El mercado laboral ha evolucionado hasta dar con el escenario que tenemos actualmente en el que dos de los aspectos más importantes son el ambiente en el trabajo y la realización de cada uno de los empleados. En este contexto la figura del líder es esencial dentro de las compañías puesto que son los encargados de hacer que la oficina sea un lugar agradable para desempeñar la actividad profesional. También, son los responsables de gestionar a su equipo, lo que implica conocer a los miembros de primera mano, saber cuáles son sus inquietudes y en qué destacan con el fin de desarrollar su carrera en esa dirección.
No es una tarea sencilla, así que para formar a los líderes y al equipo y enfocar sus acciones en este sentido, algunas empresas deciden contar con los servicios de profesionales del coaching. El coaching empresarial es una herramienta que favorece la consecución de objetivos por parte del personal de una empresa haciendo que cada persona se conozca más a sí misma. De esta manera, los empleados que conforman la empresa potencian sus puntos fuertes, su implicación dentro de la organización aumenta y mejora la eficiencia del trabajo.
Jim Selman, experto en el sector desde los años 80, explicaba que “el coaching se basa en la capacidad de asistir al individuo o a los equipos para que logren sus compromisos y lo hagan mucho más allá de lo que parecía previamente posible”.
Lo ideal es que el coaching se aplique en primera instancia a los altos cargos dentro de la empresa. Esta es la forma en el que conseguirá impactar en mayor medida en la manera de actuar de los líderes y optimizará el rumbo de la compañía.
Un informe realizado por Hay Group sobre las empresas que componen el Fortune 500 señala que el 40% de estas compañías utilizan el coaching como método para desarrollar las habilidades de liderazgo entre sus altos directivos.
Otro estudio, llevado a cabo por MetrixGlobal y basado también el Fortune 500, expone que existe un gran retorno de la inversión del coaching. Por ejemplo, la productividad de los ejecutivos aumentó un 53%, la calidad de su trabajo un 48% y las relaciones entre el equipo mejoraron en un 70%.
Si aún te quedan dudas sobre las ventajas del coaching dentro de tu organización, te presentamos las más destacadas.
Aplicar el coaching empresarial garantiza numerosas ventajas tanto para la organización como para sus empleados. En primer lugar, porque hace más felices a los trabajadores y, en segundo lugar, porque aumenta la eficiencia y, por ende, los beneficios.
Los coach pasan tiempo con cada empleado para saber sus puntos fuertes, sus debilidades y en qué aspectos pueden destacar dentro de la empresa. A través de una serie de preguntas hacen que el sujeto también conozca todos estos aspectos de sí mismo. El siguiente paso es potenciar el talento de cada uno de los trabajadores, guiándolos para optimizar las tareas que ya hace bien hasta ofrecer un trabajo brillante.
La sensación de satisfacción aparecerá por parte de la persona y de la empresa, ambos agentes se sentirán encantados de contar el uno con el otro.
Las personas son el centro de la organización y así lo demuestra el coaching. Esta herramienta trabaja directamente con los empleados para ayudarles a desarrollar su carrera profesional.
Por su parte, los trabajadores consideran esencial que la empresa les ayude a crecer laboralmente, siendo esta una forma de retener el talento dentro de la organizaciones. A la hora de moverse dentro del mercado, buscan una compañía que potencie sus habilidades y les forme en otros ámbitos complementarios hasta convertirse en la mejor versión de sí mismos.
El coaching proporciona a cada persona las herramientas necesarias para enfrentarse a cualquier situación. Desarrolla aspectos esenciales como la comunicación que es esencial para expresar adecuadamente algún descontento, tanto de forma horizontal -hacia algún compañero- o de manera vertical -en la que un empleado expresa ante su manager un aspecto en el que está en desacuerdo-.
Los líderes, por su parte, estarán dispuestos a escuchar este tipo de comentarios por parte de su equipo. Recogerán los que pueden mejorar el ambiente y el desarrollo de la organización y le explicarán a sus subordinados aquello que no funciona y por qué no lo hace.
El mercado laboral está en constante cambiando y la transformación es mucho más vertiginosa que hace unos años. La empresa y el equipo deben estar preparados para asumir las novedades.
El coaching fomenta que los empleados se adapten a la evolución de las organizaciones puesto que conocen en qué pueden destacar y cómo pueden aportar su conocimiento a la compañía para se sume a las tendencias.
Conseguir que los empleados tengan un fuerte sentimiento de pertenencia dentro de la empresa es algo realmente complicado a la vez que valioso. Hay que motivar e implicar a los trabajadores dentro de la organización haciéndolos sentir esenciales para el funcionamiento de la misma, pero no es una tarea sencilla. Los profesional del coaching empresarial ponen en práctica sus conocimientos para conseguirlo.
Los líderes -asesorados por los coach- ayudan a su equipo a conseguir sus metas, haciéndoles sentir que su aportación es clave para que también se alcancen los objetivos del grupo. El sentimiento de lealtad crece por parte de los miembros y, a la vez, se genera una fuerte consolidación.
El coaching hace que los empleados se conozcan a sí mismos -a nivel personal y profesional- y fomenta la seguridad personal. Cada uno sabe que puede enfrentarse a cualquier escenario, que si ostenta su cargo es porque está cualificado para llevarlo a cabo, que los errores son habituales y que se puede aprender de ellos. De tal manera que aumenta la autoestima y disminuye el estrés.
Como consecuencia del descenso de estrés, también desciende el absentismo laboral.
En el clima se hace palpable si la empresa está en un buen o en un mal momento. Si se cumplen los objetivos, los empleados desarrollan sus habilidades y la productividad es más alta, la compañía estará en una situación favorable -o de camino a serlo-.
Por su parte, los profesionales felices y motivados con sus tareas hacen que el ambiente de trabajo sea mucho más distendido puesto que se sienten cómodos con su aportación a la organización.
La práctica del coaching por parte de los líderes y de los miembros de su equipo fomenta una buena comunicación entre todos los agentes facilitando el trabajo. Sitúa al manager como una persona de confianza dentro del equipo y como un gestor de talento dentro de la organización. Un punto importante dentro de la gestión de equipo es la del tiempo, que también será responsabilidad de la personal al frente del grupo. Marcará los tiempo hasta conseguir que todos los trabajadores desempeñen su trabajo en el menor tiempo posible y ofreciendo unos resultados excelentes.
El coaching proporciona a todo el personal ciertas herramientas para afrontar situaciones que no saben controlar. Una de ellas es la inteligencia emocional.
Las personas que cuentan con mayor inteligencia emocional destacan sobre el resto porque saben manejar su comportamiento y toman decisiones enfocadas a obtener resultados positivos.
Los coach sugieren que la mejor forma de trabajar para una compañía es mediante objetivos. En el momento en el que la organización plasma hacia dónde quiere dirigirse, es necesario proponer un plan para conseguirlo. Este el punto de partida de cualquier proyecto y el medio por el que mejora la visión estratégica de la empresa.
Cuando las metas están claras tan solo hay que trabajar siguiendo la estrategia para alcanzarlas. Los coach conocen los objetivos de la organización, la estrategia trazada y a los empleados. De modo que sitúa a cada trabajador en el punto en el que es más eficiente -y más feliz- para la organización. Motiva y desarrolla a la persona de manera profesional y consigue que se cumplan los objetivos marcados.
El informe ‘Felicidad y Trabajo’, realizado por la consultora Crecimiento Sustentante, expone que los empleados felices mejoran los resultados de su trabajo hasta en un 88%. Los coach tienen la motivación del personal muy presente en su trabajo debido a que son conscientes de la gran repercusión que tiene el estado de ánimo de los empleados en el ámbito laboral.
El coaching trabaja para que los empleados sean más felices, aumenten sus resultados y, por ende, los beneficios de la empresa.
Cualquier proceso de coaching y acompañamiento dentro de las empresas cuenta con las siguientes etapas:
El primer paso es definir los objetivos y trazar la estrategia para que la persona a la que el coach está asesorando consiga alcanzar sus metas, que deben estar alineadas con las de la organización en la que trabaja.
El coaching se desarrolla a través de una metodología basada en preguntas. En la primera fase es fundamental hacer la cuestiones adecuadas y así establecer objetivos específicos, medibles, realistas y definidos en el tiempo.
Saber en qué escenario se va a desarrollar el proceso de coaching será imprescindible para enfocarlo. En este momento hay que examinar la situación con la mayor objetividad posible. El coach expondrá preguntas muy concretar para que el empleado ofrezca respuestas muy detalladas. La escucha será especialmente activa en esta fase del proceso.
El objetivo es que los coach ofrezcan una serie de alternativas de actuación a los empleados para que ellos elijan la que mejor se puede adaptar a su desarrollo de crecimiento. Hay que barajar todo tipo de ideas, incluso las que parezcan inverosímiles.
El coach y el empleado seguirán la conversación hasta que ambos lleguen hasta la solución óptima para ponerla en marcha de forma conjunta.
Una vez sabido los objetivos, en qué contexto se va a desarrollar el proceso y la estrategia para conseguirlo, solo hace falta poner en marcha un plan de acción. El coach acompañará al trabajador durante su trayecto haciéndole una serie de preguntas hasta que él mismo se responda con lo que debe hacer.
El coach debe cerciorarse de que el proceso está dando resultados, por lo que periódicamente va a estar en contacto con la persona que está acompañando durante su desarrollo. De tal forma que si hay algún momento en el que necesita un refuerzo, el coach pueda seguir ofreciéndole su apoyo hasta conseguir los objetivos marcados previamente.
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