En el entorno del evento BizBarcelona, que se celebra en la capital catalana del 31 de mayo al 1 de junio, se ha expuesto entre otras cosas la realidad entre los emprendedores españoles y ha sido notablemente sorprendente el hecho de que se han registrado menos datos de emprendedores en activo durante 2015 que en el mismo periodo de 2014.
La cifra de crecimiento o reducción nos la ofrece el informe GEM del índice de actividad emprendedora y los fríos datos nos arrojan un porcentaje del 1,2% en referencia a la población que se enmarca dentro del sector de los emprendedores, frente a un 2,1% del año anterior.
El descenso está bastante demostrado, no da lugar a dudas, el índice de emprendedurismo está descendiendo, pero hay que ver los motivos, ¿a qué se debe este cambio de tendencia?, ¿es positivo o negativo para la economía española? Estas son las conclusiones que nos ofrece el citado informe presentado en BizBarcelona.
En primer lugar, se deduce que hay menos emprendedores por necesidad. Un gran porcentaje de los emprendedores españoles se veía destinado a la imperiosa necesidad de optar por esta salida profesional, dado que no existía otra alternativa. El hecho de que no crezca o incluso se reduzca este porcentaje es un claro signo de que hay más vías de ingresos económicos que el planteado mediante emprendedurismo.
De forma complementaria, refuerza este argumento el hecho de que haya más empresas consolidadas como una seria alternativa de futuro. De esta forma, se deduce al mismo tiempo el hecho de que la posibilidad de encontrar empleo para este perfil profesional es bastante mayor que la oportunidad planteada hace algunos años.
De hecho, también se ha podido reubicar el perfil base del emprendedor español en base a los datos sacados del informe catalán. Según las cifras registradas, sería una persona de aproximadamente 38 años.
Y precisamente este es uno de los datos más sorprendentes de este año, ya que la edad media ha subido en lo relativo a proyectos consolidados nada menos que 10 años, lo que representa claramente una buena trayectoria empresarial del sector.
En cuanto a estudios, se mantiene la dinámica de que aquellos ciudadanos con estudios superiores ofrecen un espíritu empresarial mucho mayor, incluso que el resto de la media europea. En España el porcentaje se sitúa entre este sector poblacional en el 24,4%, mientras que la media europea se sitúa en el 11%.