noel en las próximas navidades...
¿Cómo no vas a temer por tus finanzas tú, que estás emprendiendo y puede que con todo este jaleo te quedes sin recursos para tu negocio o sin encargos por parte de tus clientes? Si le pasó al Mobile World Congress y se teme que les pase a las Fallas, ¿cómo podrías capear el temporal tú, con un negocio de capital mucho menor?
¡Preocúpate, pero también ocúpate! Vamos a ver cuál sería un buen plan de supervivencia para un autónomo, en caso de que el coronavirus en España se extienda y nos veamos obligados a una cuarentena. O que el coronavirus en China y otros países nos deje sin capacidad de producir o dar servicio a los clientes de nuestras empresas y negocios.
China es un país más que solvente en cuanto a e-commerce. Ahora mismo se notan algunas faltas de suministro, porque las personas están recluidas en casa sin ir a trabajar. No obstante, el gobierno está intentando paliar la situación y -a diferencia de otros lugares a donde el coronavirus ha llegado después- en China se están empezando a ver días en los que el número de contagios disminuye con respecto al anterior.
Estas buenas señales se suman al gran músculo chino para el comercio electrónico: en cuanto haya robots produciendo y se vayan levantando las zonas en cuarentena, la comercialización de lo manufacturado será mucho más fluida que si se tratase de un país menos digitalizado. Faltarán recursos, sí, pero esperamos que no por mucho tiempo.
Comprendemos que tienes un plan para tu negocio quizá desde su creación o, por lo menos, desde hace varios meses. Pero los planes no suelen estar blindados ante imprevistos de una envergadura tan significativa como el coronavirus, así que seguramente haya que rehacer algunos cálculos para evitar que la coyuntura te arrase.
Puedes crear un nuevo roadmap a mediano e incluso a largo plazo, o centrarte en algunas medidas de rescate para los meses en los que todavía vayas a sentir los coletazos del coronavirus. Nuestra opinión es que en situaciones tan impredecibles y novedosas, menos es más: tendrás más oportunidades de acertar con tus ideas si piensas en qué hacer semana a semana o mes a mes, mucho mejor que planteándote un trimestre o más del tirón.
Además, ten en cuenta que tu roadmap de contingencia debe ser capaz de interrumpirse para retomar el inicial en el momento en que pase la crisis del COVID-19. Crea alternativas con atajos, no te cierres.
Obviamente, has emprendido con fe ciega en tu negocio y te has centrado en ello. Pero no contabas con el coronavirus. Ni tú ni nadie. La emergencia mundial es real y, por mucho que no quieras unirte a la corriente catastrofista, es evidente que quizá tu actividad se verá resentida, especialmente si dependes de China, o de otro de los países más afectados, para algo.
Plantéate encontrar dinero de otra manera: haciendo algún trabajo freelance, brindando alguna asesoría o incluso reduciendo gastos de tu empresa. Una gran ventaja de ser autónomo es ser tu propio jefe -por lo menos en la mayoría de los casos- así que pregúntate qué comportamientos del día a día de tu emprendimiento pueden cambiar para mejorar tus finanzas.
Por ejemplo, suspender las reuniones presenciales con tus proveedores y clientes puede hacer que te ahorres una pasta en desplazamientos, dietas, ¡y hasta en tintorería! Eso sin contar la previsión del contagio: muchas empresas están incentivando las call conferences durante este período de incertidumbre, ¿por qué tú no?
Última opción, solo en caso de que detectes que las consecuencias del coronavirus en tu emprendimiento serán duras y duraderas. Así como algunas empresas están haciendo ERTEs (EREs temporales) por falta de materiales originarios de China, tú puedes suspender tu actividad ante el Registro Español de Trabajadores Autónomos.
Esto te ayudará de manera directa porque durante ese período no tendrás que pagar las cuotas de autónomos ni recopilar facturas para pasarlas como gastos. A cambio de esta tranquilidad, necesitarás ser bastante responsable a la hora de declarar cuánto tiempo estarás parado, ya que es muy posible que solo se te conceda dicho parón temporal y, una vez consumido ese tiempo, se te vuelvan a imputar las cuotas mensuales. Organización y previsión serán la clave para que te acojas a este escenario sin problemas.
Por último, ponte las pilas muy mucho con la Declaración del IRPF, tanto la de este año que se corresponde con el ejercicio anterior como con la que tendrás que hacer el próximo año relacionada con tus finanzas del 2020.
Hay muchas cosas que puedes hacer para sentir menos los coletazos económicos del coronavirus con respecto a tus gestiones con Hacienda:
Supongamos que el escenario económico para ti se oscurece muchísimo debido al parón de tu actividad por el coronavirus. Podría ser buena idea pedir el pago fraccionado de tus impuestos. Hacienda suele ofrecer un pago único o hacerlo en dos partes, de las cuales la segunda llega casi a finales de año, con lo cual, es muy posible que ya te hayas recuperado y el impacto en tu cuenta bancaria sea menor.
Si te toca hacer encaje de bolillos con darte de baja y nuevamente de alta en el RETA, no pierdas ningún detalle de todos estos movimientos, porque te pueden ayudar a ahorrarte un dinero en la declaración del año que viene.
Especialmente si para mantener a flote tu actividad has tenido que recurrir a nuevos proveedores que te signifiquen un gasto mayor, por ejemplo, si has pasado de pedir cremalleras a China a pedirlas más caras a Turquía. Guarda todas las facturas y tickets y asesórate muy bien para intentar suavizar al máximo las consecuencias de estas medidas.
Hay muchos productos financieros que te ayudan, no solo por su rendimiento en sí, sino porque te desgravan algo. Infórmate con detenimiento sobre estas opciones, teniendo en cuenta que con el coronavirus las bolsas del mundo se han estado desplomando y puede ser buen momento para comprar algunas acciones.
Llegado el momento de elegir algún tipo de inversión, elige a consciencia calculando qué riesgo quieres y puedes asumir y de cuánto capital dispones para cada operación.
Ya está. Ni hay fórmulas mágicas ni las tenemos todas con nosotros a la hora de esquivar las consecuencias económicas del coronavirus, pero defendemos la idea de que lo mejor que se puede hacer es mantenerse activo y evitar el pánico. Ante la duda, asésorate con un gestor y, ¿por qué no?, sigue tu instinto.