Si tienes una empresa o estás pensando montar un negocio, es importante plantearte cuál es o será tu modelo de negocio. En función del modelo, operarás de una u otra forma, cosecharás más o menos beneficios e incluso garantizarás la supervivencia de tu negocio.
Por eso, definir el modelo de negocio de manera certera es clave para tener éxito con tu empresa. Dicho modelo incluye las materias primas, la forma de producción, los canales de venta y la relación con los clientes, entre otros elementos estratégicos.
En este artículo vamos a hablarte de la importancia de definir bien el modelo de negocio y cómo establecer el más adecuado en función del sector y la actividad de tu empresa.
Un modelo de negocio es un marco que describe cómo una empresa crea, entrega y capta valor. Esencialmente, es la forma en que una empresa estructura sus operaciones para ser rentable.
De hecho, un modelo de negocio bien definido ayuda a determinar los aspectos fundamentales de tu empresa: target o público objetivo, propuesta de valor, fuentes de ingresos, estructura de costes y canales que utiliza para llegar a los clientes.
Estos son los aspectos clave que deben tenerse en cuenta para establecer un modelo de negocio acorde a tus necesidades y el sector en el que operes:
¿Cuál es el valor único que tu empresa ofrece a sus clientes? Tus productos o los servicios de tu empresa permiten satisfacer una necesidad y lo hacen mejor que otras alternativas del mercado.
La propuesta de valor de tu empresa te empujará a escoger un modelo de negocio que se adapte a tu actividad y que permita ensalzar esa propuesta de valor.
El modelo de negocio también depende de los grupos específicos de personas u organizaciones a los que la empresa dirigir sus productos y/o servicios. Comprender al público objetivo ayuda a adaptar los productos, servicios y estrategias de marketing, y define el modelo de negocio.
Otro de los elementos clave para definir un modelo de negocio es determinar los canales de venta, es decir, las distintas formas en que una empresa llega a sus clientes e interactúa con ellos para hacerles llegar su propuesta de valor.
Puede incluir ventas directas, plataformas en línea, asociaciones u otros métodos de distribución.
Describe el tipo de relación que una empresa establece con sus clientes. Incluye asistencia personal, autoservicio, servicio automatizado o un enfoque basado en la comunidad, en función de la naturaleza de la empresa.
Especifica cómo la empresa obtiene ingresos. Podrían ser ventas, suscripciones, licencias, publicidad u otras fuentes de ingresos. Además, pueden existir múltiples fuentes de ingresos dentro de un mismo modelo de negocio.
Para establecer un modelo de negocio, también es importante identificar y tener en cuenta cuáles son los activos críticos, la tecnología y las personas necesarias para ofrecer tu producto o servicio, llegar a los clientes y operar con eficacia.
Describe los principales costes de funcionamiento de la empresa e incluye los costes fijos y variables. En función de eso, se define u otro modelo de negocio. Por ejemplo, no es lo mismo una empresa con economías de escala que otra con apenas costes fijos.
Los modelos empresariales pueden variar mucho de un sector a otro y de un negocio a otro: hay empresas que centran su modelo de negocio en el desarrollo de soluciones innovadoras, mientras que otras se centran en reducción de costes para ofrecer el producto más barato.
Comprender y optimizar el modelo de negocio es un aspecto crítico de la planificación estratégica y es lo que permite alcanzar el éxito sostenible de cualquier organización.
Existen varios tipos de modelos de negocio y las empresas tienen que adoptar aquel que se ajuste a su sector, sus objetivos y su entorno competitivo. Entre los modelos de negocio más habituales, podemos señalar:
Estos son solo algunos de los tipos de modelos de negocio más utilizados. En realidad, hay tantos modelos de negocio como negocios en sí mismos, pues en función de tu sector y tus necesidades puedes establecer un modelo de negocio híbrido que combine elementos de varios modelos.
Por ejemplo, podrías establecer un modelo freemium para el uso del software de tu empresa en un primer momento, pero posteriormente pasar a un modelo B2B, en el caso de que tus principales clientes sean empresas y tu producto ya se haya posicionado en el mercado.
También puedes ofrecer diferentes productos y, por lo tanto, combinar los modelos de negocio en función del producto y la segmentación de tus públicos objetivos.
Lo importante, en todos los casos, es que tengas en cuenta las características de tu negocio (propuesta de valor, clientes, estructura de costes…) para establecer los modelos más rentables y exitosos posibles.
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