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¿Consultoría o asesoría? ¿Cuál es mejor para tu negocio? Aunque ambas se utilicen en ocasiones como si fueran sinónimos, lo cierto es que ofrecen servicios distintos. Si quieres saber cuál te conviene elegir para tu empresa, aquí te explicamos sus principales ventajas y diferencias.
Aprender a distinguir la consultoría de la asesoría te ayudará a no cometer errores a la hora de gestionar numerosas tareas dentro tu compañía, como el marketing y las ventas, las finanzas, la administración o los recursos humanos.
Empecemos por la definición de consultoría. ¿En qué consiste? En primer lugar, el consultor no realiza un seguimiento continuo del negocio. Esto quiere decir que no conoce en profundidad la situación actual de la empresa, ni tampoco su trayectoria.
La consultoría se ocupa únicamente de ofrecer servicios puntuales a las empresas. Para ello, por lo general se analiza un área o departamento específico del negocio. No obstante, en caso de evaluar toda la compañía, el objetivo es brindar un servicio temporal para resolver un problema en concreto.
Ahora bien, estos son los principales tipos de consultoría que existen:
La consultoría de marketing se encarga de crear estrategias para dar valor a los productos o servicios de una marca. Para lo tanto, el objetivo es identificar cuáles son las mejores técnicas para aumentar las ventas del negocio.
Por eso, si quieres diferenciarte de la competencia, lo mejor es que contrates los servicios de un buen consultor de marketing y ventas. Sobre todo en la era digital, lo más importante es satisfacer las necesidades de los consumidores, aportándoles valor con tus productos.
Otro tipo de consultoría es la administrativa. Su función es solucionar cualquier problema relacionado con la administración de la compañía: gestión de datos y documentos, supervisión de reuniones o actualización de informes, entre otras tareas.
No es la primera vez que te hemos hablado sobre la importancia de contratar a un profesional encargado de realizar tareas administrativas, como es el caso del Back Office. No obstante, también puedes optar por un consultor administrativo para momentos muy puntuales.
Los servicios legales tampoco pueden faltar en una empresa. Y es que contar con un consultor legal te puede ayudar a resolver asuntos jurídicos con mayor rapidez. Por ejemplo, si tienes que solucionar urgentemente algún tipo de problemática que afecte al marco legal de tu negocio.
El asesor se encarga de acompañar a todos los negocios que necesiten, de forma constante, servicios relacionados con el ámbito fiscal, administrativo, legal, de recursos humanos e incluso tecnológico.
Tanto pymes como autónomos pueden contratar los servicios de un asesor. Sobre todo, las asesorías pueden ayudar al crecimiento de nuevos negocios, bien porque no sepan por dónde empezar o porque no lleven demasiado tiempo en el mercado y su principal objetivo sea continuar creciendo.
De este modo, el asesor previene de algunas situaciones de riesgo para las empresas, como: desaceleración económica, cambios legislativos, falta de innovación o mala reputación de la marca, entre otras.
Estos son los principales tipos de asesoría que hay:
Gracias a un asesor financiero, podrás gestionar con mayor efectividad tus facturas y controlar todos los gastos de tu empresa. Para ello, el primer paso es analizar cuál es tu situación financiera. A partir de ahí, el asesor te ayudará a alcanzar con éxito todos los objetivos que te propongas.
El marketing y las ventas son otro pilar fundamental de tu negocio. Por eso, un asesor de ventas puede ayudarte con el departamento comercial o de ventas de la empresa. De esta manera, conseguirás expandir tu marca al mercado internacional y ganar nuevos clientes.
La digitalización ha llegado para quedarse. De hecho, impulsar tus ventas a través de las redes sociales y de tu página web corporativa debería ser ya una estrategia prácticamente consolidada en tu negocio. De lo contrario, estarás perdiendo clientes en el universo digital.
Aquí es donde un asesor tecnológico puede ayudarte a optimizar todas tus plataformas sociales y mejorar el rendimiento de tus equipos.
Para todo lo relacionado con las gestiones administrativas de tu negocio. Aquí se incluye la automatización de tareas del día a día, como la organización de reuniones, ordenamiento de documentos, etc. Esto te ayudará a aumentar la eficiencia y el rendimiento de la empresa.
Las asesorías de recursos humanos pueden ser muy útiles para gestionar la contratación de personal, el envío de las nóminas a los trabajadores o todo lo relacionado con trámites de la Seguridad Social.
Entonces ¿qué diferencias hay entre consultoría y asesoría? Pues la principal diferencia es que, mientras el consultor ofrece por lo general servicios puntuales, el asesor se encarga de acompañar a las empresas durante un periodo mucho más prolongado para que puedan conseguir sus objetivos.
Por ende, elegir una asesoría o una consultoría dependerá de las necesidades de tu negocio. Si necesitas un servicio puntual, lo mejor es que recurras a un consultor. En cambio, si lo que estás buscando es hacer un análisis en profundidad de tu empresa, te conviene contratar a un asesor.
En definitiva, estas son las principales diferencias entre consultoría y asesoría:
CONSULTORÍA | asesoría |
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Servicios puntuales | Acompañamiento a largo plazo |
No hace un seguimiento continuo | Ayuda al desarrollo de nuevos negocios |
No conoce la empresa en profundidad | Se anticipa a situaciones de riesgo |
Analiza un área específica del negocio | Fomenta la buena reputación de la marca |
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