En el entorno emprendedor hay un vocabulario específico con el que se identifican muchos factores, empresas y profesionales que no se pueden encontrar en otros sectores comerciales. Uno de los términos vinculados a esta cultura es el de unicornio, que te explicamos a continuación.
El término unicornio de forma general es ampliamente conocido. Es un animal de mitología fantástica similar a un caballo, pero con un característico cuerno en la frente y al que se le otorgan propiedades mágicas.
Este ser de fantasía fue el que se utilizó como metáfora para designar a empresas que alcanzaran el valor de mil millones de dólares, algo impensable hace tan solo unos años. Hoy en día, sin embargo, se han identificado más de 200 compañías que entran dentro de esta categoría.
Las empresas unicornio tienen unas características comunes, que permiten identificarlas de forma sencilla, no solo en base a su valor por encima de los mil millones de dólares, sino también por otros elementos que comparten entre sí.
En primer lugar, se les relaciona casi siempre con empresas tecnológicas. Más concretamente con startups que utilizan la tecnología como base de su negocio. A estos datos se une el hecho de que la mayoría de estos unicornios tienen de media 3 emprendedores, una edad de unos 34 años y los fundadores son empresarios que casi siempre se conocían entre sí por trabajo o estudios.
El potencial de crecimiento es alto. Un alto porcentaje de las empresas unicornio actuales está en San Francisco, por lo que las posibilidades de alcanzar este nivel todavía no han sido explotadas en otros rincones del mundo.
Google o Facebook son considerados los unicornios más famosos de todos, pero hay muchos más conocidos, como Uber, Dropbox, Snapchat, Pinterest... La media de creación de este tipo de empresas está en unos 4 unicornios al año.
Como características comunes de estos emprendedores que forman una startup unicornio, cabe destacar que se trata de negocios que consiguen un crecimiento rápido y sostenido, a veces en un valor proporcional de 26 veces lo invertido al inicio.
También es importante identificar que la mayoría de estos negocios son B2C, es decir, servicios empresariales para el cliente final. Esto es importante porque significa que se encuentran en el último paso de la comercialización, de manera que no suelen ser B2B, permitiendo con ello el abaratamiento del producto o servicio y mayores probabilidades de rentabilidad y crecimiento.