Como autónomo o gestor de una pyme, ya sabrás lo importante que es el cash flow o flujo de caja. Llevar la contabilidad te sirve para conocer todos los movimientos financieros del negocio.
No hay que sumar uno y uno para saber hasta dónde te permite llegar esto. Efectivamente, con esta contabilidad puedes saber si tu empresa está creciendo o no. Y aquí te contamos cómo calcularlo.
El término cash flow se traduce como flujo de caja o de tesorería. Como te decíamos, nos sirve para saber cuántos beneficios o pérdidas está teniendo una empresa. Esto es fundamental.
La fórmula para calcularlo es la siguiente:
Cash Flow = Beneficio + Amortizaciones + Provisiones
O lo que es lo mismo: Ingresos − Gastos desembolsables.
Aquí hay que añadir el concepto de EBITDA (Earnings Before Interest, Taxes, Depreciation, and Amortization = Ganancias antes que intereses, impuestos, depreciación y amortización). Este término también se utiliza para calcular los beneficios de un negocio.
Cuando hablamos del cash flow de una empresa, nos referimos a la capacidad de liquidez de la misma durante un periodo de tiempo. Este indicador explica cuáles son los flujos de entrada y de salida de efectivo.
Antes que nada, empecemos por definir los términos que conforman el cash flow o flujo de tesorería:
Que una empresa tenga solvencia económica quiere decir que podrá responder ante sus obligaciones financieras. Por ejemplo, el negocio debe estar al día en el pago a sus proveedores y cubrir todas sus deudas.
Aunque el dueño del negocio puede delegar la contabilidad de su empresa a un profesional especializado en este tema, lo más recomendable es que el empresario sepa interpretar el balance económico de su propio negocio.
Conocer el cash flow o flujo de caja de tu negocio te ayudará a saber cuáles son las obligaciones de la empresa. Esto es especialmente útil en tiempos de crisis e incertidumbre, pues te permitirá crear un plan de viabilidad de forma efectiva.
Por otro lado, conviene que sepas qué tipos de cash flow existen, según la procedencia del efectivo, y cómo gestionarlos en tu negocio:
El flujo de caja que entra y sale de la empresa a diario. Es la actividad directa de la compañía. Se calcula con la venta de productos o servicios que realiza (ingresos). También incluye el pago a proveedores y personal (gastos). El cash flow operativo puede generar grandes flujos de efectivo.
Dentro del flujo de tesorería, también están los pagos de la empresa a modo de inversión. Pueden ser la compra de inmuebles o cualquier otro tipo de inversiones financieras.
Aquí, la financiación de la empresa puede dar lugar a un flujo de caja positivo o negativo. Si es positivo es porque se puede invertir más dinero en el negocio. Cuando es negativo, puede ser por la acumulación de deudas o pagos de dividendos.
Ahora que ya sabes cómo funciona el cash flow en una empresa, te damos algunos consejos para optimizar el flujo de caja o liquidez:
Aunque es muy evidente, no siempre se aplica. Para que tu empresa tenga una buena solvencia económica es esencial que controles tus gastos. Algunos de ellos se pueden reducir. Te recomendamos hacer un presupuesto, con las necesidades reales de tu negocio y cumplirlas.
Que tus clientes no retrasen los pagos es fundamental. De lo contrario, empezarás a tener problemas de cash flow. Para ello, establece periodos de tiempo y exige que se lleven a cabo.
Asimismo, facilita varios métodos de cobro al cliente. Esto hará que sea mucho más sencillo y recibas tu dinero en los plazos fijados. Por ejemplo, Bizum es una de las formas de pago online más efectivas.
Igual que tus clientes deben pagarte a tiempo, haz lo mismo con tus proveedores. Ofrecer facilidades a la hora de gestionar los pagos aumentará tus posibilidades de obtener un mayor flujo de caja.
Te aconsejamos elegir la forma de pago que más te convenga. Por ejemplo, puedes pagar a los proveedores de manera fraccionada, sin intereses, etc. Además, puedes pagar por adelantado y aprovechar posibles descuentos.
Los precios de tus productos o servicios pueden ser muy variables. En función de la inflación, los podrás modificar cada cierto tiempo. De esta forma, podrás ir adaptándote al mercado. Lo mismo tendrán que hacer tus clientes.
Aunque apliques una subida de precios, la calidad de tus productos o una buena atención al cliente será lo que determine que tus consumidores se mantengan fieles a tu marca.
El factoring puede ser otro método de financiación para tu negocio. Te ayudará a mejorar tu cash flow, a través de un préstamo bancario. De esta forma, el banco te adelantará el dinero (más rápido que si pides un crédito) a cambio de que lo devuelvas con una comisión.
Si tienes alguna duda sobre el cash flow o liquidez de tu empresa, en Yoigo Negocios estamos a tu completa disposición. Visita nuestra web o llámanos al 900 622 500 y te ayudaremos.