Herencia o donación: cómo traspasar una empresa familiar


Las herencias en España no están exentas de polémicas, principalmente debido a los impuestos. El sistema fiscal permite que cada Comunidad Autónoma establezca sus propias normas con respecto al gravamen de una herencia.

Muchos ciudadanos afirman que hay casos en los que no les sale rentable obtener el patrimonio heredado. Algo similar sucede con las donaciones, ya que estas también requieren del pago de impuestos.

Todo esto, puede complicarse especialmente cuando hablamos de una empresa familiar. Si una persona quisiera traspasársela a su hijo, sobrino, o cualquier otro pariente, le convendría conocer todas las implicaciones legales.

De este modo, podría optar por la opción, dentro de los márgenes de la ley, que resulta más rentable, y así no pagar de más.

Qué es una empresa familiar

Para entender correctamente todo lo relacionado con la transmisión de una empresa familiar, lo principal es entender bien el significado de este tipo de negocio. Así pues, una empresa familiar es aquella que está regentada por uno o varios miembros de una misma familia.Negocio familiar

No es necesario, por lo tanto, que haya varios socios emparentados, ya que una sola persona al frente de una sociedad también se consideraría empresa familiar. Es precisamente en estos casos, cuando se quiere traspasar el negocio a un hijo, un sobrino o a cualquier otro pariente, cuando surgen las dudas respecto al coste.

Impuestos sobre el traspaso una empresa familiar

Cuando un ciudadano recibe participaciones de la empresa de un familiar de forma lucrativa, sea a través de una donación o de una herencia, está obligado a declararlas para abonar el Impuesto de Sucesiones y Donaciones (ISD).

Por su parte, el donante deberá tributar lo correspondiente al Impuesto de la Renta sobre las Personas Físicas (IRPF).

Aunque esto es lo que indica la ley, lo cierto es que, con el objetivo de fomentar el traspasado de negocios, por ejemplo, de padres a hijos, existen una serie de bonificaciones sobre estos tributos.

Etas son más altas en el caso de familiares directos (cónyuge o hijos), y van reduciéndose a medida que se aleja el parentesco. Para obtenerlas, hay que cumplir una serie de requisitos.

En el caso del ISD, la bonificación será del 95% para familiares directos siempre que el donante:

  • Haya alcanzado la edad de jubilación
  • Deje de cobrar retribuciones de la empresa
  • Abandone las tareas de dirección

Por otra parte, la empresa que se done no podrá ser una sociedad que se limite solo a la tenencia de un patrimonio, sino que al menos el 50% deberá estar sujeto a actividades económicas.

Esto significa que la donación de una empresa sin actividad no se beneficiaría del 95% de la bonificación. Además, el donante no deberá abonar IRPF tampoco en estos casos.

Recordemos que este tipo de bonificaciones se contemplan tanto en el caso de tratarse de una donación como de una herencia, aunque varían dependiendo del grado de parentesco.

Teniendo esto en cuenta, es probable que parezca que no hay diferencias entre donar o heredar. Pero en la práctica, hay otros supuestos que deben tenerse en cuenta.

Cómo traspasar una empresa familiar: la intención es lo que cuenta

Lo mejor para hacer un traspaso de empresa mediante herencia o donación en vida es importante la intención del heredero ¿Tiene intención de vender el negocio, o de continuar trabajando en él?

vender negocio

En caso de que la idea sea vender la empresa (o las participaciones de esta que le correspondan al heredero), hay que tributar el IRPF correspondiente por los beneficios obtenidos. Lo importante aquí, es tener en cuenta el valor de adquisición.

En caso de que la empresa se haya obtenido mediante herencia, el IRPF se calcula sobre el valor de las participaciones a fecha de fallecimiento del donante.

Pero, en caso de tratarse de una donación en vida, se calculará sobre el valor en el momento en que el donante haya recibido esas participaciones (o el total de la empresa si es el caso).

Lo más habitual en estos casos es que sea menor a fecha de adquisición que de fallecimiento, de modo que, al venderlas, las ganancias serán mayores si la empresa se ha recibido mediante donación.

Esto hará que el IRPF también sea superior. Desde el punto de vista del gravamen, en este caso puede ser más conveniente la herencia.

Ahora bien, si un padre tiene la intención de realizar un traspaso de la empresa familiar a su hijo, para que este continúe con el negocio, la opción que recomiendan los expertos es la donación.

Aunque haya que tributarlo igualmente, la ventaja de este trámite es su simpleza, ya que no requiere de ningún acuerdo económico de ambas partes.

Autónomos y familiares de segundo grado

Las bonificaciones que se contemplan en nuestro sistema fiscal cuando los parientes de primer grado heredan un negocio, hacen que el traspaso de una empresa familiar sea rentable.

Sin embargo, esto no siempre se aplica al resto de parientes, especialmente si son autónomos. Algunos estudios señalan que el 89% del tejido empresarial español está compuesto por empresas familiares.

De todas ellas, el 25% no pueden continuar con la actividad debido a la imposibilidad de afrontar los impuestos correspondientes por heredar.

Para empezar, esto sucede debido a que las bonificaciones anteriormente comentadas, se aplican a las sociedades limitadas.

Cuando hablamos de un autónomo que ejerce una actividad económica, todos los bienes involucrados en ella (maquinaria, mobiliario, etc.) están a su nombre, y sobre estos no existen ventajas fiscales al donarse o heredarse.

Por tanto, los parientes no podrán acceder a las bonificaciones fiscales, de modo que tendrán que abonar la cuota correspondiente de cada Comunidad Autónoma. Un ejemplo práctico de esto, podría ser un agricultor que trabaja como autónomo explotando un terreno de su propiedad.

agricultor

Si, al fallecer, los herederos quisiesen continuar con esta actividad económica, tendrían que pagar los impuestos que correspondan al valor del terreno, pero al no heredar una sociedad, las ventajas fiscales no son las mismas.

En estos casos, las Comunidades Autónomas también bonifican a los familiares de primer grado que heredan, aunque muchas excluyen a los parientes de segundo grado u otros herederos.

En este sentido, la peor parte se la llevan los sobrinos o parientes de segundo grado que desean continuar con el negocio familiar siendo autónomos. Si no disponen del capital para pagar los impuestos correspondientes, pueden llegar a verse obligados a renunciar a la herencia o donación.

Entendemos que estos temas son complicados y que son difíciles de gestionar, por eso lo mejor es siempre asesoramiento profesional. Para ello te animamos a que entres en nuestra web o llames al 900 622 500, en Yoigo Negocios estaremos encantados de ayudarte.