El furor de la gestión indexada contada desde dentro por los tres grandes robo-advisors españoles


Durante muchos años en España prevalecía un único método para invertir si optábamos por meter nuestros ahorros en fondos de inversión: la gestión activa. Esta consiste en que nuestro capital queda en manos de un profesional cuando hacemos la contratación de un producto financiero. Es decir, nuestro dinero se mueve bajo los criterios de los expertos.

Imaginemos que destinamos nuestro dinero a una cartera de un fondo tradicional que invierte, entre otras compañías, en Facebook. Pongámonos en la situación de que esta empieza a perder su valor en bolsa, lo cual lleva al encargado de este fondo a tomar la decisión de vender sus acciones, protegiéndose ante caídas pronunciadas.

Este era el procedimiento más habitual. Sin embargo, todo comenzó a cambiar hace muchos años, primeramente, en Estados Unidos, con la llegada de la gestión pasiva –que más tarde comenzó a denominarse como indexada–, cuyo objetivo es seguir el comportamiento de un índice determinado (Dow Jones, Nasdaq o Ibex 35, por ejemplo) ¿En qué consiste esta estrategia para aquellos que aún no se encuentren familiarizados?

Una aproximación al concepto de gestión pasiva o indexada

La pasiva, como su propio nombre indica, “requiere menos actividad por parte del gestor, al ser una gestión más simple”, según apuntan desde BBVA. El inversor se encomienda a una inversión inicial en activos financieros que mantendrá en cartera durante un tiempo prolongado.

¿Cuál es la razón? A largo plazo los índices tienen rentabilidades que son muy difíciles de batir, por lo que se encargan de gestionar los fondos de inversión activamente. Este es el procedimiento en el que se basan los denominados fondos indexados, también conocidos como fondos índices. Se les denomina así porque lo que buscan es replicar a un índice determinado, en vez de batirlo.

¿Y cómo se puede replicar un índice? En el caso de que un inversor comprase un mismo porcentaje de cada una de las empresas de un selectivo (pongamos el ejemplo del Ibex 35) -manteniendo en su cartera proporcionalmente los pesos que esos valores tienen en el índice- estaría generando una cartera de inversión indexada.

Dicho de otra manera, compraría una versión “en miniatura de dicho índice”, explica la entidad financiera. El objetivo es obtener una rentabilidad igual o parecida que éste consigue.

Unai Ansejo, CEO de Indexa Capital, la mayor entidad de gestión indexada en España por volumen, indica que con la automatizada se industrializan todos los pasos de la administración de carteras “donde no aporta valor la implicación de una persona”. De esta manera, se reducen los costes y el ahorro se puede repercutir al cliente en forma de una menor comisión”.

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La única actividad que no se automatiza es la concepción de las carteras, que es realizada por un comité asesor formado por expertos que cuentan “con una enorme experiencia”, añade Ansejo.

Esto es precisamente lo que las entidades financieras buscan ofreciendo los fondos indexados, poner a disposición del cliente un producto que intenta replicar la rentabilidad de un índice determinado con los menores costes posibles. De esta manera, el cliente sabe que su patrimonio no depende directamente de la decisión de un gestor, sino del comportamiento del mercado en el que se mueve.

A este tipo de inversión también se les conoce, especialmente en Estados Unidos, como robo-advisors. Asesores financieros que aportan un servicio de gestión del patrimonio online, de modo que existe el mínimo contacto humano entre estos y los inversores. Su objetivo es ofrecer un servicio de asesoramiento automatizado en base a algoritmos con la mínima acción humana posible.

Una expansión constante

¿Cuál es el contexto actual de la gestión pasiva? Según datos de Morningstar, ya posee una cuota de mercado del 27% a nivel mundial, y sigue creciendo constantemente año tras año: en base anualizada, el volumen de activos de la pasiva ha crecido 4,7 veces más rápido que la activa a lo largo de los últimos 10 años.

En términos de rentabilidad, basado en datos históricos reales, avanza Giorgio Semenzato, CEO de Finizens otro de los mayores robo-advisors en España, la gestión pasiva es significativamente más rentable que la gestión activa media a largo plazo debido a varios factores.

Tal y como destaca, hay varios estudios de entidades de prestigio internacional como Morningstar y SPIVA que publican periódicamente datos arrolladores sobre “la superioridad de la indexada” frente a la activa en lo referente a los retornos históricos de largo plazo, donde se llega a demostrar que “tan solo el 1,5% de los activos consiguen batir consistentemente a su índice de referencia”.

Para Asier Uribeechebarria, CEO y fundador de Finanbest, la tercera entidad con más importancia dentro de este modelo de gestión, en España el crecimiento se está consolidando al ganar peso porque los usuarios empiezan a ver “las ventajas a largo plazo de replicar un índice mediante un fondo de bajo coste”.

Sin embargo, aún estamos por debajo del 2% del total, mientas que la indexada supone ya un 40% del total de la inversión en el mercado más avanzado del mundo, los Estados Unidos, y es aproximadamente un 20% de media en Europa.

En el país norteamericano hay más dinero invertido en fondos indexados que en fondos de gestión activa, algo que continúa creciendo. En territorio español, añade Uribeechabarria, ese porcentaje “es muy difícil de estimar”, pero está sin duda “por debajo del 5%”, aunque también está creciendo exponencialmente.

España es un país todavía muy bancarizado donde la gran mayoría de los productos de inversión y de ahorro se distribuyen a través de las sucursales a pie de calle, con déficit de asesoramiento y conflictos de intereses.

También es cierto que la banca tradicional no tiene, a juicio de Uribeechabarria, “interés en que los automatizados se implanten”, porque son “una amenaza para una parte muy rentable de su negocio”.

La llegada de los robo-advisors es una buena noticia para todos: a corto plazo es una mejor alternativa para el ahorrador e inversor español. A más largo plazo está forzando la banca tradicional a mejorar sus productos.

Lo único que falta es esperar para que el sector de la gestión pasiva se desarrolle de igual manera que en otros países: “la industria aquí en España es más joven, pero creciendo en tasas exponenciales, y los datos lo demuestran”, asevera Semenzato.

¿Qué otras ventajas tienen?

La gestión pasiva se basa en la llamada hipótesis de los mercados de capital eficiente elaborada por el economista Eugene Fama. Esta, se basa en que los precios de las cotizaciones tienden a reflejar la información correcta de los activos financieros, con lo que al final estos valores negociables no aparecerán ni infravalorados ni sobrevalorados.

De esta forma, el objetivo de “batir al mercado”, de forma continua a lo largo del tiempo, afirma el CEO de Finanbest, “se torna imposible” ya que, si bien en el corto plazo el mercado puede presentar algunas ineficiencias, “en el largo el mercado se comporta de manera óptima con lo que superarlo no es posible”.

Por tanto, a partir de esta premisa, según Uribeechabarria, la gestión pasiva se basa “en estrategias de inversión que buscan imitar el comportamiento del mercado desarrollando carteras que replican el comportamiento de algún índice bursátil”, por lo que no necesitan del trabajo constante y exhaustivo de vigilancia de gestores profesionales.

En otro capítulo de las ventajas se encuentra el capítulo de los costes. Semenzato explica que el principal atractivo pivota sobre costes que, en algunos casos, son “un 90% menos”, que en la activa tradicional. Dicho de otro modo, la pasiva es 10 veces más barata que la activa.

Además, por su propia definición, por tratarse de una estrategia de inversión que replica a uno o varios índices del mercado, te ofrece una inversión más diversificada. Cuanto mayor sea la diversificación, “menor será el riesgo que afronta el inversor”, añade el fundador de Finizens.

Así, mediante la pasiva, el inversor gana dos veces: mayor beneficio por reducir las comisiones, y al mismo tiempo, asume menor riesgo gracias a una diversificación más elevada.

Dentro de este apartado de puntos positivos, Ansejo refuerza la idea de obtener “la rentabilidad media de los mercados menos unas pequeñas comisiones”, mientras que, con la activa, menos del 10% de los gestores “consiguen batir a un fondo indexado con una política similar de inversión”.

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Handicaps a día de hoy

Es muy fácil centrarse en el abanico de puntos positivos que rodean a este método de inversión, pero ¿cuáles son los puntos en contra que desde los propio robo-advisors se ven?

Desde el enfoque de Ansejo, la principal desventaja de la gestión indexada es la “falta de información” por parte de los bancos, puesto que a día de hoy todavía son las entidades bancarias a las que acude el inversor para pedir asesoramiento.

La automatización no es el tipo de inversión que recomienda o vende la banca ya que, destaca el CEO de Indexa Capital, “no les interesa hacerlo”. Esto irá cambiando y cada vez más, este acudirá a otros medios como internet o pedirá recomendación a conocidos y expertos. La mitad de sus nuevos clientes vienen recomendados por otros usuarios.

Uribeechabarria está de acuerdo en que su principal hándicap de estos productos en territorio español hoy en día es “su desconocimiento por el gran público y la falta de oferta”. El hecho de que sean tan “baratos” y que no generen comisiones de distribución hace que muy pocas entidades las ofrezcan. Sin duda alguna, la elevada bancarización del sector de las inversiones “es uno de los principales inconvenientes para su difusión en España”.

Al tener los fondos de gestión pasiva tienen comisiones 10 veces inferiores a sus equivalentes de la activa, la red de distribución bancaria sufre “un conflicto de interés profundo”, afirma Semenzato.

Y es que, al ingresar comisiones por la comercialización de los fondos de inversión, la red bancaria obtiene menores incentivos por un producto que “les deja menores comisiones”, o incluso ninguna retrocesión, a pesar de tener “mayor ventaja e interés para el cliente”.

El miedo al concepto de “automatización”

¿Nos podemos fiar de un proceso de inversión que se basa en mecanismos automáticos? Con la gestión automatizada se industrializan todos los pasos de la administración de carteras donde no aporta valor la implicación de una persona, anticipan desde los tres robo-advisors.

Por tanto, se reducen los costes de la gestión y el ahorro se puede repercutir al cliente en forma de una menor “comisión de gestión”, expone Ansejo. La única actividad que no se automatiza es la concepción de las carteras que es realizada por un comité asesor formado por expertos que cuentan con una enorme experiencia.

Semenzato explica que los algoritmos de Finizens permiten una automatizada exenta de “las ineficiencias de la gestión discrecional humana”, siendo idóneo para todo perfil de inversores: pues no solo los algoritmos se encargan del perfilamiento, diseño y gestión de tu cartera de manera eficiente y optimizada. ¿Por qué? Principalmente porque realizan un rebalanceo automático de la cartera tanto para mantener “tu nivel de riesgo como para aumentar la rentabilidad de tus inversiones”.

En definitiva, el proceso de gestión es sistemático, cuantitativo, y basado en algoritmos y modelos matemáticos. Tiene como principal meta ofrecer más rentabilidad con menos riesgo. ¿Es esto posible? Uribeechabarria concreta que esto lo hace “con costes y comisiones radicalmente bajos, seleccionando con total independencia los mejores fondos de inversión (fondos indexados en la mayoría de los casos), y diversificando las inversiones ampliamente”.

Además, hay que destacar que ningún robot toma las decisiones de inversión. Todas estas entidades, efectivamente, cuentan con un comité de expertos que parametriza el modelo, analiza los datos y los resultados y decide los cambios de estrategia e inversiones concretas.

Otro apunte a tener en cuenta para quitarnos esa sensación de miedo es el de los costes. Nadie quiere pagar de más y los robo-advisors ofrecen un servicio de bajos costes y atraen sobre todo a aquellos inversores que han vivido en sus proprias carnes lo que significa pagar comisiones exageradas e indebidas en productos de inversión.

En esta línea, gracias a su automatización, los costes pueden llegar a ser hasta un 80% inferiores a los productos tradicionales: este ahorro en comisiones se traduce directamente en rentabilidad adicional.

Con este esquema, el reto principal para la gestión indexada es alcanzar en el tiempo más rápido posible una cuota de mercado relevante en España, de tal manera que un número creciente de inversores puedan verse beneficiados por sus factores positivos, termina resumiendo Semenzato.