Qué es un mediador y cómo ayuda a evitar problemas legales

Los conflictos entre trabajadores y empresas son bastante habituales, especialmente cuando estas últimas cuentan con una plantilla grande.

Se trata de algo lógico si tenemos en cuenta que todos somos seres humanos y que, como tales, tendemos al desacuerdo. Pero la falta de entendimiento solo puede conducir a una cosa: problemas legales.

Al final, tener un conflicto de tipo legal no es plato de buen gusto para nadie. Sobre todo si no se resuelve y acaba derivando en un juicio, algo que resultaría caro e incómodo para todos.

Con el fin de evitar que se produzcan estas situaciones, podemos recurrir a la figura del mediador, que facilita el diálogo entre las dos partes para evitar un problema mayor.

¿Qué es un mediador?

El mediador es un profesional imparcial que se encarga de facilitar el diálogo entre dos partes cuando tienen un desacuerdo.

Al mediar en un conflicto, el objetivo es ayudar a ambas a llegar a un acuerdo que sea beneficioso para todos, y evite que se tenga que recurrir a la vía legal.

Los mediadores son figuras que pueden especializarse en diferentes ámbitos, por lo que están ahí para ayudar en conflictos de familia, laborales, de pareja, etc. Recurrir a la mediación es recurrir a un sistema alternativo y extrajudicial, no se trata de un canal legal y su objetivo es, precisamente, evitar este.

Es muy habitual acudir a mediaciones cuando se produce un desacuerdo entre varias personas al recibir una herencia, por ejemplo, o cuando un matrimonio está atravesando una separación complicada.

Pero, en el ámbito empresarial, también es normal recurrir a un mediador en caso de existir algún tipo de conflicto con un trabajador, como puede ser un desacuerdo en un despido, una suspensión de empleo y sueldo o un problema derivado de la mala actitud del empleado.

En cualquiera de estos casos, la figura del mediador debe conocer en profundidad el motivo del desacuerdo. De esta forma podrá motivar a ambas partes a dialogar, exponer sus intenciones y conseguir llegar a un término medio que resuelva el problema y con el que todos salgan ganando.

Obligación de acudir a un mediador

¿Puede exigirse a dos partes que inician un procedimiento legal que acudan a un mediador? La respuesta es que no, ya que se trata de un servicio totalmente voluntario y, como tal, no es posible imponerlo.

Existe, no obstante, la posibilidad de que un juez invite a las dos partes a una sesión informativa acerca del sistema de mediación, si bien serán ellas las que deberán dar su consentimiento para iniciar este proceso.

Si ambas o una de ellas decide que no está interesada, el mediador no podrá imponer sus servicios en ningún caso.

¿Cómo puede ayudar un mediador a evitar problemas legales?

Como ya hemos indicado, los mediadores tienen el objetivo de conseguir que las partes lleguen a un acuerdo y eviten la vía legal.

Se trata de una solución que puede ser muy beneficiosa para, por ejemplo, los conflictos laborales, ya que llevar un caso a los tribunales implica una pérdida de tiempo y dinero que puede ser significativa si el problema se alarga.

Habitualmente, cuando hay un desacuerdo de tipo laboral, la solución puede pasar por un arreglo económico.

Esta se realizará si la empresa ofrece una cantidad de dinero pactada al empleado, y este se compromete a retirar la denuncia si la hubiera interpuesto o a no iniciar ningún procedimiento legal para reclamar sus peticiones.

A priori puede parecer que una indemnización no es lo mejor para la empresa, pero hay que recordar que iniciar un proceso legal supone un coste añadido, ya que sería necesario añadir el coste de los servicios de un abogado. En este sentido, el mediador puede ayudar a evitar problemas de tipo económico.

Por otro lado, lo mismo sucede cuando el afectado es el trabajador, puesto que el mediador no solo puede facilitar que reciba una indemnización, sino que también el ahorraría los costes legales de acudir a juicio.

No debemos olvidar que, si el conflicto acaba en juicio, una de las partes saldrá beneficiada mientras que la otra será la perjudicada. Por ello, la figura del mediador es también de mucha utilidad para evitar problemas legales.

¿Qué es un mediador de seguros y qué tiene que ver con el mediador de conflictos?

Al buscar la definición del mediador, es normal que los resultados te redirijan al concepto de “mediador de seguros”. ¿Se trata de un mediador encargado de interceder en conflictos con aseguradoras? Pues no.

Un mediador de seguros es una profesión completamente distinta a la del mediador del que hemos hablado hasta ahora. Se trata de una figura que se encarga de mediar en la firma de un contrato entre un cliente y una aseguradora.

Por lo tanto, el mediador de seguros tiene potestad para comercializar los productos de distintas compañías aseguradoras, pero en última instancia será la empresa la que se encargue de proporcionar los servicios al cliente, ya que el mediador no figura en el contrato.

Así pues, las obligaciones del mediador de seguros pasan por conseguir la oferta más beneficiosa posible para el cliente. Debe comparar los productos de distintos aseguradores y eligiendo aquel que se adapte más a sus necesidades.

El cliente delega esta función en el mediador, pero es quien tiene la última palabra y puede, por supuesto, rechazar la propuesta.

El mediador de seguros, por otro lado, no cobra al cliente por la gestión, ya que sus beneficios provienen de un pequeño porcentaje de lo que gana la compañía aseguradora por cada póliza que tramita.

En definitiva, cuando hablamos de mediador y de mediador de seguros, nos referimos a dos profesiones completamente distintas.

Para una empresa, recurrir a un mediador implica la necesidad de resolver algún tipo de conflicto, mientras que buscarlos servicios de un mediador de seguros implica sencillamente la necesidad de contratar o cambiar un seguro.

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