Aunque todas las páginas web de empresas y negocios cuentan generalmente con sistemas de cifrado para garantizar la protección de datos de los clientes, el certificado SSL suele ser el más habitual. Te explicamos qué es y cómo activarlo, paso a paso, para tu web profesional.
El certificado SSL es un protocolo de ciberseguridad, cuyas sus siglas son Secure Sockets Layer, que en español significa "capa de conexión segura". Se trata de un sistema de encriptado que codifica los datos compartidos entre el servidor de una página web y el del navegador.
De este modo, si introduces datos en una página web que disponga de este certificado, solo ese sitio podrá acceder a ellos puesto que tendrá la clave para descifrarlos.
Como usuario, el certificado SSL te proporciona la tranquilidad de saber que tus datos no son accesibles, y como empresario, esa seguridad se la das a tus clientes al disponer de esta garantía.
El objetivo de este sistema no es otro que proteger la información que se intercambian los usuarios con los servidores. Cuando se obtiene dicho certificado, esa información ya no puede ser interceptada por un tercero que no esté autorizado.
El certificado SSL funciona mediante dos técnicas de cifrado:
El certificado SSL proporciona seguridad a un sitio web, de modo que la principal ventaja que ofrece es que aquellos usuarios que naveguen por la página, pueden introducir información sabiendo que esta no puede ser interceptada por terceros.
Esto es especialmente útil para todas aquellas webs que almacenen datos como nombres de usuario y contraseñas, datos personales, datos bancarios, direcciones, etc.
Por ejemplo, si el usuario va a realizar una compra en Amazon, es lógico que compruebe primero que la página dispone de certificado SSL, ya que tendrá que poner sus datos, dirección y número de tarjeta.
De hecho, su tu web gestiona pagos online, debe cumplir con las normas establecidas por la Industria de Tarjetas de Pago (PCI), que incluyen contar con el certificado SSL. De no hacerlo, no podrías realizar cobros online a través de tu web.
Este nivel de seguridad ofrece una ventaja adicional para la empresa de la página web, y es el aumento del tráfico. Las páginas que no disponen de certificado SSL están desaconsejadas para los usuarios, de modo que estos accederán antes a las que sí gozan de esta protección.
Pero, además, el propio Google reconoce que las webs con certificado SSL tienen prioridad en el posicionamiento, lo que quiere decir que obtener este certificado ayuda con el SEO de tu web. Si lo tienes, es más probable que tu página se muestre más y obtenga más tráfico de visitas.
El certificado SSL es emitido por autoridades de certificación de confianza. Estos son los pasos a seguir para instalarlo en la página web de tu negocio:
Hay multitud de proveedores de SSL y puedes localizarlos a través de cualquier buscador.
Para realizar la solicitud a una autorización de certificación, una vez te encuentres en su web, tendrás que buscar la opción de generar firma de certificado (CSR). Al hacerlo, se descargará un archivo CSR que contiene tu clave pública, datos de la organización y nombre del dominio.
Cuando lo tengas descargado, tendrás que subirlo a la autoridad de certificación, que lo comprobará y, a continuación, emitirá un certificado firmado.
El certificado firmado se recibe habitualmente por correo electrónico. Descárgalo desde ese mail e instálalo en tu ordenador (al igual que el certificado digital).
Por otra parte, si cuentas con un proveedor de alojamiento, este también puede facilitarte el certificado SSL de forma gratuita (siempre que tengas contratado un plan de alojamiento).
Si ellos te lo proporcionan, se instalará en tu dominio o dominios de manera automática, sin necesidad de que lleves a cabo ninguno de los pasos anteriores.
Como usuario, es bastante probable que te hagas esta pregunta, y como empresario querrás saber cómo saben tus clientes que tu web dispone del certificado SSL. La respuesta es muy sencilla.
Todos los dominios suelen comenzar con las letras HTTP, algo que podemos comprobar con un sencillo click en la dirección URL que nos la mostrará completa.
Sin embargo, si ves que al comienzo no pone HTTP sino HTTPS, esto quiere decir que se trata de una dirección segura y, por lo tanto, que dispone del certificado SSL.
Si esto no te parece suficiente y quieres hacer alguna comprobación más, verás que en la parte izquierda de la URL las webs con SSL llevan un candado cerrado. Clicando en ese candado, aparece una ventana que te informa de que la conexión es segura.
En definitiva, contar con un certificado SSL no es solamente útil para el posicionamiento y tráfico de tu web, sino estrictamente necesario si recopilar información personal de los usuarios. Sin ello, no te será posible gestionar cobros a través de tu web, algo contraproducente si tienes un negocio.
Y recuerda que los pagos no son lo único, ya que tu web puede contener formularios para reservas, información y otras funciones que impliquen compartir sus datos personales.
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