Invertir en las tendencias con más potencial a futuro se ha convertido en una de las grandes prioridades para obtener rentabilidades en la próxima década. De hecho, centrarse en las nuevas temáticas es lo que están tratando de hacer la mayoría de las firmas de inversión.
Dos de ellas, la realidad virtual y el auge de los drones pueden tener un gran recorrido a largo plazo, en línea con la posición de caballo ganador que ha ocupado la tecnología desde la recesión mundial desde el 2008.
Para el equipo de análisis de Credit Suisse, el sector tecnológico va a ser “uno de los campos que va a tener a nivel mundial un gran impacto”.
Por ejemplo, hay estudios como el último de IDC que hablan de que los casos específicos de Inteligencia Artificial están cerca de triplicarse entre los años de 2008 y 2022 y pasará de 24.000 millones a 77.600 millones de dólares con una tasa de crecimiento anual compuesto del 37,3%.
Por tanto, a continuación, puedes ver cuáles son las razones por las que se puede apostar por estas tecnologías y obtener así, con el paso del tiempo, importantes retornos.
Los expertos ya se están centrando en las tendencias en las que ya hay que poner el radar en la actualidad. Efectivamente, una de ellas es el auge de la realidad virtual: una tecnología que está llamada a revolucionar el entorno tal como se conoce hoy en día y que puede generar rendimientos interesantes si invertimos en ella.
Timothée Au Duong, gestor de fondos en Edmond de Rothschild Asset Management (EdRAM AM), así lo considera al explicar detalladamente cuáles son las razones por las que esta temática tiene un enorme potencial en el futuro próximo.
“Tiene el ambicioso objetivo de simular la presencia humana en un entorno artificial”
Según expone, pese a los resultados bastante decepcionantes de los últimos años, las previsiones de crecimiento de esta tecnología son muy prometedoras. “Tiene el ambicioso objetivo de simular la presencia humana en un entorno artificial mediante una experiencia de inmersión”, comenta.
En aras de alcanzarlo, la realidad virtual utiliza 3D, la estimulación de los sentidos del tacto y el oído y, la posibilidad de numerosos tipos de interacción. A menudo se asocia con la Realidad Aumentada (RA), una tecnología afín que pretende superponer información virtual al mundo real.
Las dos despertaron un gran interés hace un lustro, con el lanzamiento de las gafas de realidad virtual Oculus Rift y el juego Pokémon Go, que causaron asombro cuando dieron a conocer este nuevo universo al público en general. En aquel momento, los especialistas parecían convencidos de que despegarían inmediatamente.
Sin embargo, esto no sucedió, y hoy estas tecnologías parecen haber sido relegadas al estatus de rarezas, borradas de la lista de los grandes temas del futuro. Con todo, se mantienen contando de muchos puntos fuertes y sus perspectivas de crecimiento futuro también son una realidad.
“Se trata de una tecnología que suele estar cargada de requisitos previos en cuanto a equipamiento e instalación, lo que la limita a un mercado restringido de aficionados, mientras que la mayoría de los consumidores prefieren optar por soluciones móviles y ergonómicas”, ahonda Au Duong.
La realidad virtual no solo se dirige al mercado del entretenimiento, sino que tiene la enorme ventaja de ofrecer soluciones innovadoras a las empresas del cómputo global de las industrias.
Tal y como se observa en un estudio elaborado por Goldman Sachs, estas compañías suponen representan casi la mitad del tamaño total del mercado.
“Uno de los sectores más representativos es sin duda el de la sanidad, que la utiliza tanto en terapia, para exponer a pacientes con fobias a situaciones de estrés controlado, como en cirugía, para permitir operaciones simuladas en cobayas virtuales”, afirma el banco de inversión.
Asimismo, en el comercio electrónico, la tecnología de la realidad virtual ofrece a los consumidores una experiencia inmersiva e interactiva, cercana a las condiciones de una tienda real.
“Por ejemplo, se puede ver un mueble en su entorno, comprobar las dimensiones de un electrodoméstico o probarse la ropa virtualmente”, expresa Au Duong. Todas estas posibilidades añaden un verdadero valor añadido en un campo que ya se está desarrollando rápidamente.
Igualmente, en la industria del automóvil, también, esta tecnología se sitúa en el centro del proceso de fabricación.
"Ford Motors, por ejemplo, la utiliza para evaluar la experiencia del conductor en prototipos virtuales, lo que le permite liberarse de la fabricación de modelos físicos y, la empresa WayRay emplea la realidad aumentada para mostrar hologramas de asistencia al conductor en el parabrisas que analizan las señales de tráfico y los obstáculos en tiempo real", repasa.
Según Capgemini, el 82% de las empresas que han implantado soluciones de realidad virtual o aumentada han obtenido resultados que cumplen o superan las expectativas. Por lo tanto, se sienten automáticamente menos disuadidas por el coste potencialmente elevado de la tecnología.
Las opiniones sobre el futuro crecimiento de la realidad virtual y aumentada siguen siendo mixtas, pero ya hay factores que avalan su creciente importancia en la sociedad. En primer lugar, los avances tecnológicos previstos en campos como el 5G o la Inteligencia Artificial bien podrían permitirle superar sus límites.
“En un futuro próximo, el 5G supondrá una velocidad de datos hasta 10 veces mayor, así como una conexión más estable”, dice Au Duong. Por lo tanto, a su modo de ver, será posible que las interacciones a distancia se produzcan casi en tiempo real, lo que representa una gran ventaja para los usuarios.
“La nueva versión de Oculus Quest de Facebook es más ligera, más rápida y un 25% más barata”
En segundo lugar, a medida que se desarrolle, el hardware será más asequible a la vez que ofrecerá una mejor experiencia. “La nueva versión de Oculus Quest de Facebook es un ejemplo de ello, ya que es más ligera, más rápida y un 25% más barata”, expone.
A medida que la tecnología se hace accesible a más personas, necesariamente impulsará la demanda de más contenidos.
Mientras, Au Duong opina que, desde una perspectiva más cíclica, la virtualización se considera una solución adecuada para el difícil periodo que atravesamos actualmente, ya que permite mantener el contacto en condiciones cercanas a la realidad.
Las empresas han captado el potencial social de la tecnología, como demuestran los numerosos desarrollos en el sector. “Como ejemplo reciente, podemos citar a Apple, que compró NextVR, una empresa especializada en la retransmisión inmersiva de eventos deportivos, conciertos y conferencias”, afirma.
“También podríamos mencionar a L'Oréal, que ha desarrollado una gama de maquillaje virtual sólo disponible durante las videoconferencias”, añade.
Según Allied Market Research, se estima que el tamaño de su mercado alcanzará los 570.000 millones de dólares en 2025, es decir, casi diez veces su tamaño actual.
PWC considera que incluso tiene el potencial de alcanzar 1.500 millones de dólares en 2030. Por tanto, la oportunidad es más a largo plazo que para este año o el siguiente. En efecto, los costes de I+D que conlleva no se traducen en una rentabilidad inmediata para las empresas, lo que tiene como efecto limitar el número de actores en el sector.
“No es de extrañar que los más importantes sean nada menos que los gigantes tecnológicos Google, Apple, Facebook, Samsung y Microsoft, además de algunos editores de software como Unity Software o Dassault Systèmes”, destaca Au Duong.
Otra de las grandes tendencias del futuro dentro del esquema de la inversión tiene que ver con los drones. Esta tecnología de altos vuelos sigue atrayendo a los inversores. Es un sector que se ha disparado en los últimos años y, según distintas estimaciones, su crecimiento puede ser aún puede tener mucha más cuerpo de cara al futuro.
Algunas empresas pueden sacar ventaja de esta temática, ya que cuenta con una elevada proyección y puede acaparar gran cantidad de liquidez en los próximos años.
Los fabricantes de drones en todo el mundo se han visto significativamente influenciados por los desarrollos y avances tecnológicos acelerados en el campo de la electrónica inteligente.
Se estima que desempeñarán un papel importante en el ámbito comercial, cívico y militar. También, en el desarrollo de la inteligencia artificial.
Las empresas de Estados Unidos y otros países ya se han apresurado a implementar drones para reducir costes, aumentar la eficiencia operativa y abrir nuevas fuentes de ingresos.
“La IA es importante porque el uso de drones como 'compañeros leales' es clave para el futuro desarrollo del poder aéreo", afirma el analista de Teal Group, Richard Aboulafia, en una nota distribuida a sus clientes. “Es menos importante como reemplazo de un piloto de combate”, agrega.
Para ver la perspectiva sobre hacia dónde se dirigen los drones, vale la pena observar las métricas detrás de su creciente popularidad. La Administración Federal de Aviación (FAA) anunció que los registros de aviones no tripulados de Estados Unidos superaron el millón en 2018 y se esperaba que se duplicaran con creces a 2,4 millones en 2019.
Goldman Sachs estimaba que las ventas de aviones no tripulados alcancen los 100.000 millones de dólares en 2020.
Esa cifra abarca una amplia variedad de drones: desde los utilizados para fotografiar, hasta los dedicados a las búsquedas y el rescate, hasta aquellos que se usan en el ámbito de la agricultura o en la entrega de paquetes.
En el frente militar, el Centro para el Estudio del Drone en Bard College informó que en la solicitud del presupuesto fiscal el Departamento de Defensa de Estados Unidos pedía 9.390 millones para sistemas de aeronaves no tripuladas, frente a los 7.500 millones del año anterior.
Así, se espera que este crecimiento continúe como una forma para limitar las bajas de pilotos. Aunque los drones aún no se han convertido en una parte generalizada de la vida cotidiana, la sociedad avanza hacia esa dirección. Ya sean entregas desde Amazon o para transportarse en las ciudades.
Bajo el prisma de la inversión es interesante ver el potencial que tienen de integrarse en nuestras comunidades. En la actualidad, puede que no haya muchas compañías de drones como tal. Sin embargo, cada vez son más empresas las que están sumándose a esta temática.
Una de las utilidades que pueden tener los drones es el transporte de pasajeros. Es en este aspecto en el que juega la compañía china Hang Holdings, que se dedica a la fabricación de vehículos aéreos no tripulados y que tiene en mente, dentro del transporte urbano, el desarrollo de los taxis aéreos no tripulados.
En febrero de 2018, lanzó el primer vídeo de un vuelo de pasajeros en uno de sus drones. La compañía comentó en mayo de ese año que había recibido la aprobación de la Administración de Aviación Civil de China para la operación piloto de estos drones autónomos de pasajeros para usos de logística aérea.
Asimismo, Parrot, fabricante francés de drones, también puede sacar ventaja del auge de esta tecnología. Sus drones están diseñados para socorristas, bomberos, equipos de búsqueda y rescate, agencias de seguridad y profesionales de topografía e inspección.
La firma busca competir con la tecnología de drones chinos en el actual entorno político de tensiones entre Pekín y Washington. Y, de igual modo, Plymouth Rock Technologies, es otra empresa que podría beneficiarse de este esquema actual.
“La compañía aún no ha obtenido ganancias, en su última presentación, y Plymouth comentó en ese momento que necesitaría dinero adicional sustancial para establecer sus operaciones actuales y planificadas”, aseguran los analistas de Jefferies.
A ello hay que sumarle que las grandes empresas aeroespaciales y de defensa como Boeing, Lockheed Martin y Northrop operan en este mercado, aunque todavía el tamaño de su negocio de drones es solo una pequeña parte de sus ingresos completos.
En definitiva, estas tendencias han llegado para quedarse y para impulsarse de cara al futuro. Los expertos ven con claridad que están ante un momento ideal para generar crecimiento y aprovecharlo desde el punto de vista de la inversión.