¿Tienes dudas sobre los ERTE? ¿Quieres conocer los requisitos o las fechas? ¿Te preocupa que consuma paro? Si estás pendiente de las noticias que puedan producirse sobre este tema, aquí tratamos de resolver algunas incógnitas.
ERTE es una palabra que casi ni estaba en nuestro vocabulario hasta que hizo acto de presencia en nuestro país la COVID-19. A partir de ese momento, este término pasó a formar parte, desgraciadamente, del día a día de millones de personas en España.
Un Expediente de Regulación Temporal de Empleo es una medida limitada durante un período de tiempo determinado.
Las diferencias, por tanto, entre un ERTE y un ERE se basan en que el primero es revocable y el segundo, no.
Con el estallido de la pandemia de coronavirus y el decreto del estado de alarma en nuestro país, el Gobierno central puso en marcha un mecanismo para compensar a aquellas personas que se quedaban sin trabajo y sin ingresos de la noche a la mañana por la paralización de toda actividad no esencial.
Las empresas que se vieron afectadas pudieron acogerse a un ERTE para poder hacer frente a la situación en la que nos vimos envueltos de repente.
Los requisitos de esos Expedientes de Regulación Temporal de Empleo han ido cambiando una vez terminado el primer estado de alarma. La recuperación económica todavía está lejos de producirse y muchas empresas y trabajadores continúan en una situación delicada.
La incertidumbre ha sido, y es, la tónica general desde que nuestro país (y todo el mundo en general) se vio afectado por la pandemia. Pero las condiciones y requisitos para acceder a un ERTE han ido cambiando a la vez que la situación económica variaba.
Al decretarse el segundo estado de alarma, y con todas las restricciones y limitaciones que las comunidades autónomas y el propio Gobierno central han ido aplicando a lo largo de estos meses, son muchas las preguntas y las dudas que nos planteamos sobre cómo nos afecta un ERTE.
Para empezar, hay que aclarar que los agentes sociales se encuentran todavía negociando la prórroga de los ERTE pero con condiciones distintas en algunos puntos de lo que se viene aplicando hasta ahora.
Hay dos supuestos en los que una empresa puede ahora solicitar la aplicación de un ERTE.
Lo primero que hay que tener claro es que la regulación de los ERTE establece la prórroga automática de los procedimientos por fuerza mayor para determinados sectores económicos, pero se hace una diferenciación:
Como puedes imaginar, estas dos figuras se diferencian en que en un caso el cierre del negocio es inevitable en las circunstancias actuales y, en el otro, ese cierre es parcial o temporal, ya sea por franjas horarias o por otras razones. Por ejemplo, en el ocio nocturno o en las actividades no esenciales, debido a medidas concretas como el toque de queda.
A los segundos pueden acogerse todas las empresas afectadas y éstas pueden llegar a quedar exoneradas de entre el 70 y el 100% de las cuotas.
En el caso de los ERTE por fuerza mayor con prórroga automática, se limita a las empresas más afectadas por la pandemia y su exoneración de cuotas se sitúa entre el 90 y el 100%. En este apartado también se pueden beneficiar empresas que, aunque no formen parte de esos sectores, sí se están viendo afectados al depender de una u otra forma de esos otros negocios más perjudicados.
Con el actual estado de alarma decretado hasta el 9 de mayo de 2021, Gobierno, patronal y sindicatos se encuentran actualmente negociando una prórroga de los ERTE para poder hacer frente a la crisis económica que, desgraciadamente, no cesa.
Después de un arduo y complicado debate -en el que, como decimos, siguen inmersos- se ha llegado, al parecer, a un único punto de encuentro: la fecha de ampliación de los ERTE.
Esta prorrogación se producirá hasta, al menos, el 31 de mayo de 2021, una cuestión no menor en la que sí han coincidido todos los agentes sociales.
Las discrepancias, eso sí, continúan en otros aspectos que tienen que quedar solucionados antes del 31 de enero, fecha en la que concluye la actual prórroga de los ERTE negociada la última vez.
Es lógico pensar que tendrán que llegar a un entendimiento, puesto que la situación económica y financiera de trabajadores y empresas no ha mejorado en los últimos meses ni existe previsión de que así vaya a ser en el corto plazo, incluso cuando ya se están poniendo las primeras vacunas en nuestro país y la esperanza de mejora podría ser mayor.
Al final del año 2020, más de setecientos mil trabajadores se encontraban en un ERTE en nuestro país. En el pico más alto de la pandemia, esa cifra se situó en 3,4 millones de empleados en esta situación.
Muchas ayudas por ERTE todavía no han llegado o están a medio regularizar y la incertidumbre y la desinformación, así como el colapso de las administraciones, convierten esta situación en uno de los temas más preocupantes para empresas y trabajadores en estos momentos.
Una de las preguntas que todavía hoy miles de trabajadores en ERTE se hacen, y que es una de las principales consultas en el SEPE, es si el ERTE consume paro. La respuesta es no como norma general, pero ojo porque hay excepciones.
Los trabajadores afectados por esta situación tienen acceso a la prestación sin período de carencia y no les computará el período consumido hasta enero de 2022. Eso, claro, podría cambiar si no hay acuerdo entre los agentes sociales, de ahí la importancia de alcanzar un acuerdo para la prórroga de los ERTE actuales.
Al menos, eso sí, todas las partes se muestran optimistas respecto a las próximas reuniones que tienen pendientes, porque ya sólo faltarían unos flecos para prolongar esa legislación del ERTE en España hasta que la situación mejore. Veremos con qué requisitos.
De momento, como en todo desde que estalló esta pandemia y desató la crisis, hasta cuándo se extenderán los ERTE es una incógnita, como también lo son sus condiciones a partir de ahora.