Uno de los propósitos que todo el mundo se hace es cuánto será capaz de ahorrar hasta final de año. Pero, al mismo tiempo, la realidad nos demuestra que este es uno de los primeras ideas que no se cumplen. En este sentido, existe un método sencillo, a la par que eficaz, para que esto no parezca imposible: el ahorro periódico. Esto se basa en el compromiso de una persona/inversor de destinar una cuantía determinada con una periodicidad (ya sea mensual, trimestral...).
Lo que se consigue con esta modalidad de ahorro es crear una disciplina en el inversor, es decir, un hábito de ahorro. De esta forma, ya no es necesario esperar a disponer de una gran cantidad de dinero para invertir, sino todo lo contrario; “pues con pequeñas cuantías se puede lograr una gran inversión a largo plazo con un mínimo esfuerzo”, según explica Ignacio González-Enciso Fernández, relaciones Institucionales de Renta 4 Gestora.
Siguiendo todo esto como referencia ¿cómo se puede ahorrar periódicamente? Básicamente consiste en “invertir una cantidad regular previamente establecida”, por ejemplo, una vez al mes, a través de “una orden periódica desde tu banco a tu entidad financiera donde se ejecutará la orden de compra automáticamente”, comenta González-Enciso.
Esto se puede entender a través de un ejemplo gráfico, que muestra cuáles son los beneficios de ahorrar en horizontes temporales más amplios. “Si disponemos en nuestra cuenta de 5.000 euros y nos ponemos como objetivo ahorrar 100.000 euros; a través de un ahorro periódico mensual de 300 euros, conseguiríamos ese objetivo en 20 años, habiendo realizado en realidad una aportación real de 72.000 euros”, describe el experto de Renta 4 Gestora.
Por el contrario, si ese capital no se hubiera invertido mensualmente y lo hubiésemos ido simplemente depositando en nuestra cuenta del banco, tardaríamos 7 años más para llegar a 100.000 euros. “O tendríamos que subir la cuota mensual a pagar a 416 euros al mes (lo que supone un 38% más respecto al ahorro periódico invertido) para conseguir nuestra meta”, añade.
¿Cómo puede explicarse? Principalmente, porque se debe a que, al ir invirtiendo una vez al mes, los beneficios que vamos obteniendo de nuestras inversiones se reinvierten, haciendo que dichos beneficios produzcan a su vez otros beneficios que hacen que el patrimonio sea cada vez más alto. “Es lo que se conoce como interés compuesto al que Albert Einstein denominó como la octava maravilla del mundo”, describe González-Enciso.
En este sentido, el ahorro periódico ayuda principalmente a dos cosas: conseguir mucho antes los objetivos de rentabilidad que nos planteamos para ahorrar y ayudar a guardar dinero sin desembolsar grandes cantidades de dinero.
“Mediante esta estrategia lo que se busca es alcanzar una constancia en la inversión, de tal forma que se invierte en todo tipo de situaciones, tanto cuando el mercado está alto como cuando está bajo y ello implica que la rentabilidad sea más estable y esté más diversificada, ya que se minimiza el efecto de la volatilidad del mercado”, afirma Rafael Ojeda, analista independiente.
Más allá de enfoques generales, lograr un saldo positivo el día 30 de cada mes requiere determinación y organización: “llevar un estricto recuento de gastos familiares. Pero no todos tenemos alma de contable”, según José Luis Cárpatos, director de inversiones de Gloversia Eafi.
Con tal efecto se comercializan apps, de las que, como sucede con la mayoría de estos productos, tendemos a casarnos con presteza. Con todo, hay un sistema que muchos consideran más sencillo y efectivo, y que viene avalado por su éxito en Japón: kakeibo (se pronuncia “kakebo”). Con sencillez zen, “consiste en ir plasmando en un cuaderno, para que podamos visualizarlo, cuánto dinero ganamos, cuánto queremos ahorrar y cuánto gastamos”, afirma Torre.
¿Cómo funciona? “Es un diario de economía doméstica, equivalente a los diarios de calorías en los que uno anota lo que come y lo que quema”, añade la experta.
La clave de este sistema está en que ponemos las cuentas por escrito, en vez de llevarlas en la cabeza. Como describe Luis Pita, analista financiero, “aporta visibilidad, en el sentido de que permite que puedas darte cuenta de que estás gastando demasiado en determinadas cosas y puedas tomar medidas”. No se trata de quitarse esas cosas, simplemente de reducir los excesos. Algo que puede ayudar al usuario al ahorro periódico.
Ahorrar no es una tarea sencilla, no basta con proponérselo. "El error principal que cometemos los españoles es que queremos ahorrar a final de mes", expone Victoria Torre, responsable de producto de Self Bank. "Cuando nos ingresan la nómina, vamos sumando gastos durante todo el mes. Y lo que nos queda al final, lo ahorramos. Este método está condenado al fracaso, porque, como todos sabemos, a final de mes lo que nos queda en el bolsillo es cero", añade.
Esta experta, indica que hay otros dos errores, que son menos importantes, pero que también resultan habituales. Uno de ellos es que el ahorro lo dejamos en un depósito que no genera ningún interés. El otro es gastar en aquello que no necesitamos. Torre lo define así: "Vivimos en una economía conductual y tomamos como referencia a las personas que nos rodean. Si mi vecino acaba de comprarse el iPhone X, hay una probabilidad muy alta de que empiece a considerar el adquirir uno. Terminamos adaptando nuestro nivel de gasto al de las personas de nuestro entorno, en vez de gastar en lo que realmente nos da satisfacción".
Siguiendo este mismo esquema, Fumiko Chiba es autor de uno de estos cuadernos de ahorro y explica así su funcionamiento: “En Japón, un típico propietario de kakeibo se sentaría el día de cobro con su diario y planificaría cuidadosamente cuánto dinero entrará y en qué lo gastará. Con los ingresos del mes reunidos físicamente frente a él, luego dividiría el dinero en categorías: alquiler, facturas, alimentos, ocio, viajes, ahorros, y asignaría un monto para cada partida”.
Aun así, este y otros métodos no ahorran solos; para que funcionen, el interesado tiene que perseverar. "Exigen que diariamente revises tus gastos y tomes decisiones", concreta Pita. "Hay un pequeño porcentaje de la población que es muy disciplinada a la que le viene muy bien, pero la mayoría no queremos estar dedicándole tanto tiempo ni tanta atención. Es un método muy bueno para, si eres muy disciplinado, poder ahorrar 200 euros al mes", agrega.
Para aquellos que no siguen una enorme disciplina existen otros sistemas que pueden resultar muy útiles, y que nos puede ayudarnos a ahorrar periódicamente en opinión de Pita. Uno de ellos es el método del sobre, que limita el gasto en ocio. Como su nombre indica, implica introducir en un sobre a primeros de cada mes el dinero que queremos gastarnos en ocio. Lo usamos hasta que se gasta, "de forma que, a partir de entonces, hay que recurrir a ocio de coste cero. Es una forma de hacer un presupuesto sin tener que hacerlo", comenta.
Otra alternativa es el día de las facturas. Esto consiste en dedicar un día al año a sentarse y revisar todas las facturas. "Ataca los gastos fijos: las cuotas de gimnasios, suscripciones a revistas, las facturas de la electricidad… Los objetivos son eliminar y reducir”, describe el asesor financiero.
Por ejemplo, puede que años atrás nos interesase el tiro con arco y nos suscribiéramos a una revista; ahora se nos pasó la fiebre, pero, por disidia, mantenemos la suscripción: es momento de eliminarla. Y con facturas de electricidad o gas, dedico ese día a pensar cómo se puede esa partida.
Al final todo se reduce a una norma común: "La gente que ahorra de verdad —dice el experto—, y no me refiero a ahorrar 20 euros a final de mes, sino un 15% o un 20% del salario, siempre lo hace de la misma forma: a principio de mes y de forma automática. Igual que destinamos a principio de mes una cantidad para la hipoteca, hay que destinar otra para el ahorro", declara Torre. Y si nada de esto funciona, siempre podemos seguir los consejos del premio Nobel de economía 2017 para no gastar de forma irracional.
“El ahorro periódico es tan saludable como el ejercicio o la buena alimentación y su principal ventaja es que aumentará la rentabilidad de nuestras inversiones a través de la diversificación”, dice Ojeda. De igual manera, siempre nos resultará más fácil aportar muchas pequeñas cantidades que una de mayor tamaño.
Esto se puede mostrar con un ejemplo sobre el ahorro no diversificado: una aportación a un plan de pensiones que se realice a final de año. “Como estos productos se juntan con mucho capital en el último trimestre del año, suelen tirar de los precios al alza y comprar a un precio más elevado”, relata Ojeda.
Un fallo muy habitual por parte de los ahorradores es invertir en los productos financieros en la misma época que la mayoría, atraídos por las grandes campañas comerciales de las entidades bancarias con sus presentes.
Como es normal meter dinero en el plan a finales de año, los bancos y cajas nos invitan a ingresar un poco más para conseguir un regalo mejor. Error. “Los regalos reducen nuestro beneficio porque son pagos en especie, por lo que aceptando un regalo aceptamos también que parte de nuestro beneficio potencial se vaya por el desagüe de un anzuelo comercial”, afirma Torre.
“En ningún caso se debe elegir una inversión por el regalo que nos ofrezcan, sino por la rentabilidad potencial”, analiza. “Es preferible tener esos 100 euros que vale un dispositivo electrónico invertidos en el plan de pensiones que, guardados en el baúl, esperando que lo tengamos necesitar para algo en concreto”, añade.
Richard Ferri, economista y autor estadounidense, mantiene una teoría bastante conocida a este respecto: "La mayoría de las firmas de inversión están en el negocio para hacer dinero contigo, no para ti. Cada euro que ahorras en comisiones y demás costes te acerca a tu meta de inversión".
Con todo y con ello, no es el gancho comercial el peor de los males. El principal motivo por el que no debemos ahorrar y si hacerlo periódicamente es “evitar entrar con nuestro capital en un sólo periodo y más si es en el que sabemos que lo hará la mayoría”, tal y como opina Cárpatos.
Una de las principales ventajas del ahorro periódico es la tranquilidad con la que vamos haciendo aportaciones, casi sin darnos cuenta. Nuestro dinero trabaja poco a poco, mes a mes y va sumando capital progresivamente. Si el mercado sube o baja no nos afecta tanto porque entramos en momentos de alzas y bajas y todo se compensa. Si entramos de golpe y no es buen momento, podemos perder una parte importante sin darnos cuenta.
Es el riesgo de la no diversificación temporal. “Si ahorramos periódicamente, evitamos los picos que habrá en el mercado y, al final del año, la curva de la rentabilidad será más suave”, concreta Cárpatos.
De igual modo, hay que recordar que el banco puede retirar de nuestros ingresos mensuales una parte que “nosotros le digamos e invertirla en un producto financiero donde se convierta en ahorro”, concluye el experto.
En conclusión, el ahorro periódico puede ayudarnos a hacer una mejor gestión de nuestro dinero y presupuesto. Es un hábito que debemos tener en cuenta y que evitará riesgos en el largo plazo, según explican los expertos.