La inversión puede utilizarse para proteger nuestro patrimonio. En este sentido, el oro físico puede tener atractivo para invertir en el largo plazo al ser un depósito de valor que evite los efectos negativos de la inflación.
Tomás Epeldegui, director en España de Degussa, explica por qué puede ser interesante apostar por el metal dorado en formato físico y qué maneras hay de hacerlo, teniendo en cuenta el mercado actual.
La crisis del coronavirus ha trastocado las previsiones de gobiernos, empresas e inversores a nivel global. Durante la segunda quincena de marzo, estos últimos han visto como los mercados internacionales sufrían uno de los mayores desplomes bursátiles de la historia.
En esta situación de caídas generalizadas, el oro, que cotiza casi 24 horas al día de lunes a viernes, ha sido uno de los activos que mejor se ha comportado, siendo capaz de mantener una revalorización positiva en lo que llevamos de año. Pero, ¿cuáles son las claves que determinan el precio del oro?
“Lo habitual es que en tiempos de inestabilidad el oro suba, ya que los inversores se refugian en él”, asegura. Aparte de la presente crisis de la COVID-19 y su indiscutible efecto, inciden a su favor las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China de los últimos meses o el Brexit, por ejemplo, según expone.
Asimismo, los últimos datos oficiales reflejan que hasta septiembre de 2019 los bancos centrales habían comprado un 73% más de oro físico que en 2018, concretamente 247,3 toneladas.
Y en 2018 se habían batido los récords de adquisiciones de las entidades emisoras, con 651,5 toneladas, un 74 % más que en 2017, según datos del Consejo Mundial del Oro. Por tanto, a más demanda, aumento de precio.
“Los inversores recurren a la liquidez que les da el oro para poder cubrir las pérdidas que les generan sus otras inversiones”
Este metal es un seguro que protege al resto de inversiones de una cartera diversificada. “Por lo que se ha podido ver recientemente, al igual que en anteriores ocasiones de grandes caídas de los mercados financieros, los inversores recurren a la liquidez que les da el oro para poder cubrir las pérdidas que les generan sus otras inversiones”, dice Epeldegui.
Es un depósito de valor a largo plazo que cubre los riesgos que se corren con otras inversiones.
El director de Degussa afirma que “es en momentos como los actuales cuando el tener una parte de las inversiones en oro físico, que permite liquidez inmediata, puede marcar la diferencia a la hora de solventar cualquier problema”.
“Invertir en oro físico es una forma de proteger el valor del patrimonio ante la inflación”, resume.
Epeldegui, que asegura que en España hay cierta noción de este tipo de inversión, “pero hay que profundizar un poco más”, destacó a lo largo de su intervención sus facetas de elemento diversificador del patrimonio, que tiene valor intrínseco, hace una función de seguro y ofrece liquidez inmediata, además de su rentabilidad.
Respecto a la diversificación del patrimonio, recomendó hacerla de forma correcta y tener en cuenta también la alternativa del oro físico, “de la misma manera que podemos tener inmuebles, una cartera financiera o una empresa”, porque “aporta valor al conjunto de todas las inversiones”.
El principal motivo por el que el director de Degussa cree fundamental para cualquier ahorrador o inversor adquirir oro físico es que tiene un valor intrínseco. “El oro tiene solvencia en sí mismo, no tiene nadie detrás que pueda incumplir esa promesa de pago como podemos tener en cualquiera de las otras alternativas financieras”.
Al mismo tiempo, destacó también su faceta de seguro, “que nos da la tranquilidad en el caso de que tengamos algún tipo de obligación sobrevenida”. La razón es que “siempre nos va a dar liquidez, siempre va a haber alguien dispuesto a comprar nuestro oro y nos va a permitir salir adelante”.
En este sentido, recordó la situación de falta de liquidez que afectó a muchos propietarios de inmuebles durante la crisis de 2008. “No es nada recomendable poner todos los huevos en la misma cesta para repartir o dividir un patrimonio”, apunta.
En cuanto a la rentabilidad del oro físico de inversión, indicó que en los dos últimos años ha sido de alrededor de un 50%, “y, si vamos más allá, desde que empezó a cotizar libremente en los mercados su rentabilidad media ha alcanzado el 10%”. No obstante, incidió en que se trata de “un depósito de valor a largo plazo”.
Otro aspecto que aborda Epeldegui es la tributación del oro físico. Así, señaló que “es muy sencilla, como una acción, es la diferencia del precio de compra y el precio de venta, cuyo incremento o disminución patrimonial deberíamos aplicar en la base del ahorro”.
Por otra parte, recomienda incluir el oro en la Declaración de la Renta cuando se recibe una herencia, para tener un precio de adquisición que se tomará como base para tributar en una futura venta, “pues una ganancia patrimonial no justificada puede llegar a tributar hasta un 48%”, secunda.
Epeldegui detalla algunos de los aspectos que más influyen en que el precio del metal dorado pueda despuntar en el largo plazo. En primer lugar, explica que el dólar es uno de los más determinantes.
“Los precios de las materias primas en el mercado internacional se establecen en dólares, por lo que, si el dólar sube, comprar oro es más caro en el resto de las divisas, por lo que la demanda baja y el precio también”, concreta.
El Índice Dólar se creó en los años 70 para medir la relación de la moneda estadounidense con una cesta de divisas, como el euro, el yen o la libra esterlina.
“Si se incrementa la diferencia con estas monedas, significa que se fortalece frente a ellas, mientras que, si se reduce, se debilita”, analiza. Además, en esta situación, los inversores también adquieren dólares en detrimento del metal precioso.
“En cambio, si el dólar está débil, se produce la situación contraria, aumenta la demanda de oro y el precio sube”, matiza el experto. Por otra parte, está el catalizador que suponen los tipos de interés.
“Cuando entidades como la Reserva Federal o el BCE bajan el precio oficial del dinero, se reducen los rendimientos de los instrumentos de inversión más tradicionales, lo que lleva a los inversores a refugiarse en opciones alternativas, entre ellas el oro físico, y, como en el caso anterior, hace que se incrementen las compras y el precio. Ocurre a la inversa cuando los tipos de interés suben”, señala Epeldegui.
“Lo habitual es que cuando se produce un incremento de la inflación haya también una subida del precio del oro”
El oro ha sido tradicionalmente una herramienta de cobertura y protección contra la inflación. Es un depósito de valor descorrelacionado de las intervenciones de los gobiernos en sus monedas.
“Lo habitual es que cuando se produce un incremento de la inflación haya también una subida del precio del oro, pues los inversores abandonan el mercado de divisas”, argumenta.
Según informes del Consejo Mundial del Oro, una asociación sin ánimo de lucro formada por las empresas líderes mundiales en extracción de oro, el aumento del dinero en circulación es un indicativo de que se va a producir un crecimiento en la cotización del oro.
Asimismo, hay que tener en cuenta que los metales preciosos, y el oro es uno de ellos, son recursos limitados cuya producción no se puede incrementar a demanda.
Desde la Antigüedad se han extraído unas 187.000 toneladas, según el Consejo Mundial del Oro. El Servicio de Geología de Estados Unidos estima, por su parte, que aún quedan por extraen unas 52.000 toneladas de la corteza terrestre.
La mayor parte del oro extraído continúa circulando. La minería solo consigue una media de 5 gramos de oro por tonelada de material extraído. Por ese motivo, es tan importante el reciclaje, que cubre casi un tercio de la demanda de oro que existe en el mundo.
“Recientemente, estamos viendo como la delgada red de distribución y fabricación de oro existente en el mudo se ve en peligro de desabastecimiento ante la necesidad de detener la producción”, sostiene el experto de Degussa.
“Esto genera distorsiones entre el precio del oro en los mercados financieros y el precio del oro físico por la escasez que se produce y la dificultad de cubrir las entregas de futuros cuando estos son demandados. Se genera el consiguiente riesgo de las inversiones financieras en oro, pues el respaldo es de uno a 5,5, aproximadamente en estos momentos en determinadas inversiones”, añade.
Así pues, invertir en oro físico se ha convertido en una actividad cada vez más habitual tanto para inversores especializados como para personas que se inician en esta actividad.
Algo que constatan día a día en Degussa, por lo que hay que centrarse en algunos términos básicos con los que conviene familiarizarse a quienes dan sus primeros pasos en esta modalidad de inversión.
En primera instancia, la inversión en lingote. Popularmente se llama lingote de oro a cualquier pieza de este material que ha sido fundida y moldeada. Los hay de una gran variedad de pesos y formas.
Sin embargo, acogiéndonos a una definición estricta, el término lingote se refiere a las piezas que tienen unas dimensiones y peso específicos, 12,4 kilogramos (400 onzas troy estándar, aunque pueden oscilar entre las 350 y 430 onzas), y una forma de triángulo sin punta. Estas características forman parte del estándar Good Delivery.
“Son los que almacenan los bancos centrales y cuyas transacciones fijan el precio de este metal precioso en los mercados”, describe Epeldegui.
También, hay que tener en cuenta las barras, que son las piezas de oro de diferentes pesos y tamaños más pequeñas que los lingotes estándar, lo que las convierte en más asequibles para los diferentes tipos de inversores.
Además, su divisibilidad las dota de mayor liquidez a la hora de realizar intercambios. “En Degussa se pueden encontrar con pesos que oscilan entre 1 gramo y un 1 kilo”, comenta el director de la compañía en España.
Por otra parte, las monedas de oro físico de inversión, aparte de las características reseñadas más arriba, son acuñadas por las casas de la moneda de cada país, tienen un valor facial distinto al de su peso en oro y, entre otros datos, suelen llevar grabado su peso en onzas y el año en que fueron acuñadas.
“Para ser consideradas oro físico de inversión, deben estar incluidas en el listado de monedas que la Unión Europea publica anualmente”, destaca Epeldegui.
De igual modo, la ley o pureza hace referencia a la cantidad de oro puro que contiene cada pieza de este metal. Para el oro físico de inversión se suele medir en milésimas y para las joyas en quilates.
Mientras, las onzas troy son una unidad de medida utilizada habitualmente para pesar los metales preciosos. Equivale a 31,1035 gramos. En un kilo hay 32,1507466 onzas troy. “Tiene su origen en el sistema medieval británico de monedas”, dice Epeldegui.
En el caso del oro físico de inversión, aparte de las piezas de este tamaño, en el mercado existe una gran variedad de lingotes o barras. Así, es habitual encontrarlos de 1 gramo, 2,5 gramos, 5 gramos, 10 gramos, 20 gramos, 50 gramos, 100 gramos, 250 gramos, 500 gramos o 1 kilo.
El Good Delivery es la estandarización de los grandes lingotes de manera que tengan que ser verificados cada vez que se hace una transacción. Es el estándar de facto de confianza en todo el mundo.
El acceso de los refinadores a la lista Good Delivery está controlado por la LBMA, (London Bullion Market Association), la asociación de profesionales del mercado que operan con oro y plata más importante del mundo, que es quien establece los estrictos criterios que permiten el comercio mundial de lingotes de estos metales preciosos y garantiza que, sean de la máxima calidad, y que en su fabricación se hayan respetado las normas establecidas por ella.
“Los refinadores deben someterse a controles estrictos sobre su historial en el mercado, su posición financiera y su capacidad para producir barras que cumplan con los exigentes estándares de la LBMA”, asegura Epeldegui.
En conclusión, el oro físico presenta una oportunidad de inversión teniendo en cuenta la inflación que se puede esperar y los movimientos internacionales.
Las valoraciones vertidas por nuestros expertos son opiniones de carácter particular y no representan una recomendación de inversión concreta. Para maximizar los beneficios de tu capital consulta con un especialista para que te asesore conforme a tus necesidades.