El mundo digital ya no es aquel nicho donde las generaciones más jóvenes se movían esquivando grandes polígonos. En las últimas dos décadas la tecnología ha avanzado a tal escala, que los límites entre el mundo real y el digital han comenzado a difuminarse. El Internet de las Cosas ha acercado las innovaciones al consumo de masas, y ahora, en 2020, conocer qué es y cómo cambiará la Realidad Extendida es una cuestión crucial para las empresas más competitivas.
Todavía se continúa hablando de la Realidad Virtual y la Realidad Aumentada como un sector copado únicamente por los estudios de videojuegos y las grandes fabricantes de móviles. Sin embargo, cada vez son más las empresas de toda índole las que asimilan hardware y software para optimizar sus procesos y afinar sus estrategias.
De acuerdo con el informe “Seeing is believing” elaborado por la consultora PwC, se espera que esta industria provoque un impacto económico a nivel mundial superior a los 1.500 billones de dólares para el año 2030.
En 2019, cuando el avance de lo digital todavía no había agregado a su crecimiento la inercia de la crisis del coronavirus, este conglomerado de tecnologías ya generó 46.400 millones de dólares. A término de 2020 se espera que esa cifra se haya multiplicado hasta los 95.700 millones.
Jeremy Dalton, responsable de VR/AR de Reino Unido opina que “todo está preparado para que estas tecnologías cumplan ahora su promesa, mejorando las formas en las que operan las organizaciones, haciendo que los procesos sean más rápidos y eficaces y creando nuevas experiencias increíbles”.
La Realidad Extendida, el término al que se apela para hacer referencia a la suma de la Realidad Aumentada y la Realidad Virtual porta todos los beneficios prometidos de la Transformación Digital, y además está relativamente optimizada.
Resulta mucho más barata de desarrollar y adoptar que otras vanguardias tecnológicas, y parece situarse mucho más cerca de su punto máximo de aprovechamiento que la Inteligencia Artificial, el Big Data o cualquier otra especialidad.
Bien es cierto que los usuarios finales no han empezado a ver pruebas materiales de estos campos hasta hace unos pocos años. Pero atendiendo al pasado con cierta perspectiva, parece que el movimiento llevado a cabo por Facebook en 2014 no fue tan precipitado como muchos expertos entonces apuntaban.
Los 2.000 millones de dólares que supuso la compra de la especializada Oculus por parte de la multinacional de Mark Zuckerberg en realidad marcó el punto de inflexión para una tecnología con previsiones más que alcistas.
De las conocidas gafas de realidad virtual pronto se pasó al desarrollo de aplicaciones para móviles, y se ganó impulso para entrar de lleno en productos y servicios B2B. Durante la primera mitad del siglo XX la literatura invitó a soñar con otros mundos llenos de posibilidades.
Era solo una proyección más del idealismo subjetivo que poco tenía que ver con la tecnología actual, y que bebía de artilugios primitivos como el estereoscopio de Charles Wheatstone (1836), la llamada Blu Box de Edwin A. Link (1929) o el juguete View Master de William Gruber (1939).
En los años 50 el cineasta estadounidense Morton Heiling quiso canalizar el ambiente experimental de la época con una experiencia única; que el espectador estuviera dentro de la pantalla.
Sensorama, un prototipo que estimulaba los 5 sentidos durante el visionado constituía el primer acercamiento en firme de la Realidad Virtual a una industria profesional con visos empresariales. Y la “Máscara teleférica”, sus gafas arcaicas, serían continuadas en décadas posteriores por otros inventos similares.
No obstante, no sería hasta 1965 cuando el científico de la computación Ivan Sutherland utilizaría el término “realidad virtual” para referirse a la tecnología que conocemos en la actualidad.
Él mismo sería quien terminaría desarrollando, junto a su equipo del MIT el primer casco VR moderno: Ultimate Display. Eso sí, este era tan pesado que se le conocía como “la espada de Damocles”, por necesitar tener que estar colgado del techo.
¿Cómo se llegó desde ahí hasta la sofisticación actual? Pese a que las gafas se fueron sucediendo una tras otra, y que el sector de los videojuegos amasó millones en beneficios durante los años 90, no sería hasta principios de siglo XXI cuando las empresas pusieron el foco en una tecnología que podía aportar valor real a sus modelos de negocio.
Las grandes tecnológicas de los 2000 dedicaron años a investigar y probar desarrollos capaces de llevar la Realidad Virtual al uso cotidiano de millones de personas.
En 2007 Street View encendió la mecha de la curiosidad, al margen del conservadurismo que todavía reinaba entre los grandes inversores. No había experiencia de productos pasados que se asemejaran a las pretensiones que requería la economía globalizada. Al menos no fuera del videojuego.
Navegar por el mundo digital seguía siendo una idea más cercana a la ciencia ficción capitaneada por “Tron” o “Matrix”, que a un concepto en aras de empujar a la humanidad hacia el futuro. Era necesaria la aparición de un soñador excéntrico como Palmer Lukey.
Quien en 2012 se convertiría en el fundador de Oculus gracias a la ayuda del desarrollador John Carmack, poseía la mayor colección de head-mounted display del mundo y era un reconocido apasionado de la VR.
La aparición en 2016 de Oculus Rift demostró a las compañías de todo el mundo que la tecnología estaba lo suficientemente madura como para penetrar en procesos de producción, haciendo valer el mismo enfoque que ya poseía la robótica. El éxito de estas gafas sería anecdótico, pues los fondos de inversión más importantes ya estaban respaldando las apuestas de cientos de empresas.
No tardaría en cruzarse la Realidad Virtual con su hermana gemela. La Realidad Aumentada, cuyo origen contemporáneo databa del sistema que los ingenieros Thomas Caudell y David Mizell habían inventado en 1990 para Boeing, se terminaría integrando con la VR para conformar la Realidad Extendida, el conglomerado de hardware y software que tanto interés despierta en 2020 en el tejido empresarial.
La inmersión total y absoluta. El conocimiento acumulado de décadas ahora se vuelca sobre el desarrollo de tecnologías que permitan, no solo observar otras realidades, sino también navegar por ellas.
Es el sueño más persistente del ser humano que la industria de la genética ya está empezando a hacer realidad: jugar a ser Dios. En este caso, recrear una realidad que nunca podrá materializarse por las leyes de la física.
“La tecnología XR está embarcada en la búsqueda del santo grial de la realidad”, asegura el experto y consultor de EmpaticaXR, Alejandro Sacristán.
“Un único dispositivo, integrado, autónomo, con un campo de visión natural, como nuestros ojos y su sistema de visión binocular tridimensional que nos permita viajar sin sobresaltos, a través del continuo realidad-virtualidad, accediendo si hace falta a estados alterados de conciencia.”
La Realidad Extendida recoge el hype que la VR había comenzado a dejarse por el camino en los últimos años, y abre un nuevo mundo de posibilidades para diferentes sectores y empresas.
Según el Informe XR, radiografía de la realidad virtual, aumentada y mixta en España, este es uno de los países mejor posicionados para capitanear el mercado del futuro, con especial incidencia en la generación de contenido adaptado.
Tanto es así que las empresas nacionales dedicadas a dicho campo crecieron un 90% entre 2016 y 2018, y que casi todos los sectores se están beneficiando de una u otra forma de las tecnologías englobadas en el paraguas de la RE.
Se trata de una tendencia enmarcada dentro del interés europeo por tecnologías baratas y eficientes. En cifras de IDC Research, a finales de este 2020 ya casi el 50% de las grandes compañías habrán puesto en marcha una estrategia de Realidad Virtual o Realidad Aumentada.
No sorprende, así, que para el año 2022 se estime un gasto de 15.000 millones de euros, con el 76% de la cuantía destinada a soluciones de hardware.
“La realidad extendida (XR) va a producir el solapamiento del mundo digital y el mundo real, donde lo virtual amplifica e influye la realidad, y donde lo físico persiste en el espacio virtual”, apostilla Sacristán.
“La llegada de XR va a suponer el colapso de la división virtualidad/realidad.” No será una revolución inmediata, como algunos pronostican, pero sí un viaje progresivo que ya imprime progreso en todo tipo de industrias.
“Estas tecnologías ayudarán a desarrollar productos de forma más eficiente, a mejorar la experiencia de los consumidores o a formar mejor a los profesionales, lo que llevará a un incremento significativo de los ingresos de las compañías que las utilicen”, señala PwC.
De hecho, los beneficios se pueden percibir en algunas compañías que hacen las veces de referentes y avanzadilla para las empresas con menos capital.
La transformación digital lleva presente en la industria del turismo casi una década. El llamado Traveltech amasa millones de dólares en beneficios cada año, y son numerosos los ejemplos de empresas que acuden a la RA y la RV para obtener ventajas competitivas.
¿Cómo? Las tendencias apuntan a la eliminación de las distancias que siempre han limitado al sector, y que ha permitido a las agencias fortalecer su posición como altavoces de los destinos.
La Realidad Extendida permite ofrecer al viajero una experiencia similar a la que tendrá en el lugar de destino elegido. Así nacen visitas virtuales antes si quiera de cerrar ninguna reserva.
“La RA, en combinación con tecnologías como la geolocalización o lo wearables, permite mejorar el conocimiento del entorno de una forma mucho más sencilla, divertida y rápida”, apunta la proveedora de software Neosentec.
Al mismo tiempo, aparecen soluciones orientadas al Customer Service que mejoran las calidades ofertadas por los hoteles en sus propias instalaciones, y la información proporcionada durante las expediciones.
Los viajeros pueden así conocer dónde están los mejores restaurantes mientras pasean por la calle, o echar un vistazo al pasado frente a un monumento histórico. Las aplicaciones son tan amplias como lo sea la imaginación de la empresa.
La Realidad Extendida ha abierto a las agencias un nuevo abanico de posibilidades en términos de estrategias y técnicas. En tanto que están orientadas a sumergir a los usuarios en mundos mejorados y personalizados, la RA y la RV representan herramientas idóneas para lograr amplificar el engagment del público.
Los formatos se han multiplicado, y la penetración de los dispositivos más punteros entre el público de masas permite ahora a los creativos idear soluciones con un asegurado y elevado porcentaje de impacto. Y todo ello acompañado de una personalización a la que el sector nunca antes había tenido acceso mediante otros soportes.
La agencia digital Antevenio enumera como ventajas de esta tecnología en estrategias promocionales la mejora del conocimiento de marca, la generación de experiencias físicas, o la recuperación de un factor sorpresa que parecía haberse perdido con la creciente saturación de los distintos canales.
Las marcas pueden así introducirse directamente en los hogares de los consumidores para acercarles productos y servicios.
En publicidad y marketing, la Realidad Virtual y la Realidad Aumentada es sinónimo de inmediatez, comodidad e interactividad; tres pilares sobre los que compañías como Pizza Hut con su carta interactiva, National Geographic con su documental inmersivo en Rotterdam, o Timberland con su probador virtual, han asentado sus ofertas.
Proptech es un término que ya simboliza el futuro de todo un sector en aras de la digitalización. Las agencias inmobiliarias persiguen la tecnología conocedoras de la dependencia que tiene el negocio de la satisfacción del cliente, y de la saturación de oferta que presenta el mercado frente a una demanda contenida por la incertidumbre económica.
En este contexto la Realidad Extendida ofrece herramientas de gran eficacia a muy bajo coste. Al igual que sucede en la industria del turismo, el sector inmobiliario se enfrenta a constricciones derivadas de la distancia; si los clientes no se ven obligados a desplazarse, se agilizan los plazos y se aumenta el índice de éxito. La lógica invita a habilitar visitas virtuales.
Y eso es precisamente a lo que se están dedicando ya la mayoría de las empresas dedicadas.
“Esta tecnología ha hecho posible visitar casas en 360° desde cualquier dispositivo móvil u ordenador, en cualquier momento y en cualquier lugar; además de analizar planos de manera interactiva”, detalla Mireia Luengo, Key Account Manager de la especializada Vitrio.
Gracias a la Realidad Virtual y a la Realidad Aumentada, el cliente puede visitar una casa antes siquiera de que esté finalizada, en el caso de obra nueva, y de imaginar cómo quedaría un mobiliario u otro.
La agencia Baboonlab va incluso más allá y permite modificar los materiales de la decoración “para que el usuario pueda elegir y ver cómo quedaría su vivienda con las diferentes opciones de memoria de calidades que se le ofrece”, apuntan.
La banca digital lleva aproximadamente una década en crecimiento, y en los últimos años las entidades más tradicionales también han buscado recluir en la red algunos de sus servicios más demandados.
Las Fintech están a la orden del día, y la Realidad Expandida, como tecnología orientada a reforzar la fidelidad de los clientes, no es un campo ajeno al interés del sector.
Desde la agencia Two Reality mencionan la modernización de la oficina como principal cuestión a trabajar con la implementación de la Realidad Virtual y la Realidad Expandida.
Con ello se pretende ahorrar costes, personalizar el servicio y acabar con la estigmatización que llevan aparejados determinados productos financieros. “Convertir la oficina virtual en una experiencia interactiva provoca que el cliente se pueda sentir más identificado con la entidad bancaria”.
Bajo este enfoque BBVA se convirtió en 2018 en el primer banco con un servicio íntegramente de RV y RA. Valora View llegaba al mercado como un servicio que permitía al usuario consultar precios y condiciones al alquiler o la compra de viviendas, así como realizar visitas virtuales desde el ordenador o el teléfono.
"Una de las grandes ventajas de Valora View es que permite al usuario consultar los valores de cualquier vivienda y realizar una simulación de cómo sería su hipoteca para un inmueble determinado y, si lo desea, solicitarla desde la propia aplicación", explicaba en aquel momento Gabriel González Gil, responsable de Producto Digital de BBVA España.
Dos años después de su lanzamiento la app ya acumula más de 2,5 millones de búsquedas realizadas por parte de clientes y no clientes. “Aquellas personas que hacen sus números prefieren el canal móvil, que es 5 veces mayor en simulaciones”.
Es decir, que la Realidad Aumentada y la Realidad Virtual no solo cumple un papel agregador, sino que además suple carencias ya presentes en el sector.
1 de cada 10 empresas que siguen estrategias de Realidad Extendida pertenecen al sector de la construcción y la arquitectura. Y no es para menos. La tecnología proporciona una herramienta clave para los profesionales que se apoyan constantemente en la dimensión espacial para trabajar.
En este campo la Realidad Virtual y la Realidad Aumentada —especialmente esta última—, por tanto, están orientadas exclusivamente al B2B.
“Así, es posible unir proyectos arquitectónicos virtuales con la realidad del terreno donde se construye, aumentando su eficiencia y su precisión, reduciendo los errores y ahorrando tiempo, dinero y recursos”, sostienen desde Plataforma Arquitectura.
Los complejos programas y los tediosos cálculos están dejando paso a las facilidades que ofrecen estas tecnologías. No significa que los planes en 2D y 3D vayan a caer en desgracia, pero sí que el diseño viva un gran punto de inflexión generalizado que le acercará a la máxima eficiencia que usa como premisa la arquitectura.
Tras el diseño, esta revolución también afectará a la fase de ejecución y al propio mantenimiento de los edificios, alejando los trámites y posibles errores más habituales en esas áreas.
Tanto AR Sketchwalk, DAQRI Smart Helmet como BIM —una tecnología de la empresa alicantina CYPE— y otras tantas, ya siguen una premisa cercana a estas promesas, permitiendo a los profesionales ver sus proyectos de construcción a escala desde hardware especializado o cualquier dispositivo convencional.
Formación de futuros profesionales, aumento de las garantías en términos de seguridad, mayor porcentaje de éxito en todo tipo de intervenciones. La sanidad vivirá un revulsivo en la próxima década con innovaciones que permitirán al sector dar su segundo gran paso hacia la protección de la especie desde la invención de la penicilina.
Será gracias a la Realidad Aumentada, una que, de acuerdo con un estudio de Global Data, para 2030 generará 76.000 millones de dólares en todo el mundo.
Se explica así que la desde la Unión Europea se estén invirtiendo cientos de millones de euros al desarrollo de nuevas aplicaciones a través del proyecto 5G-TRANSFORMER, y que multitud de empresas se hayan especializado en el desarrollo de herramientas destinadas a los distintos campos de la medicina.
Accuvein, por ejemplo, es un dispositivo con forma de smartphone que emplea un escáner y un proyector interno para localizar las venas del paciente. Tras eso es capaz de proyectar una imagen virtual de estas sobre la piel, facilitando el trabajo de los profesionales a la hora de realizar extracciones o poner vías.
En el ámbito académico, la Case Western Reserve University ha desarrollado una app para gafas de Realidad Mixta que permite a los estudiantes estudiar modelos 3D de la anatomía humana con gran precisión y facilidad.
Es la fotogrametría — manejo de objetos con perspectiva libre—, muy popular en cartografía, está soportando gran parte del peso de las innovaciones en este sentido
La lista de industrias y sectores que están implementando la Realidad Expandida en sus procesos es casi infinita. Bien cierto es que la tecnología todavía tiene un largo recorrido, y que las herramientas de 2020 caducarán con gran rapidez. Pero también es innegable que las empresas más decididas ya están posicionadas para liderar los mercados del futuro.
Para los demás negocios el acceso y uso de la información será crucial en la carrera competitiva, y en Yoigo Negocios estaremos volcados a contribuir. Si tú también quieres formar parte de este movimiento, visita nuestra web o llama al 900 676 535 para informarte.