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La ley considera startups aquellas empresas con una vida inferior a cinco años. Es decir, proyectos y negocios de reciente creación cuyo único y principal objetivo en un primer momento es sobrevivir.
Una startup con una alta productividad y eficiencia, que puede realizar procesos productivos en poco tiempo e invirtiendo menos recursos que la competencia, será una empresa con un alto potencial de crecimiento, que cada vez vaya absorbiendo mayor cuota de mercado.
Por eso, un nivel de productividad alto asociado a procesos eficientes y costes bajos son las claves para el éxito de cualquier startup. Y, por ello, si tienes una startup debes concentrarte en conseguir alguno de esos objetivos para poder sobrevivir a medio y largo plazo en un mercado altamente competitivo.
En este artículo vamos a darte algunos consejos útiles para aumentar la productividad de tu negocio, algo que tiene numerosas ventajas.
En primer lugar, permite un ahorro de tiempo y recursos. Cuanto más productiva es una startup, más puede hacer en menos tiempo. Es decir, ahorra tiempo y recursos valiosos, lo cual redunda directamente en la reducción de costes y el aumento de la rentabilidad.
En concreto, mejorar la productividad implica maximizar el uso de sus recursos y reducir los costos de producción. Además, el aumento de la productividad en una empresa confiere una mayor capacidad para innovar.
Cuando una startup es más productiva, puede dedicar ciertos recursos a la innovación y el desarrollo de nuevos productos y servicios, lo que permite a la empresa mantenerse por delante de la competencia y a crecer a largo plazo.
Las empresas más productivas, además, tienen recursos y tiempo suficiente para centrarse también en la calidad del trabajo, mejorando sus productos y servicios, así como en la satisfacción del cliente, lo que mejora su reputación.
Por último, y como consecuencia de todo ello, una startup más productiva puede crecer más rápido y competir mejor en el mercado, dando lugar a más ingresos que mejoran el margen de rentabilidad y la oportunidad para expandirse a nuevos mercados.
La productividad es un factor clave para tu startup. Los primeros años del desarrollo del proyecto empresarial son fundamentales para situarse en el mercado y determinar la supervivencia del negocio a medio plazo.
En realidad, el aumento de la productividad de una startup es muy fácil. En ocasiones, la productividad aumentará simplemente por adoptar medidas y buenas prácticas sencillas que no se estaban realizando hasta ahora.
El desarrollo de una idea de negocio depende fundamentalmente de su planificación estratégica y el lanzamiento y crecimiento de una startup depende, en primer lugar, de una buena planificación.
Por eso, lo primero es identificar metas claras y alcanzables y determinar plazos realistas. Las metas tienen que considerar las fortalezas del negocio y buscar la expansión en el mercado.
Debes centrarte en objetivos claros y precisos. Huye de ambigüedades o metas genéricas: son los principales enemigos de la productividad.
En segundo lugar, es necesario que te concentres en los objetivos de tu startup. Las distracciones son una piedra en el camino de crecimiento de la startup y pueden provocar enormes pérdidas de productividad.
Puedes utilizar herramientas como extensiones del navegador para bloquear las distracciones en el mundo digital y auriculares con cancelación de ruido en el mundo físico.
Céntrate en todo momento en los objetivos y deja a un lado las funciones y las responsabilidades de cada persona. Lo importante no es ejercer ciertas funciones sino alcanzar ciertos objetivos.
Debes saber cómo organizar tu tiempo de manera eficiente para asignar recursos a aquellas tareas más relevantes. Dado el flujo de trabajo y la variedad de temas que tendrás que gestionar, es fundamental que sepas cómo gestionar el tiempo y priorices aquellas tareas de mayor relevancia para tu futuro empresarial.
No pierdas tiempo ni gastes recursos en la realización de tareas automáticas. En estos casos, lo mejor es que puedas automatizarlas, gracias a soluciones tecnológicas. Se trata de una de las vías más sencillas y comunes para ganar productividad en la empresa.
El equipo de trabajo debe estar al día de las novedades de tu sector. Si no, la competencia rápidamente os puede adelantar. La información y el conocimiento son la materia prima con la que trabajáis y debes estar siempre a la última.
El personal de la startup debe adquirir conocimientos y habilidades de manera continua, lo que les permite seguir desarrollando de forma eficiente las tareas que les corresponden dentro de la empresa.
Además, la formación incentiva la motivación y redunda en un aumento de la productividad, tanto por la mejora de las competencias de los recursos humanos de la startup como por conseguir una mayor implicación por parte de los trabajadores.
La planificación por objetivos es la guía, mientras que la innovación es el compañero en el camino de una startup. Para crecer, una startup debe posicionar la innovación como marca de identidad.
Gracias a nuevas soluciones tecnológicas e innovación de procesos y productos, la empresa puede posicionarse en el mercado y garantizar su crecimiento.
En el siglo XXI, debes tener presente que aquello que no comunicas, no existe. La comunicación es fundamental, tanto a nivel interno como externo. Una estrategia de comunicación bien implantada genera un círculo virtuoso en los mercados, mejora la reputación y aumenta las ventas.
Del mismo modo, a nivel interno, una buena comunicación refuerza el equipo, los objetivos y el sentimiento de pertenencia a la compañía, además de generar un buen clima de trabajo y estimular la productividad de la empresa.
Además de gestionar procesos y productos, para una startup la gestión de fuentes de financiación es clave. Debes tener clara la estrategia de captación de fondos desde el principio, identificando posibles inversores y patrocinadores para tu negocio.
A esta tarea debes dedicarle mucho tiempo, sobre todo al principio, para convencer al capital de que tu negocio merece la pena y pasará de la etapa semilla a etapas growth y siguientes.
Es decir, debes convencer a los inversores y entidades de financiación que tu producto es o será rentable en un corto periodo de tiempo y que tiene un amplio margen de crecimiento.
Tras consolidar ciertos productos y servicios en el mercado, puedes plantearte diversificar a nivel de producto y a nivel de mercados. En este sentido, introducirte en nuevos mercados internacionales, con una estrategia clara y estudiada, permiten aumentar la productividad de tu startup.
Ya sabes cómo llevar tu startup al siguiente nivel y aumenta tus beneficios en el menor tiempo posible. Si quieres saber más, en Yoigo Negocios te explicamos cómo conseguir todos tus objetivos empresariales. Visita nuestra web o llámanos al 900 822 500 y deja que te ayudemos.