En España el entorno emprendedor está cada vez más presente en principales ciudades. Algunas como Madrid, Barcelona y Valencia congregan en determinados entornos a una gran cantidad de emprendedores, startups y empresas de reciente creación con gran impulso tecnológico.
Es lo que se conoce como ecosistemas de emprendedores, lugares donde si se es emprendedor, vale la pena instaurar el cuartel general de cualquier inicio empresarial. Sin embargo, la presencia española en este ámbito es considerablemente menos importante que en otros países.
The Global Startup Ecosystem ha realizado un ranking en base a estos ecosistemas de emprendedores y aparecen en primer lugar, por supuesto, Silicon Valley, junto a otras capitales estadounidenses como Nueva York, Los Ángeles o Boston. A nivel internacional, destacan ciudades como Tel Aviv o Londres. Pero España está muy por debajo de este ranking.
Aunque a nivel nacional los ecosistemas de emprendedores son muy influyentes, no hay que obviar el hecho de que en un mundo interconectado y globalizado, las inversiones y negocios internacionales tienen también un peso importante.
Por esa razón es importante motivar el crecimiento de estos ecosistemas de emprendedores. La pregunta está en si nosotros, como emprendedores, podemos hacer algo o bien depende de aspectos externos.
En primer lugar, la densidad de población es importante. En pequeñas ciudades es mucho más difícil generar un ecosistema de emprendedores que tenga crecimiento sostenible, porque sencillamente muchas de sus ideas serán imposibles de aplicar.
En segundo lugar es vital contar con inversores en la zona. Los focos de inversión como Londres claramente encuentran aquí un apoyo importante, pero lo cierto es que capitales como Madrid están recibiendo cada vez mayor número de profesionales en este sentido, lo que ha motivado a muchos analistas a pensar que, en poco tiempo, también España estará en este ranking.
Lo que sí nos afecta directamente es la capacidad de los emprendedores. Multitud de empresas que no superan los dos años de negocio no son la mejor base para hacer crecer un ecosistema de emprendedores. En cambio, startups que se afianzan en el sector y obtienen una internacionalización importante, transmiten este espíritu de éxito emprendedor al resto de empresas del entorno y a la ciudad en general, sobre todo de cara a futuros inversores.
Por último, como sucede prácticamente en todo sector comercial, la antigüedad es un factor a tener en cuenta. Las incipientes ciudades que aglutinan a unos cuantos emprendedores son vistas con recelo por la gran cantidad de proyectos que no se han desarrollado. Sin embargo, una capital con empresas que llevan años demostrando su rentabilidad bajo estrategias de emprendedor, canalizan esta experiencia como un valor añadido para formar un ecosistema de emprendedores válido e interesante.