Los empleados de tu empresa explicados como personajes de La Casa de Papel


¿Qué tienen en común un atraco al Banco Nacional de España y un elevator pitch? Sí, sí... que ambos te ponen en una situación extrema en la que te juegas mucho y que, si todo sale bien, saldrás con mucho dinero. No obstante, hay otro tipo de paralelismo entre La Casa de Papel y tu empresa: los trabajadores.

¿Te acuerdas de cuando identificamos a los personajes de Juego de Tronos en tu empresa o a Los Vengadores de la oficina? Ahora vamos a tararear el Bella Ciao mientras descubrimos quién es quién de la serie española del momento, en tu trabajo.

El Profesor: un verdadero líder

Siempre va un paso por delante y todos siguen sus indicaciones más por fe en su talento que por lo que establece la jerarquía. Es un hombre de ideas siempre que haya tiempo para las ideas, pero que no duda en pasar a la acción en cuanto ve que uno de los suyos lo necesita.

Para ti, es quien marca la diferencia entre un jefe cualquiera y un verdadero líder.

Lisboa: la que ha cambiado de bando

Viene de brillar en las filas de la competencia pero le ha costado más bien poco dar el salto. ¿La razón? El proyecto le apasiona y ahora es de las más comprometidas con los objetivos comunes.

¿Lo mejor de este perfil? Se dejará los cuernos con una ventaja adicional: la experiencia y el conocimiento del terreno enemigo. ¿Lo peor? Si ha cambiado de bando una vez y guiada por la pasión del momento, ¿estamos seguros de que sólo cambiará una vez?

Berlín: la autoridad hecha persona

Un gran ejemplo de cómo el "aquí se hace lo que yo digo" cobra forma porque él lo dice, como no podría ser de otra manera. Un jefe con muchos recursos pero prácticamente obsesionado con conseguir resultados y al que más de uno querría ver fuera de la ecuación para trabajar más motivados.

No obstante, no se puede negar que es brillante y que estará para su equipo cuando la cosa se ponga realmente fea.

Palermo: el jefe recién llegado

Solo hay algo más difícil que empezar en un nuevo trabajo: empezar como jefe en un nuevo trabajo. Independientemente de que tengas un puesto de mando, dependes de que el equipo te acepte y te siga y, además, tienes el reto de desaprender lo que crees que funciona y aprender de cómo lo han estado haciendo en el equipo al que llegas.

¿Un comodín? Que alguien con carisma y poder de prescripción dentro del equipo te apadrine. En el caso de Palermo, ¿qué mejor que ser un viejo amigo de Berlín y El Profesor?

Tokio: la bomba de relojería

Valentía en estado puro, te encantaría tenerla en tus filas en esos momentos del "compra, compra, compra... vende, vende, vende" que marcan la diferencia entre tu humilde startup y una empresa del IBEX 35, porque "jarana" es su segundo nombre y es la mejor trabajando bajo presión.

Es rápida y viene motivada de casa, así que no tendrás que hacer grandes esfuerzos para conseguir que se implique totalmente en la causa. Eso sí, no querrás verla enfadada porque un enfado suyo prácticamente puede acabar con tu empresa de un plumazo.

Río: la suerte del principiante

Muy joven y muy bien formado, este tipo de trabajador vale oro en cualquier empresa. Centrado y de buen carácter, siempre está dispuesto a aprender e implicarse por el bien de los objetivos comunes.

Pero, ¡cuidado! No te dejes embelesar por su buena disposición y le cargues con más responsabilidades de las que ahora mismo puede asumir. Recuerda que, incluso la mejor de las jóvenes promesas, puede meter la pata debido a la inexperiencia.

Nairobi: mamá gallina

En toda empresa surgen líderes naturales que, aunque no sean jefes según el organigrama, consiguen que el equipo les respete, les siga y les pida consejo como si de mamá gallina se tratara.

Este perfil te vendrá muy bien para mantener la disciplina conseguida desde las buenas formas, pero ten presente que es un trabajador por el que tendrás que hacer muy buenos esfuerzos en cuando a compensación y beneficios, si no quieres que le tienten los de la competencia.

Helsinki: el de la artillería pesada

Que no te engañe su apariencia bonachona, porque este trabajador de apariencia tan tranquila es un especialista en herramientas complicadas y letales para el enemigo.

Le reconocerás porque optimiza muy bien su energía: nada de desgastarse volcando piscinas de motivación en objetivos menores. Él ronda el día a día mientras se guarda para lo más grande. ¿Tu misión? No juzgarle mal: no es que no esté haciendo nada, es que no le ha llegado su momento de hacer lo que mejor se le da.

Denver: el alma de la oficina

Todo son risas hasta que toca pegar fuerte. Este tipo de trabajador es uno de los mejores que puedes tener en tus filas. Parece que está de broma 24/7 pero no por eso es menos productivo.

Su secreto es saber combinar su esencia personal con lo que va aprendiendo a nivel profesional y aplicar ambas cosas en su justa medida, cuando la situación lo requiera. Lo mismo le verás defendiendo un proyecto ante los inversores que cantando por la Jurado en la cena de empresa.

Estocolmo: la convencida

Su presencia en la organización en principio tiene menos sentido que un bocata relleno de pan, pero poco a poco se va haciendo un hueco demostrando, sobre todo, su lealtad a la causa.

Puede que al inicio te parezca que sobra un poco, porque quizá no tenga una formación o un background demasiado afín al del resto, pero ella misma se encargará de demostrar que el orgullo de pertenencia es un gran punto de partida para todo lo demás.

Bogotá: el que viene a dar el callo

Un recién llegado que está dispuesto a dar el callo en su nueva posición. Y tiene con qué. Experiencia e ingenio mediante, este tipo de trabajador se unirá a la organización con un objetivo concreto que, ¡vaya casualidad!, suele ser al mismo tiempo un objetivo complicado.

Este tipo de trabajadores se reconocen fácilmente porque suelen tener un historial de puestos de responsabilidad pero de poco tiempo en muchos sitios, en los que destaca un elemento en común: el reto asumido ha sido cada vez más difícil. La forma de retenerlo, por lo tanto, está clara: no pares de retarlo con misiones que sólo él pueda acometer.

Alicia Sierra: quien lo pone difícil

Miembro natural del bando contrario, es decir, la competencia en el caso del mundo empresarial, el perfil de la inspectora Alicia Sierra guarda algo más que recursos para librar una guerra limpia y en igualdad de condiciones. La reconocerás por robarte clientes a mansalva y sospecharás que es ella quien filtra los rumores sobre tu empresa que hacen desplomar la acción.

¿Lo peor? ¿Hay algo peor que robarte clientes a mansalva y filtrar rumores que hagan desplomar la acción? Ah, sí, ¡casi lo olvidamos! En ocasiones, la Alicia Sierra que pone en aprietos a tu equipo pertenece formalmente al bando "de la justicia" y cuidado si no resulta que la has tenido o la tienes dentro de tu propia empresa.