Seguro que abriste tu negocio online con ilusión, invertiste en una web atractiva, elegiste productos con mimo y pensaste que las ventas llegarían solas. Pero para el tiempo y… nada. Las visitan llegan, pero tu web no vende. ¿Qué fallos están ahuyentando a tus clientes?
Es una situación más común de lo que imaginas. Muchos negocios digitales se enfrentan al mismo problema: una web con tráfico que no convierte. Y lo frustrante es que, a simple vista, parece que todo está bien. Pero hay detalles invisibles que lo cambian todo.
Este artículo recoge los 7 errores más comunes que están saboteando tus conversiones sin que seas consciente. Desde problemas técnicos hasta fallos de diseño y comunicación, cada uno de ellos puede marcar la diferencia entre vender o no.
Si notas que tu web no despega o las ventas han bajado sin razón aparente, es muy probable que estés cometiendo alguno de estos fallos. Por suerte, todos tienen solución. Vamos a repasarlos y a ayudarte a optimizar tu sitio web para que por fin empiece a dar resultados.
Vivimos en la era de la inmediatez. Si tu página tarda más de 3 segundos en cargar, más del 40% de los usuarios abandonarán la web sin pestañear. Un sitio lento no solo perjudica la experiencia del usuario, también Google la penalizará.
¿La solución? Optimiza imágenes, reduce scripts innecesarios, usa una buena red de servidores (CDN) y mejora el rendimiento técnico del sitio. Herramientas como PageSpeed Insights pueden ayudarte a detectar qué está frenando tu web.
Las páginas web son tu escaparate. Si el diseño está desordenado, con tipografías inadecuadas, colores estridentes o menús confusos, el usuario desconfiará de inmediato. A nadie le gusta comprar en una tienda que parece que está abandonada o mal organizada.
Una web que es visualmente atractiva, clara y coherente genera confianza desde el primer momento. Es muy importante cuidar la jerarquía visual, usa espacio en blanco y asegúrate de que todo sea intuitivo.
Si los usuarios no saben dónde hacer clic o cómo volver atrás, abandonarán la web antes de convertir. Menús escondidos, llamadas a la acción que son ambiguas y estructuras enrevesadas solo generan frustración.
Hazlo más fácil. La navegación debe de ser fluida y lógica. Usa menús visibles, estructura clara y enlaces bien definidos. Añadir un buscador interno también puede mejorar mucho la experiencia.
¿Tu web transmite seguridad? Si no hay información de contacto clara, avisos legales visibles, políticas de devolución o testimonios reales, el usuario se lo pensará dos veces antes de comprar.
La confianza se construye. Por lo tanto, muestra quién eres, ofrece garantías, incluye reseñas y utiliza certificados de seguridad. Incluso pequeños detalles como un diseño profesional y un dominio personalizado aportan credibilidad.
La mayoría de las visitas web, en concreto más del 60%, provienen del móvil. Si tu sitio no se adapta a distintos dispositivos, estás perdiendo más de la mitad de tus oportunidades de venta.
Una web responsive es imprescindible. No basta con que se vea bien, esta debe de funcionar perfectamente. Prueba tu sitio en diferentes pantallas, ajusta los botones para que sean táctiles y asegúrate de que el contenido se carga correctamente.
Si no guías al usuario con botones y textos directos, lo mas probable es que se pierda o simplemente no actúe. La indecisión del usuario suele ser resultado de una mala estrategia. Por ello, usa CTA llamativos como “Compra ahora” o “Solicita información”.
Las llamadas a la acción deben ser visibles y persuasivas. No tengas miedo de destacar botones o repetir el mensaje clave varias veces a lo largo de la página web, a veces es el mejor truco para que esté posicionada.
Un blog sin actualizar desde 2019 o descripciones de producto genéricas pueden dar una imagen de abandono o dejadez. Cuando el contenido es escaso, irrelevante o genérico, el usuario percibe que detrás de esa web no hay un negocio comprometido.
Y si tú no te tomas en serio tu sitio, ¿por qué debería de hacerlo tu cliente? Además de dañar la imagen de marca, el contenido pobre perjudica gravemente al SEO.
Google premia la calidad, la relevancia y la frescura del contenido. Si tu web no se actualiza con frecuencia o no aporta valor real, perderás visibilidad en los resultados de búsqueda, y con ello, posibles ventas. Tener una web es fácil, hacer que venda, no tanto.
Pero ahora ya conocer los errores más comunes que impiden que tus visitas se conviertan en clientes. Desde detalles técnicos hasta aspectos de diseño, contenido o confianza, cada uno de estos fallos tiene solución si sabes dónde mirar.
Este es el momento de revisar tu página web con ojos críticos y preguntarte: ¿realmente estoy facilitando el camino al usuario? Si identificas alguno de estos puntos en tu web, no lo dejes pasar. Hacer pequeños cambios puede tener un gran impacto en tus resultados.
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