Las empresas tienen a su disposición numerosas herramientas analíticas que les permiten definir una planificación estratégica para lograr sus objetivos. Estas ayudan a dar una visión más amplia de la realidad del sector y, sobre todo, de la propia empresa. ¿Conoces así el análisis CAME?
En este artículo te explicamos este recurso que funciona como complemento al análisis DAFO (conocido también como análisis FODA) y sirve básicamente para pasar a la acción. No obstante, para entender bien su naturaleza, es necesario conocer las diferencias entre ambos.
Qué es el análisis DAFO
Aunque este artículo se centrará en el análisis CAME, no creemos que sea posible entenderlo sin saber primero qué es en análisis DAFO y cómo se complementan. Comencemos explicando que ambas herramientas son complementarias, y el DAFO sería el primer paso mientras que el CAME es el segundo.
Así pues, el análisis DAFO es una herramienta de análisis a través de la cual se establecen las debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades de una empresa.
Las debilidades y fortalezas corresponden a los factores y las situaciones a nivel interno que hacen que el negocio tenga desventajas y ventajas respecto a otras empresas del sector.
Las amenazas y oportunidades, por el contrario, son esos factores o situaciones externos (ya sean políticas, culturales, sociales, económicos, etc.), que resultan negativos y positivos para el desarrollo de la actividad empresarial.
Una vez obtenidos los resultados del análisis DAFO, la empresa debe pasar a realizar el análisis CAME.
Qué es el análisis CAME
El análisis CAME se utiliza para desarrollar el plan estratégico de la empresa según los datos que se hayan obtenido del análisis DAFO. En otras palabras, el análisis CAME nos sirve para pasar a la acción.
CAME son las siglas de corregir, afrontar, mantener y explotar. Consisten en:
- Corregir las debilidades internas detectadas. El objetivo es que estas debilidades dejen de existir. Si, por ejemplo, no contamos con el personal suficiente para atención al cliente, y los consumidores prefieren el servicio de otras empresas por ese motivo, estamos ante una debilidad que se corrige contratando más personal para este servicio.
- Afrontar las amenazas externas que puedan afectar a la actividad de la empresa. Un buen ejemplo de ello, puede ser que exista una mayor competencia, ante lo que tendremos que conseguir que nuestro negocio ofrezca algo diferente para afrontarla.
- Mantener las fortalezas consiste en detectar aquello que nos da ventaja con respecto a la competencia y procurar que continúe siendo así. Si el asesoramiento personalizado al cliente es uno de los motivos por lo que acuden a nuestro negocio, una buena estrategia consiste en formar al personal para reforzar este punto.
- Explotar las oportunidades es valorar aquellos factores externos que vienen bien a nuestra empresa y desarrollar estrategias y acciones que nos ayuden a posicionarnos teniéndolos en cuenta. Puede hacerse a través de formación, publicidad, etc.
Tipos de estrategias del análisis CAME
El objetivo final del análisis CAME es desarrollar distintas estrategias concretas que ayuden a solucionar los puntos negativos de la empresa y a reforzar los positivos. Las acciones que llevemos a cabo, pueden basarse en cuatro tipos de estrategias distintas:
- Estrategias ofensivas: estas estrategias consisten en centrarse en las fortalezas y aprovechar las oportunidades, y sirven para posicionarse de forma activa en el mercado. Son ideales para empresas pequeñas que están empezando su carrera, por ejemplo, startups.
- Estrategias defensivas: las estrategias defensivas se llevan a cabo centrándose en las fortalezas y las amenazas. En otras palabras, una vez analizados aquellos factores externos que suponen una amenaza para la estabilidad de la empresa, se llevan acciones utilizando las fortalezas para combatirlas. Es una estrategia propia de empresas grandes y consolidadas.
- Estrategias de supervivencia: las acciones destinadas a sobrevivir son aquellas que se centran en eliminar las debilidades para poder afrontar mejor las amenazas. No son específicas de empresas grandes ni pequeñas, sino de aquellas que detectan amenazas que pueden acabar con la empresa.
- Estrategias de reorientación: las estrategias de reorientación se llevan a cabo cuando, ante la incapacidad de corregir por completo las debilidades de la empresa, se opta por explotar las oportunidades. Esta situación puede darse en empresas con recursos limitados, que tienen que elegir aquello que resulte más útil para avanzar.
Diferencias entre análisis CAME y DAFO
Como ves, el análisis CAME y el análisis DAFO son dos herramientas distintas, aunque complementarias. Las diferencias principales entre ambas son las siguientes:
- Tiempo: el análisis DAFO es un análisis inicial, mientras que el análisis CAME se realiza a posteriori para pasar a la acción. Por lo tanto, la principal diferencia entre ambas herramientas es el tiempo en que se realizan.
- Naturaleza: la naturaleza de ambos análisis también es diferente, puesto que el análisis DAFO es teórico, mientras que el análisis CAME tiene una naturaleza práctica.
- Utilidad: tampoco la utilidad del análisis CAME y el análisis DAFO es la misma, ya que uno sirve para detectar aquellos factores que favorecen o perjudican a la empresa, sean internos o externos, y la utilidad del otro es poner remedio o potenciar esos factores, pero no detectarlos.
En conclusión, el análisis CAME es un análisis de tipo práctico distinto al análisis DAFO, aunque en ningún caso es posible realizar uno sin el otro. Ambas herramientas tienen la ventaja de ser útiles para cualquier tipo de empresa en cualquier momento, ya sea que esté empezando su actividad o que ya se encuentre consolidada.
Gracias a estos análisis, podrás establecer o mejorar la posición de tu empresa en el mercado, analizar a la competencia y descubrir tu nicho, así como mejorar internamente diversos aspectos de tu negocio que puedan contribuir a su éxito.
Te animamos a que pongas en práctica ambos análisis y, de realizarlos correctamente, estamos seguros de que conseguirás mejorar los objetivos de tu empresa a largo plazo.
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