Suits es una de las mejores series de abogados que existe actualmente y uno de los grandes éxitos de Estados Unidos en los últimos años. Este drama legal presenta la historia de Mike Ross (Patrick J.Adams), un estudiante prodigio de derecho que no pudo graduarse y que logra ser contratado en el prestigioso bufete de abogados Pearson Hardman. Su mentor, Harvey Specter, le mostrará las claves principales del éxito a través de situaciones que ocurren en la compañía y de las cuales debe aprender. Este es consciente de que le sobra talento y su objetivo es convertirlo en su asociado.
Ambos letrados son los principales protagonistas de la trama en la que representan un tándem perfecto gracias a la química empresarial y al respeto mutuo y al talento; atributos que desgranan en cada uno de los 134 episodios de la serie. Mike Ross aprende de Harvey Specter, así como el mentor aprende también de su pupilo, y la secuencia de ese aprendizaje ofrece al espectador múltiples pistas sobre las claves del éxito de Suits. Estas son algunas de las más interesantes.
Como decía Oscar Wilde: “No hay una segunda oportunidad para causar una primera buena impresión”. Desde el nombre de la serie pasando por cada uno de sus capítulos, todo el relato hace hincapié en esta idea, en la necesidad de emplear la vestimenta como carta de presentación al cliente, pero también al equipo de trabajo.
La serie también ha sido considerada una guía de estilo para empresarios. La responsable de vestuario de la serie, Jolie Andreatta, comentó esta cuestión cuando se lanzó la tercera temporada: “Los trajes son armaduras que nos cuentan cómo es una persona, qué tipo de pasado tiene y qué estatus ostenta ahora”.
El exitoso abogado Harvey Specter advierte desde el primer día de trabajo a su aprendiz de la importancia que tiene ostentar diferentes trajes y de buena calidad. Será lo que marque la primera impresión de los clientes y se trata de una pista inicial sobre su profesionalidad, su influencia, posición en la empresa y también sobre su autoestima. “Las personas reaccionan ante cómo estás vestido”, así se lo indica Harvey a Mike y, de hecho, el rol de profesional de éxito y seguridad de Harvey en la serie se ve de forma clara desde sus apariciones preliminares gracias a su vestimenta.
El abogado también recalca la importancia de la actitud en los elementos que influyen en un primer encuentro: “La primera impresión es la que cuenta. Si empiezas con problemas nunca avanzarás”, le dice a Mike.
Harvey Specter controla en todos sus diálogos el marco de la conversación, no se deja guiar por los demás porque es él quien decide marcar el ritmo. Se trata de una estrategia con buenos resultados en las reuniones con el equipo, con los clientes y, por supuesto, en los juicios. Dirigir la conferencia hacia un camino conocido es una de las claves del éxito de las que se apropia Harvey Specter.
También lo hace a la hora de utilizar el lenguaje y el tono, ya que ante una crisis o una discusión Harvey controla sus palabras y la forma de expresarlas. Precisamente de esta manera afronta y pone fin, desde una posición exitosa, a situaciones delicadas o tensas, aunque sus argumentos a veces no sean los más razonables.
Harvey le explica a su aprendiz que generar confianza tiene diferentes ventajas dentro de la empresa. Es decir, de manera interna mejora la relación con sus compañeros y superiores. Le explica que normalmente él no suele ser cuestionado, ni por su trabajo ni por su manera de gestionarlo, ya que el equipo está seguro del resultado de sus decisiones; una muestra de que confían en su criterio.
“Mira bien a ese tipo que está al lado del fax. Nunca llegará a ser socio. Él no lo entiende. No entiende que hacer bien su trabajo no lo es todo. El éxito depende de saber que hay cosas, como una cena, que sí importan, incluso cuando piensas que no. Esta mañana protestabas porque llego cuando quiero. ¿Sabes por qué lo hago? Porque estuve a la altura desde el inicio, desde que llegué lo dominé, todos creían que trabajaba cien horas al día. Ahora no importa a qué hora venga, nadie cuestiona mis capacidades. Entiéndelo, la primera impresión es la que cuenta”, le advierte en uno de los primeros capítulos Harvey a Mike.
Mike parte del reto de crear su identidad y para ello tiene que actuar de la forma en la que gustaría ser percibido por el resto. Su comportamiento, su actitud, discurso o entrega al trabajo juegan un papel determinante. La única manera que tendrá de crecer profesionalmente en el bufete desde su posición será abriéndose camino con su actitud y haciendo bien su trabajo.
Sin embargo, esto no es lo único que cuenta, sino cómo se percibe su figura dentro de Pearson Hardman. Más cuando existe una cultura corporativa hostil en la empresa. Su jefe le insiste en esta idea para lograr motivar a Mike: “Sólo porque seas el novato no significa que tengas que pensar como uno”.
“Yo no tengo suerte, creo mi propia suerte”, es una de las frases que describen la forma de actuar de Harvey, quien no suele dejar las cosas al azar, por lo que intenta estar siempre informado para poder enfrentarse a casi cualquier situación o, al menos, tener varios planes de actuación en mente.
El trabajo constante es lo que asegurará un buen resultado. Aquí es cuando la suerte se convierte en una cuestión de actitud. “Yo no tengo suerte, tengo metas”, asegura Harvey, que tiene muy claro que nadie le va a ofrecer nada de forma gratuita o sin esfuerzo y que “la única vez que el éxito viene antes del trabajo, es en el diccionario”.
El abogado trabaja continuamente en estrategias para afrontar los imprevistos, sobre todo cuando tiene que arriesgarse en algún asunto, por lo que analiza las posibles consecuencias de todo y el plan posterior para afrontarlas. “Debes prepararte para todo” es otra de las lecciones que Harvey le da a su socio aprendiz. Se trata de un ejercicio que Harvey pone en práctica siempre, ya que en ningún momento habla si no sabe lo que va a decir. Siempre está preparado porque ha elaborado de antemano sus propias conclusiones sobre posibles y distintos escenarios antes de interactuar.
En uno de los capítulos, Harvey y Mike demuestran la inocencia de una trabajadora injustamente acusada por una persona de su empresa por usar información privilegiada. En un principio, ellos fueron contratados por la misma compañía para este caso. En la conversación en la que Harvey le demuestra al jefe de la empresa que su trabajadora es inocente, el directivo despide al verdadero culpable y se disculpa con Harvey asegurando que él “no sabía nada” de esta situación.
Harvey le contesta lo siguiente: “Cuando tenía 13 años mi hermano menor fue molestado por un niño del vecindario. Un día me enfrenté al padre de ese niño y me contestó que no sabía nada de la situación. ¿Sabes cuál es tu problema? Que tu trabajo era saberlo”. De esta forma le demuestra a su cliente la necesidad de profundizar en la información para no caer en errores que le podrían costar incluso su empresa de no ser enmendados a tiempo. Podría haber despedido a una persona inocente y haber mantenido al culpable, un peligro para la compañía por sus prácticas ilegales.
Specter cuando llega a las citas sabe quién es la persona que tiene delante, cada uno de sus puntos fuertes y débiles, lo que pretende y lo que quiere. Por ello, en las reuniones siempre ofrece lo que el cliente está pidiendo, no sólo por empatía y experiencia, también por haberse informado rigurosa y exhaustivamente. Prepararse es la clave del éxito.
En el bufete son conscientes de la importancia de contar con un equipo excelente. Así que una de sus normas es incorporar al equipo únicamente a abogados que se hayan graduado en la Universidad de Harvard. Trabajar con los mejores profesionales les impulsa a absorber conocimientos y a superarse individualmente, pero también en equipo.
Mike no cumple el requisito del título, pero sí la razón por la que existe tal requerimiento. Es una mente prodigiosa con una memoria fotográfica y una agilidad mental únicas. Por lo que Harvey le admite en la firma. Está convencido de que es el mejor de los candidatos al puesto -y no se equivoca-.
En la entrevista de trabajo que le hace a Mike, el exitoso abogado le dice que, aunque está impresionado con sus cualidades, la realidad es que debería contratar a uno de los candidatos que realmente sí han estudiado en Harvard. Entonces Mike le responde: “Me parece justo, a veces me gusta estar con personas no tan brillantes para ver cómo lo hacen ellos”. Tras lo que Harvey le manifiesta: “Me has convencido, voy a avisar a la firma de que encontramos a un nuevo socio”.
Ambos abogados hacen del trabajo en equipo su mejor arma, cada uno utiliza sus mejores habilidades y las complementan para alcanzar la perfección en sus resultados. Harvey tiene un gran poder de influencia, astucia y experiencia. Mike, por su parte, cuenta con una inteligencia insuperable. Juntos ganan más que por separado y aunque intentan superarse continuamente el uno al otro, no se pasan por encima, sino que aumentan sus capacidades. La inteligencia compartida suele dar grandes resultados y fomenta la motivación.
“Los ganadores no se excusan si el otro equipo controla el juego”, le asevera Harvey a Mike cuando el joven aprendiz entra en su despacho lamentándose de que no tiene testigos para un juicio. Specter tiene claro que el método no es anunciar un problema, sino enmendarlo. Por ello, solo da constancia de las situaciones que se le pueden complicar cuando tiene soluciones para las mismas. Este exitoso abogado tiene una imagen de profesional resolutivo que siempre allana el problema de otros. Esto hace que proyecte uno de los principales reclamos en la abogacía: la credibilidad.
En uno de los episodios, Harvey le pregunta a Mike qué haría en una situación en la que una persona le está apuntando a la cabeza con un revólver mientras le pide algo. El joven letrado le responde que haría lo que dice el agresor. Harvey le contesta que esa no sería la solución, sino “sacar un revólver más grande, ofrecerle un trato u otra de las “46 formas diferentes que hay para salir de la situación”.
Harvey quiere decir que siempre hay soluciones y alternativas en el mundo de los negocios. La clave está en buscarlas y encontrarlas, pero para ello hay que utilizar el ingenio y la creatividad, dos cualidades imprescindibles en los momentos de crisis.