¿Trabajarías un día menos a la semana por el mismo sueldo? Cualquier trabajador diría que sí casi sin pensarlo. Las empresas españolas no lo tienen tan claro, pese a que las diferentes experiencias en este sentido arrojan resultados muy positivos. En este post analizamos cómo serían las jornadas laborales de cuatro días a la semana, con los beneficios e inconvenientes que este modelo conlleva.
En mitad de la pandemia, tras la fuerte irrupción del teletrabajo en nuestro país, volvió a ponerse sobre la mesa otra modalidad laboral que ya se desarrolla en otros países con éxito: la semana de 4 días laborables.
El objetivo es aumentar la productividad, reducir costes y fomentar la contratación pero el debate está en si realmente es posible aplicar un modelo de trabajo así en España.
En nuestro país, el Estatuto de los Trabajadores recoge, de manera genérica, el máximo de horas que se trabajan: 8 al día y 40 a la semana. Aunque cada convenio colectivo puede especificar variaciones al respecto (a la baja, claro).
Con esa normativa en la mano, la pregunta es si se pueden implantar las jornadas de 4 días laborables en España, descansando tres días por semana y reduciendo ese máximo de 40 a 36 horas de trabajo por semana.
Existen muchas dudas pero la propia experiencia nos ha demostrado que los trabajadores han trabajado mejor con el teletrabajo y eso va en beneficio también de las empresas.
Hay diferentes estudios internacionales que aseguran que trabajar 4 días a la semana mejoraría la productividad, disminuiría la brecha de género, favorecería la conciliación y reduciría las emisiones contaminantes, entre otros beneficios.
El problema es que una semana laboral de cuatro días no puede implantarse en todas las industrias ni en todas las empresas, podría provocar una subida de impuestos y, al fin y al cabo, no es una cuestión a la que se pueda dar prioridad en medio de una crisis.
Sin embargo, hay experimentos en marcha para analizar si lo que ya se ha implementado en otros países es también posible en el nuestro. Si esta prueba piloto funciona, podría empezar a plantearse en España más pronto que tarde.
España, como decimos, no sería un país pionero en la implantación de la jornada laboral de cuatro días, aunque sí podría ser uno de los primeros, porque todavía muy pocos han adoptado este modelo laboral.
Eso sí, los que lo han hecho han obtenido resultados muy exitosos. No es de extrañar. En este blog ya hemos visto que la flexibilidad horaria es sinónimo de mayor productividad en el trabajo y, por eso, cada vez más empresas la introducen en favor de sus plantillas y, de paso, de su propio beneficio.
Podemos señalar algunos ejemplos de lugares del mundo en los que ya se trabaja sólo cuatro días por semana:
Son sólo experiencias puntuales, pero la mayoría arrojan resultados de éxito que podrían marcar el camino hacia un nuevo modelo laboral más beneficioso para empresas y empleados.
Si preguntamos a los trabajadores españoles si estarían dispuestos a cambiar su jornada de cinco días por una jornada laboral de cuatro días, la primera pregunta que todos haríamos es si se nos mantendría el mismo sueldo.
Obviamente, la respuesta es sí. La idea de este modelo es reducir el número de horas que se trabajan respetando el resto de derechos de los trabajadores.
Ahora es cuando todos pensamos que nadie da duros a cuatro pesetas y que si un empresario accede a reducir la jornada laboral de sus empleados es porque obtiene algo a cambio. Y, ciertamente, es así.
Para empezar, mejora el rendimiento de su empresa porque los trabajadores son más productivos. Y, además, ahorra costes, porque no tiene a todos los empleados en su puesto de trabajo todos los días de la semana, con el coste correspondiente de gastos corrientes, energía, etc.
En España, cuando se ha planteado la posibilidad de introducir la jornada de 32 horas semanales, no todo el mundo ha tenido tan claro este aspecto.
Y eso que, como hemos dicho, en nuestro país ya ha habido experimentos exitosos, como hizo Mercadona con sus trabajadores de manera excepcional al final del primer estado de alarma, en 2020. Aunque el mayor ejemplo es la empresa jienense Software DelSol, pionera en este modelo. Y en ningún momento se planteó reducir los salarios a la hora de implantar este sistema.