En el mundo empresarial, es probable que los problemas generados en el día a día pueden llevar a soluciones complejas que generan confusión. Aquí es donde aparece el principio de la Navaja de Ockham. Aplicar esta estrategia en tu negocio es muy simple.
Hoy te explicaremos detalladamentecómo aplicar estaestrategiade productividad en tu empresa, para optimizar el tiempo que se les dedica a las diferentes tareas. que puede servir de guía para aportar soluciones simples a problemas complejos.
Cómo aplicar la Navaja de Ockham para aumentar la productividad de tu negocio
La Navaja de Ockham es un principio filosófico que defiende que las soluciones más sencillas son las más eficaces. Aplicando este concepto es posible aumentar la productividad de tu negocio, y reducir el tiempo de producción. ¿Y cómo puedes aplicar este concepto a tu negocio?
En este artículo te vamos a explicar cómo puedes emplear la Navaja de Ockham, paso por paso, para que puedas beneficiarte de la simpleza de este principio tan complejo.
Identificar el problema central
El primer paso para poder aplicar este concepto sería localizar cuál es el problema principal que afecta a tu negocio. Encontrar el problema te ayudará a reducir el número de posibles causas, eliminando de esta manera las teorías menos plausibles.
Para poder localizar el problema principal es necesario sopesar diferentes cuestiones como:
¿Cuál es el desafío principal que estamos enfrentando?
¿Qué podemos cambiar para contentar a nuestros clientes?
¿En qué departamento estamos sufriendo más perdidas?
La localización del problema es una parte crucial, para poder aplicar este concepto correctamente. Pues si el problema no está claro, es complicado que las soluciones sean las adecuadas para su resolución.
O que estas soluciones se ajusten a los parámetros necesarios para aplicar la Navaja de Ockham.
Un problema mal identificado, puede llevar a la creación de teorías poco sencillas y que se alejen de lo que propone la Navaja de Ockham como método para la resolución de problemas. Es decir, esto solo nos hará alejarnos de la simpleza que buscamos y complicará más las cosas.
Buscar soluciones simples
Una vez localizado el problema principal, el siguiente paso es pensar las diferentes soluciones. En este momento es cuando la Navaja de Ockham verdaderamente entra en acción. Pues si seguimos este método, nos centraremos solamente en las soluciones simples.
Para encontrar dichas soluciones, se puede de realizar una lluvia de ideas con todas las posibles soluciones. Cuando se tengan todas las soluciones, se deberían descartar las soluciones que están basadas en suposiciones o teorías complejas.
Tras realizar este descarte, hay que revisar el resto de las ideas para llegar a una solución simple y que se ajuste a las medidas del problema. Para hacer esto, se pueden hacer preguntas como:
¿Cuál es la solución más directa?
¿Qué solución se puede llevar a cabo de manera sencilla?
Evaluar el coste de las soluciones
Una vez, elegida una solución sencilla es necesario tener en cuenta los recursos con los que se cuenta para abordar el problema. Para saber cuál es la idea que más se ajusta a estos parámetros, podemos hacer las siguientes preguntas:
¿De qué recursos dispongo para solucionar el problema?
¿Dispongo del presupuesto necesario para aplicar esta solución?
La idea al aplicar esta técnica no es solo reducir el gasto monetario de la empresa, sino también disminuir la cantidad de tiempo y de personal que se invierte a la resolución del problema.
Pues uno de los principios claves de este método, consiste en ser eficiente. Esto se puede aplicar a usar los recursos disponibles eficientemente. Otro de sus principios fundamentales, es reducir el coste que la empresa dedica a la resolución de problemas.
La Navaja de Ockham promueve que el uso correcto de los recursos de la empresa, y la correcta administración del dinero son claves para disminuir los gastos innecesarios y abordar directamente el problema principal.
Probar la solución más simple
Cuando hayas encontrado una solución sencilla que se ajuste al presupuesto,es hora de poner la solución aprueba aplicándola al problema. Para hacer esto será necesario realizar un caso de estudio en el que se intenta solventar el problema con los parámetros que se han creado.
Este proceso de validación no solo sirve para comprobar si la solución es compatible con el problema.
Además, proporciona datos concretos sobre cómo será la aplicación de esta solución al problema, por lo que en esta parte es normal que encuentres que tu solución no se ajusta perfectamente a tu problema.
Ajustar soluciones sin añadir complejidad
El último paso para aplicar el método de la Navaja de Ockham de manera correcta sería conseguir que la solución elegida se ajuste lo máximo posible al problema. Sin necesidad de añadir “mejoras” que aumenten el coste o la complejidad de la solución.
Ajustando la solución lo máximo posible al problema, antes de ponerla en práctica reducirá el tiempo de trabajo. De esta manera el problema estaría resuelto en el menor tiempo posible, con el menor coste posible y de la manera más eficaz.
Beneficios de aplicar la Navaja de Ockham
Aplicar esta técnica de manera correcta en la resolución de problemas de empresas, puede llevar a tu negocio a disfrutar de diferentes beneficios, tales como:
Mayor eficiencia en la toma de decisiones: el simplificar el método usado para resolver problemas, permite llegar a conclusiones antes y tomar una decisión final rápidamente.
Reducción de costes: las soluciones sencillas no son solo más rápidas de implementar, sino que permiten un mejor uso de los recursos.
Mejor uso del tiempo: gracias a que las decisiones se toman con mayor agilidad, el tiempo que antes se empleaba en ellas se puede usar para realizar otras tareas.
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