Ser autónomo proporciona innumerables ventajas, pero también implica resolver todo tipo de asuntos administrativos y financieros. Y es que trabajar por cuenta propia es mucho más complejo de lo que parece. Un excelente ejemplo son los gastos deducibles debido a nuestra actividad. Especialmente tras la reforma laboral realizada hace un año, que ha cambiado por completo el panorama.
¿Quieres conocer todos los detalles? En la entrada de hoy vamos a hablar de los gastos deducibles que muchos autónomos no conocen. Algo indispensable para cumplir con nuestras obligaciones fiscales y no llevarnos desagradables sorpresas por parte de Hacienda.
Según la Agencia Tributaria, son aquellos gastos derivados de nuestra actividad profesional. Que deben estar reflejados a través de facturas y registrados en los libros de contabilidad. Como autónomo, serás el responsable de justificarlos y separarlos por completo de tus gastos personales. Tarea que si no tenemos un local u oficina puede ser bastante complicada en ocasiones.
Entre los gastos deducibles para autónomos más habituales tenemos los consumos de explotación. Es decir, todas las compras de productos, materia prima y demás elementos que son necesarios para llevar a cabo tu profesión. También entran en esta categoría los salarios de los trabajadores si los hubiera, incluyendo las pagas extras o las dietas de viaje. Así como las cotizaciones a la Seguridad Social.
Y no podemos olvidarnos de los impuestos, que por norma general se le pasan por alto a la mayoría de emprendedores. Puedes deducir gastos por el IBI (Impuesto de Bienes Inmuebles). El IAE (Impuesto de Actividades Económicas). E incluso los intereses de un préstamo asociado a la actividad como autónomo. Aunque esto último no es posible si tienes una sanción administrativa.
Otro de los gastos más importantes que podemos deducir es el alquiler de oficinas, instalaciones o vehículos de transporte. Y su mantenimiento, como las visitas al taller y cualquier reparación que tengamos que efectuar. ¿Vas a contratar personal externo? ¿Quizás un abogado o notario? También son deducibles. Así como cualquier seguro privado que tengas o la inversión realizada en marketing.
También hay gastos que no están directamente relacionados con nuestra actividad que son deducibles. Un claro ejemplo son los seguros privados de salud, que suponen una considerable descongestión del sistema sanitario público. Incluye también las coberturas al cónyuge e hijos con menos de 25 años. Aunque el límite se establece en 500 euros anuales. O 1.500 euros si el familiar tiene un grado de discapacidad.
No se pueden deducir los gastos de recargos y otras sanciones por presentar la documentación fuera de plazo. Tampoco en el caso de donaciones o el IVA. No obstante, nos beneficiaremos de cualquier recargo por la moratoria del pago de una deuda pendiente.
Y dependiendo de tu actividad, también los gastos de la gasolina, transporte y mantenimiento del vehículo. Lo más recomendable es deducir el 50%. Ya que si declaras el 100% tendrás que demostrar que el vehículo lo utilizas solo para trabajar y no para usos personales. Algo que puede resultar prácticamente imposible.
Además, entran en esta categoría las dietas y gastos derivados de viajes, reuniones con los clientes y similares. Que si eres comercial, serán bastante frecuentes. En cualquier caso, no te olvides nunca de solicitar la factura. Ya que un simple ticket no servirá de justificante para estos gastos. ¿Usas el tren u otro transporte público? Entonces acude a las oficinas de atención al cliente y solicita una factura con el importe que has gastado en los últimos 3 meses.
Esperamos que la entrada de hoy os haya ayudado a tener claros todos los gastos que son deducibles para los autónomos. ¿Necesitas más información para mejorar la marcha de tu negocio? Entonces te recomendamos que le eches un vistazo a esta entrada de nuestro blog, donde descubriremos qué es la inteligencia financiera y cómo conseguirla.