Así revolucionará el blockchain la tecnología en el futuro


Seguro que en algún momento has escuchado el concepto del llamado blockchain. En su nivel más básico, es una cadena de bloques de información digital, en la que la se almacena en una base de datos pública (la “cadena”). A través de la combinación de bases de datos compartidas y criptografía —que permite asegurar la seguridad de los intercambios—, el blockchain permite que múltiples usuarios tengan acceso simultáneo a un gran conjunto de información digital. Un concepto que revolucionará la tecnología en el futuro.

Es una especie de libro de cuentas (conocido en la jerga especializada en castellano como “libro mayor”) distribuido, transparente, constantemente actualizado con cada transacción y que no tiene modo de hacerse reversible. Resulta, esencialmente, un registro público compartido en el que se basa toda la red Bitcoin, donde se incluyen y distribuyen todas las transacciones confirmadas, generando la confianza necesaria para los intercambios y haciendo que la información sea mucho más difícil de manipular. ¿Calará esta innovación en las empresas?

Así funciona el blockchain

Lo primero de todo, para comprender el impacto que puede tener, es comprender su funcionamiento. El resultado práctico más importante es que, por primera vez, existe una “forma por la que cualquier usuario de Internet es capaz de transferir una pieza única de propiedad digital a otro usuario de manera que se garantice que la transferencia de dinero es segura y transparente”. El resto de los usuarios puede verificar que la transferencia se ha realizado y garantizar su legitimidad, destaca Felipe López-Gálvez, analista de Self Bank.

De igual manera, la criptografía refuerza la integridad y el orden cronológico de la cadena de bloques. Esto permite, por ejemplo, a los monederos de criptomonedas calcular “el saldo utilizable para que se puedan verificar las nuevas transacciones y garantizar así la seguridad de la propiedad digital”, destaca Rafael Ojeda, analista independiente.

El sistema precisa de un tipo concreto de usuarios llamados mineros, que, organizados en las llamadas granjas de minado, se encargan de aportar con sus ordenadores la descomunal potencia computacional necesaria para poder verificar las transacciones en el blockchain.

Esto puede explicar que se esté “concentrando en Islandia una importante labor de minado”, ya que en este país el coste de la energía “es muy bajo”, describe José Luis Herrera, analista independiente. En 2018, la demanda de energía para el minado casi superaba ya a la de los hogares.

Por otra parte, los nodos son los ordenadores personales distribuidos por todo el mundo con el software que almacena y distribuye la copia del registro de transacciones actualizada, para así poder asegurar “la fidelidad de las transacciones ya verificadas por los mineros”, describe Ojeda. Los bloques de propiedad digital se transfieren por la cadena, los mineros verifican la veracidad de los bloques y los nodos verifican el trabajo de los mineros.

Una expansión en marcha

Según el estudio Blockchain, la revolución más allá de las finanzas, desarrollado por la Fundación Telefónica, la popularidad adquirida por Bitcoin ha evidenciado el potencial que presenta su tecnología subyacente, blockchain. Independientemente de que el uso de la criptomoneda se haga masivo o de que esta caiga en el olvido, lo cierto es que el sistema descentralizado de compartir información a base de bloques de datos encriptados está desvelando innovadoras aplicaciones día a día.

Algunos hablan, efectivamente, de una gran transformación tecnológica de la magnitud de la que trajo consigo Internet en los años noventa.

Esta tecnología, que está cambiando las tendencias de los millennials y centennials para invertir, promete eliminar intermediarios en las relaciones entre los usuarios de la red y reforzar su poder, quitándoselo a las entidades e instituciones que lo han ejercido tradicionalmente.

Es algo que ya hizo el primer Internet, y que se intensificó con la llegada de los medios sociales hacia el año 2009: “alterar las relaciones entre las marcas y los consumidores, reconvertir sectores enteros, como las industrias culturales, o replantear el papel de los medios de comunicación, entre otros ejemplos”, concreta el estudio. Un tsunami que lo trastoca todo.

Los rasgos intrínsecos de la tecnología de la cadena de bloques parecen augurar grandes transformaciones en el funcionamiento de numerosas operaciones que se realizan en las redes. Por ejemplo, una base de datos distribuida a la que cada usuario tiene completo acceso y en la que ninguna parte controla los datos introducidos ni la información intercambiada.

A ello hay que sumarle la comunicación entre iguales (P2P): los miembros de la red se comunican directamente entre sí sin pasar por un nodo central; o la transparencia con anonimato. Y es que cada transacción es visible para cualquiera con acceso al sistema. Todo usuario y nodo en una blockchain tienen una dirección única alfanumérica de 30 caracteres.

Por último, la irreversibilidad. Una vez que una transacción entra en la base de datos y que las cuentas se actualizan, los registros ya no pueden ser alterados porque están “encadenados” a los que les precedieron.

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¿Revolución o burbuja?

El blockchain se ha promocionado como una de las innovaciones tecnológicas más prometedoras de los últimos tiempos. Con todo, como cualquier disrupción en el panorama actual, resulta difícil predecir con exactitud su alcance y repercusión. Cada vez es más obvio que esta tecnología va camino de ser una de las “más sobrevaloradas de los últimos tiempos”, en opinión de José Luis Cárpatos, responsable de inversiones de Gloversia Eafi.

A pesar de que sin duda existen avances tecnológicos y aplicaciones interesantes en la cadena de bloques, la revolución que se lleva anunciando ya durante varios años no acaba de producirse. Los lenguajes de Ethereum para los smart contracts tienen el potencial de convertirse en universales en el futuro, como en su día ocurrió con el sistema operativo de Windows para ordenadores o Android para los smartphone.

Eso sí, por el momento el blockchain no ha conseguido reemplazar a los intermediarios en las transacciones financieras —los bancos, también los centrales, siguen al mando—, ni tampoco ha puesto patas arriba sectores económicos enteros —como se predecía hace unos años—, y “no parece que vaya a ocurrir”, relata Cárpatos.

En la actualidad, la industria financiera mundial realiza satisfactoriamente millones de transacciones diarias usando el trading algorítmico como modalidad de verificación rápida y eficaz. Mientras que el blockchain de Bitcoin es capaz de procesar entre cuatro y siete transacciones por segundo debido a la verificación criptográfica necesaria de todas las transacciones, Visa, por ejemplo, procesa unas 24.000.

Con todo, han sido muchas las entidades financieras que han incorporado la tecnología blockchain a partes de su negocio con el objetivo de “reducir costes y aumentar la eficiencia” en el campo tecnológico.

La clave reside en comprender que esta innovación tecnológica va directamente ligada a un sustancial “cambio de paradigma en la manera en la que compartimos, intercambiamos, almacenamos y verificamos información y dinero”, asegura Ojeda.

Esta transformación abre la puerta a un enorme cambio en el panorama económico y social de gran calado: “la eliminación de la figura del intermediario o tercero de confianza”, añade. Es esta característica única, la de la descentralización, la que proporciona “mayores niveles de confianza, seguimiento y seguridad en los servicios digitales que los tradicionales”, confirma López-Gálvez.

No obstante, eso no significa que esté exenta de problemas y que tenga sus limitaciones, ni que sin la confianza y el apoyo de los usuarios vaya a trascender en el tiempo, aunque el término blockchain se escuche cada vez en más lugares.

Captar talento para las empresas

La realidad es que esta tecnología está por todas partes y podríamos decir que prácticamente todos los sectores se están viendo y se verán conquistados por ella en el futuro, a tenor de la opinión de los expertos.

El blockchain, aunque ya en 2017 hizo su aparición en España (como se extrae del informe de Fundación Telefónica Sociedad Digital en España 2018), fue el pasado ejercicio cuando empezó a ocupar un hueco importante en empresas e instituciones del país.

El sector que está en cabeza en esta carrera de fondo es el bancario. Pero no es, ni mucho menos, el único que está trabajando para aprovechar los beneficios que reporta esta tecnología en términos de descentralización y seguridad. Las áreas de las telecomunicaciones, la energía o la logística también están apostando con fuerza, así como el sanitario.

Tanto es así que el propio informe recoge la opinión de Iñaki Ereño, CEO de Sanitas, quien señala que “el blockchain permitirá al paciente ser el propietario verdadero de su información médica”, sin olvidar la creación de entornos seguros donde desarrollar proyectos de genómica “con los que determinar la susceptibilidad de una persona hacia una enfermedad y las opciones de tratamiento más adecuadas”.

En términos organizativos, dentro de las propias empresas, su empleo en diferentes secciones permite optimizar la actividad y ganar en seguridad. Una auténtica revolución tecnológica. En este sentido, un ejemplo de ello puede ser en el departamento de recursos humanos, concretamente a la hora de reclutar empleados.

Las empresas, a la hora de reclutar nuevos trabajadores, y entre ellos los más talentosos, disponen de numerosas herramientas y tecnologías a su alcance. Con todo, entre ellas, el blockchain puede suponer un gran avance, gracias a que “permite automatizar procesos y mejorar la precisión”, afirma Miguel Ángel Aranaz, unit business manager de Digital Talent Agency.

También, la posibilidad de intercambiar información y hacer operaciones digitales de manera segura y sin intermediarios hace que el blockchain pueda suponer toda una revolución en el mundo de los recursos humanos. Puede poner “patas arriba el mundo de la tecnología y sus implicaciones en otras áreas”, tal y como describe López-Gálvez.

Así, a la hora de manejar e implementar esta tecnología en la captación de talento, esta agencia especializada aporta seis claves a tener en cuenta. En primer lugar, la verificación. Con permiso del candidato, se pueden verificar cada uno de los datos que aporte a lo largo del proceso de selección. Ya no solo se trata de su identidad, sino de su formación, experiencia laboral etc.

Por otra parte, la referencia. Las personas que optan a un puesto solo tendrán que aportar los certificados una vez, con vistas a su verificación. Con esto, se pueden eliminar los procesos tediosos y repetitivos que, a veces, nos encontramos en los procesos de selección.

Asimismo, afinar en encontrar los candidatos potenciales. Centrar el radar, puesto que, al fin y al cabo, puede suponer un ahorro de tiempo y dinero (y no solo para las empresas). Por ello, hay que destacar y reconocer el valor que tiene el blockchain de cara a relacionar puesto y candidato de la manera más completa.

La automatización de los contratos laborales permite la verificación de cada uno de los datos sin intervención humana. Los algoritmos de estos smart contracts, elaborados desde el departamento legal de la empresa, parten de la información del candidato y, por ejemplo, pueden revelar si merece o no un bonus (dependiendo de las conclusiones que se extraigan).

De igual manera, facilita el seguimiento. Todo el proceso de documentación e investigación sobre el candidato se puede simplificar con esta tecnología. Gracias a ello, podremos saber con mayor agilidad los conocimientos adquiridos y las tareas realizadas en cada puesto de trabajo. En definitiva, cuanta más información tengamos, mejor y más eficiente será el proceso de reclutamiento.

Así, pese a que desde la agencia resaltan que aún no está asentada su utilización, lo cierto es que ya existen casos de compañías que utilizan blockchain en el ingreso de nóminas. No obstante, y como ocurre en todos los ámbitos, la completa seguridad de los procesos marcará el ritmo en su evolución.

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El impulso desde la universidad

Pensar que esta tecnología, como muchas otras, solo tiene utilidad a nivel empresarial sería un error de bulto. De hecho, desde el propio entorno educativo se está alzando la voz para resaltar las posibilidades que el blockchain puede aportar a su campo. Sin ir más lejos, la UNED y la Universidad el País Vasco (UPV/EHU) presentaron la Universidad del Blockchain. El proyecto pretende dar a conocer esta tecnología, así como resaltar el papel que puede desempeñar en todo el entorno educativo.

Siguiendo este esquema, el rector de la UNED, Ricardo Mairal, afirmó en la presentación que “el mundo TIC debe hacer una reflexión sobre la importancia del blockchain y cómo nos podemos beneficiar de toda la irrupción tecnológica del mismo”. Algunos de los beneficios serían: “mejorar y simplificar los procesos, desburocratizar determinados procedimientos y apostar por la seguridad”, afirmó Mairal.