Competencia perfecta: qué es, tipos y ejemplos para empresas


En un mercado ideal, la competencia perfecta existiría. Sin embargo, es muy difícil que se cumplan todas las condiciones, pero ¿qué es exactamente la competencia perfecta? En este artículo te explicaremos en detalle cómo funciona, qué tipos hay y algunos ejemplos para empresas.

Si ya te habíamos hablado de cómo vender más que la competencia o cómo mejorar la competitividad de tu empresa, en las siguientes líneas veremos en qué consiste la competencia perfecta y cuáles son sus ventajas.

Qué es la competencia perfecta

La competencia perfecta es un modelo de mercado ideal con un gran número de compradores y vendedores, los bienes y servicios que se ofrecen son idénticos y, además, ningún consumidor ni ninguna empresa tienen poder sobre el precio.

Como verás, esto en la realidad es prácticamente imposible que ocurra, pero sí que fundamental saber qué es para entender cómo funcionan otros tipos de mercado y su importancia en la economía. Para empezar, para que haya competencia perfecta, deben cumplirse estas condiciones:

  • Muchos compradores y vendedores: hay un gran número de participantes en el mercado. Ocurre cuando las empresas son tan pequeñas que sus decisiones no afectan al resto del mercado. En la realidad, esto no es posible, pues hay startups y pymes pero también multinacionales que influyen sobre los pequeños negocios.
  • Productos homogéneos: todos los productos son idénticos y no existen diferencias entre las diferentes ofertas de las empresas. No existe la posibilidad de que una empresa cobre más dinero que otra por el mismo bien o servicio.
  • Libre entrada y salida: no hay barreras para que nuevas empresas entren o salgan del mercado. Por lo tanto, en caso de que una empresa no sea rentable, podrá retirarse fácilmente. En la vida real, esto no es tan sencillo.
  • Acceso a la información: todos los productores y consumidores tienen acceso a la misma información sobre precios, costes y calidad de los productos, lo que permite tomar decisiones de manera informada.

Tipos de competencia perfecta

Ahora que ya sabes qué es la competencia perfecta y cómo funciona, la hemos clasificado en tres tipos principales:

En el mercado de bienes

Los productos que ofrecen los vendedores tienen exactamente las mismas características, funciones y, por supuesto, mismo precio y calidad. Esto hace que los consumidores no puedan decantarse por un producto en concreto.

En el mercado de servicios

Tampoco existen diferencias notables entre los servicios que ofrecen los proveedores, así que los consumidores eligen en función de la disponibilidad y el precio de los mismos.

En el mercado laboral

Cuando todos los empleados tienen las mismas competencias profesionales para sacar adelante el trabajo. Por lo tanto, las empresas no tienen más remedio que ofrecer el mismo salario por la misma experiencia.

Ejemplos de competencia perfecta para empresas

Aunque es muy difícil encontrar ejemplos de competencia perfecta en el mercado capitalista en el que vivimos, sí que existen algunos mercados que se aproximan a este modelo:

  • Agricultura: en el mercado de algunos productos agrícolas básicos, como el trigo, el maíz o el arroz, suele haber un gran número de agricultores que venden el mismo producto y el precio se determina únicamente por la oferta y la demanda.
  • Productos digitales: algunos programas informáticos suelen tener características muy parecidas y no hay existe una gran diferenciación entre determinados productos y el precio fijado por sus proveedores.
  • Bolsa de valores: los mercados financieros no cumplen con todas las condiciones de la competencia perfecta, pero en la bolsa de valores todos los participantes tienen acceso a la misma información y el precio de las acciones se determina, normalmente, en función de la oferta y la demanda.

Ventajas y limitaciones de la competencia perfecta

Por último, estos los principales beneficios que tiene el modelo de competencia perfecta:

  • Precios equitativos: apoya que existan precios justos para los consumidores, ya que las empresas no pueden subir libremente los precios de sus productos. Además, los clientes tienen acceso a la misma información que los vendedores, por lo que podrán tomar decisiones informadas en el momento de la compra.
  • Optimización de recursos: las empresas compiten únicamente en función de la eficiencia, por lo que deberán maximizar su producción y reducir costes.
  • Mayor eficiencia: los productos no se diferencian y tampoco hay presión a la hora de fijar los precios, pero las empresas se verán obligadas a producir de la manera más eficiente posible porque el precio será equivalente al coste marginal.

En cambio, también tiene ciertas limitaciones importantes:

  • No hay incentivos para innovar: la homogeneidad de productos hará que las empresas no tengan ningún tipo de incentivo para innovar o mejorar sus productos, ya que esto supondría un aumento de costes innecesario para las marcas.
  • No hay diversificación: si los productos no se diferencian, no hay diversificación. Esto hará que sea imposible cubrir las necesidades tan cambiantes de los consumidores.
  • Difícil de poner en práctica: las condiciones de la competencia perfecta son casi imposibles de llevar a cabo en la vida real. Al fin y al cabo, la diferenciación de productos, la variedad de precios y la innovación son las principales características de nuestro sistema capitalista actual.

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