Al realizar inversiones, cada persona asume un nivel de riesgo por ellas debido a los movimientos del mercado, la naturaleza de los instrumentos financieros, el ambiente externo en el que se desarrolla la economía y muchos otros aspectos asociados al mundo bursátil.
Es por esto por lo que es necesario realizar siempre una gestión del riesgo, en la que se establezcan los pros y contras de determinada inversión antes de hacerla. ¿Qué es lo que se puede hacer para evitar sorpresas y generar así un gran patrimonio? Los expertos dan las claves al respecto.
Antes de entrar en el punto de la gestión del riesgo, es fundamental destacar que cada inversor tolera un nivel de riesgo en sus inversiones de acuerdo con su perfil. A este respecto, podemos definir tres perfiles fundamentales.
El primero de todo es el conservador. “Este tipo de inversor tolera el mínimo riesgo en sus inversiones y valora la seguridad y el conocimiento exacto de cuánta ganancia le generará su inversión”, explica Rafael Ojeda, analista macro de Fortage Funds. “En otras palabras, únicamente le gusta ir por lo seguro y sólo invierte en renta fija”, añade.
Por otra parte, se encuentra el inversor moderado. “Estos toleran un poco más el riesgo, pero sin exceder un límite", dice Ojeda.
"Les gusta tener la mayor parte de su capital seguro en instrumentos de renta fija, pero apuestan a ganar un poco más colocando un porcentaje, que varía entre uno y otro inversor, en instrumentos de renta variable de empresas muy líquidas para generar mayor rentabilidad, pero siempre con mucha cautela”.
Mientras, está el inversor agresivo. “Buscan la mayor rentabilidad, asumiendo riesgos más grandes ya que ponen una gran parte de su capital de inversión en instrumentos de renta variable”, comenta el experto.
Suelen ser personas jóvenes, solteros y/o sin hijos y con altos ingresos producto de otras actividades. Igualmente, se preocupan por hacer la gestión del riesgo de sus inversiones, pero en muchos casos pagan la asesoría para esto.
“Realizar una gestión del riesgo de las inversiones dependerá de tu perfil como inversor y del riesgo que estés dispuesto a tolerar”
“Teniendo este punto en cuenta, realizar una gestión del riesgo de las inversiones dependerá de tu perfil como inversor y del riesgo que estés dispuesto a tolerar”, asegura José Luis Herrera, analista financiero independiente.
Cabe recordar que “riesgo” implica que se puede perder el dinero que se ha invertido o que no genere la rentabilidad esperada, por lo que a quienes no les afecta mucho perder el dinero que han empleado son los más propensos a tener un perfil agresivo.
Los que tienen un perfil moderado son más minuciosos en su análisis de gestión del riesgo de las inversiones ya que no están en posición de perder su capital, pero también quieren obtener mejores beneficios.
“La importancia de la gestión del riesgo en las inversiones radica en que, dependiendo del tipo de instrumento financiero en el que inviertas, las empresas en las que compres acciones, si inviertes en bonos de moneda local o en dólares, el tiempo de la inversión, etc.”, cuenta Victoria Torre, de Self Bank.
“Existe un porcentaje de incertidumbre en el que puedes llegar a perder tu dinero, un resultado desfavorable incluso para el más osado de los inversionistas”, advierte.
Por tanto, los expertos coinciden en que tomar el tiempo para analizar las amenazas del mercado, y más específicamente, de la transacción que deseamos realizar, es de vital importancia para reducir este nivel de riesgo al mínimo.
“Claro que no se disipa al 100%, pero actuar a la ligera puede aumentar muchísimo la probabilidad de perder el capital, mientras que, si se analizan con cuidados los riesgos, la inversión aumenta su probabilidad de ser exitosa”, afirma Torre.
El modelo clásico de binomio rentabilidad-riesgo establece que el rendimiento potencial aumenta a medida que aumenta en el riesgo en una inversión. Es el pilar fundamental a la hora de realizar una hoja de ruta que se centre en la gestión del riesgo como estrategia principal.
La gestión del riesgo, al final, se basa en este tipo de criterio. Así lo señalan los expertos en gestión patrimonial.
Usando este principio, los individuos asocian bajos niveles de riesgo con bajos rendimientos potenciales y altos niveles de riesgo con altos rendimientos potenciales. De acuerdo este modelo, el dinero invertido puede generar mayores ganancias sólo si el inversor acepta una mayor posibilidad de pérdidas.
Es cierto que lo habitual es que la rentabilidad y el riesgo estén relacionados de forma directa en la mayoría de las inversiones. Los activos con mayor riesgo suelen ofrecer una mayor rentabilidad y viceversa. No obstante, eso no sucede siempre.
“Hay ocasiones en las que la relación entre rentabilidad y riesgo se invierte, convirtiéndose en muchos casos en grandes oportunidades de inversión”, resalta Herrera.
Para entender esta inversión en la relación directa entre la rentabilidad y el riesgo, es necesario comprender el vínculo de cada uno de estos factores con el precio que pagamos por un activo.
“Cuanto menor es el precio que pagamos por un mismo activo, menor es el riesgo de pagar demasiado por él”
Por un lado, cuando decidimos comprar un activo, existe el riesgo de pagar por éste un precio superior al valor que puede generar a largo plazo. “Por lo tanto, cuanto menor es el precio que pagamos por un mismo activo, menor es el riesgo de abonar demasiado por él”, apunta Herrera.
A ello hay que sumarle que la rentabilidad está relacionada también con el precio que pagamos por un activo. “Entonces, cuanto menor es el precio que pagamos por un mismo activo, mayor es su rentabilidad potencial”, ahonda el experto independiente.
Como vemos, tanto la relación de la rentabilidad y el riesgo con el precio pagado por un activo es inversa. De este modo, si pagamos un precio menor por un activo, la rentabilidad será mayor, pero su riesgo será menor.
“Como vemos, la relación entre rentabilidad y riesgo no es directa, sino todo lo contrario… En otras palabras, se invierte el binomio rentabilidad-riesgo que debería darse en teoría”, profundiza Herrera.
Un aspecto en el que centrarse es cómo la pandemia ha cambiado la gestión de los riesgos de las grandes fortunas.
Según Borja Durán, Fundador y CEO de Wealth Solutions, en general, las inversiones de más largo plazo, incluidas las intergeneracionales, que son comunes dentro de los altos patrimonios, no se ven afectadas por circunstancias puntuales, y no ha habido ninguna variable nueva que haga cambiar estos objetivos.
“Por ello, en nuestra experiencia, la pandemia no ha cambiado la estrategia de los inversores a largo plazo”, afirma Durán.
“Asimismo, gracias a que la crisis ocasionada por el coronavirus no ha tenido influencia, sus carteras de inversión sufrieron las correcciones del primer trimestre de 2020, pero pronto se recuperaron teniendo resultados positivos en ese ejercicio, como los que llevan actualmente en este año”, ensalza el CEO.
Otro tema es si dentro de esa gestión del riesgo hay un mayor interés de los clientes de grandes patrimonios por las inversiones enfocadas en la sostenibilidad y los criterios ESG. Algo que para Durán tiene un aumento exponencial.
“Habrá algunos que se adapten antes que otros, pero todos los inversores, en unos años, tendrán el ESG incorporado de facto en sus inversiones, de hecho, en muchos casos será sin darse cuenta”, concreta.
“En nuestra opinión, la tendencia es imparable, pero no debe darse sin verificar las consecuencias últimas de estas decisiones”, expone.
El experto asegura que las cosas no son buenas per se, es decir, el sustento ideológico es perfecto, pero queremos estar vigilantes para que se realice una implementación adecuada, evitando caer en el perverso efecto del greenwashing.
La realidad es que es cierto que se está tomando mayor consciencia respecto a la responsabilidad con el entorno y se están implantando buenas prácticas en gobierno corporativo (a todos los niveles y en prácticamente la totalidad de los sectores), pero, al mismo tiempo, la regulación y las políticas empujan a ello.
“Creemos que estas dos tendencias van a continuar y progresivamente irán ganando peso en todos los sectores”, relata Durán.
¿Y qué debe hacer aquel que quiere generar una gran fortuna, pero que está comenzando? Según Jorge Coca, Fundador y director general de Wealth Solutions, lo primero es reflexionar con detenimiento sobre los objetivos, necesidades y restricciones en cada caso.
No hay dos inversores iguales y, por tanto, es imperativo conocer en detalle cada situación. “Posteriormente, hay que trasladar esas condiciones particulares a una política de inversión que nos marque la distribución de activos estratégica”, describe.
En este sentido, cuando invertimos en los mercados financieros, apostamos a que el mundo va a crecer, no hay que pretender encontrar la empresa que mejor lo va a hacer. Por tanto, fijamos ambiciones realistas y soportadas técnicamente.
“Consideramos que la aproximación a la gestión patrimonial debe ir ligada a la gestión de los riesgos, más que a perseguir rentabilidades”, indica. Las rentabilidades son consecuencia de los riesgos e incertidumbres a los que nos vemos expuestos.
“La cuestión no es si queremos tener exposición a los riesgos, sino en que proporción los vamos a tener, y nuestra capacidad de tolerancia”
“Por tanto, la cuestión no es si queremos tener exposición a los riesgos, sino en que proporción los vamos a tener, y nuestra capacidad de tolerancia”, asevera Coca.
En general, cuanto mejor este definida la política de inversión en base a los distintos objetivos que se puedan tener, más sencillo será poder modular la tolerancia a cada uno de los riesgos a los que el inversor se exponga.
Ese proceso es lo más importante y ha demostrado ser mucho más consistente que las emociones. “Permite evitar reacciones desmesuradas, algo que siempre es perjudicial para nuestros intereses”, esgrime Coca.
Además, la formación, la experiencia y el asesoramiento ayudan sobremanera a los inversores.
“Finalmente, recomendamos prestar especial atención a los costes, pues son el mayor drenaje de la rentabilidad en las inversiones”, profundiza el experto.
Así las cosas, invertir a largo plazo, es en sí, una gran oportunidad. Por ello, es fundamental hablar de la gestión de riesgos (diversificar bien por sector, divisas, clases de activo, no tener riesgo de balance, etc.) más que de oportunidades de inversión puntuales.
“Si los objetivos y las necesidades a satisfacer están bien definidos, en el largo plazo, manteniendo la disciplina los resultados serán buenos”, comenta Coca.
Uno de los aspectos capitales, una vez realizados los deberes es mantenerse invertido y no estar entrando y saliendo del mercado. Para las inversiones a largo plazo, es fundamental tener exposiciones a empresas, sean cotizadas o privadas, pero, sea como sea, al sector empresarial, porque es la mayor fuente de riqueza que existe.
“Esta exposición pensamos que hay que realizarla de manera global, sin especular en que sectores, zonas geográficas o tendencias van a tener más éxito, pues las historias atractivas no suelen ser las más rentables”, aconseja Coca.
De igual modo, el sector empresarial tiene una cobertura natural a la inflación y se vuelve más eficiente con la entrada de nuevas tecnologías y la globalización.
En conclusión, la gestión del riesgo es un concepto necesario para construir un patrimonio grande y estable con el paso del tiempo. Para ello, siempre es recomendable recurrir al asesoramiento financiero para evitar cualquier susto que pudiera aparecer y que nuestro dinero se vea completamente comprometido.
Las valoraciones vertidas por nuestros expertos son opiniones de carácter particular y no representan una recomendación de inversión concreta. Para maximizar los beneficios de tu capital consulta con un especialista para que te asesore conforme a tus necesidades.