Son las generaciones más preparadas, de hecho, muchas de las grandes empresas que han cambiado el mundo actual han sido creadas por ellos. Losmillennials, el sector de la población nacida entre los 80 y principios de los 90, reciben día a día multitud de apelativos, tales como “la generación del milenio”, “la generación smartphone” e incluso “la generación perdida”. Lo mismo sucede como los centennials, que siguen la estela de sus predecesores.
Ahora bien, ¿qué ocurre con su futuro económico? A la hora de sus finanzas, ¿se preocupan por ahorrar? La realidad es que los jóvenes (y no tan jóvenes) se encuentran desinformados sobre los productos financieros a su alcance, pero ¿es falta de interés o desafección con el sistema actual? Y, sobre todo, ¿cómo pueden influir sus tendencias a la hora de invertir?
La generación del milenio ha visto como, pese a ser mucho más preparada que la de sus antecesores, no puede llegar a alcanzar los estándares de calidad y nivel de vida alcanzados por sus padres.
Muchos millennials han tenido que incorporarse almercado laboral en medio de una profunda crisis económica mundial; dificultando las oportunidades y haciéndolas más precarias. En este contexto, es complicado ponerse a pensar en una estabilidad financiera a largo plazo y tampoco es sencillo encontrar las condiciones idóneas para ahorrar.
La crisis económica y el estallido de la corrupción fueron dos detonantes para que la desafección de la población hacia la clase política y las instituciones financieras aumentase considerablemente. Y los jóvenes millennials no iban a ser menos. Las alternativas a las instituciones tradicionales financieras han sido un buen refugio para este sector de la población.
Centrados en vivir el presente, con un ADN digital –de hecho, sonlíderes en el comercio electrónico– viajando por el mundo (de mochileros o de erasmus) y sin grandes pretensiones económicas de futuro, han encontrado productos aptos para gestionar su dinero, sin comisiones, ni ataduras.
Según el estudio del Instituto Santalucía sobre Las perspectivas vitales de la generación millennial, estos están muy concienciados con la necesidad de ahorrar por ser la generación que más ha oído hablar del problema de las pensiones y del riesgo demográfico. A la mayoría de la población encuadrada en esta edad (86,4%) le preocupa no ganar lo suficiente como para ahorrar para la jubilación.
Por su parte, el Barómetro VidaCaixa Hábitos de ahorro en la generación millennial detalla que 22 es la media de edad en la que se comienza a ahorrar. Además, 3 de cada 4 jóvenes de entre 25 y 35 años se preocupan por hacerlo para asegurar así su futuro. Eso sí, cuando el sueldo lo permite. Ahorran, pero no arriesgan.
¿Y qué hay de los centennials? A cada generación se le atribuyen unos valores que influyen también en el modo de consumir. En este sentido, según el Estudio Anual de eCommerce de 2019 realizado por The Interactive Advertising Bureau (iab) la generación Z destaca por ser más cauta con el poco dinero del que disponen, aunque, al mismo tiempo, se trata de la generación que compra con más frecuencia (3.9 veces al mes).
Estos se lanzan al canal digital, buscando ofertas y promociones debido a su bajo poder adquisitivo. En lo que respecta al ahorro, no tienen a su disposición una destacada oferta personalizada de productos financieros. No obstante, existen algunas opciones que sí tienen en cuenta su perfil joven y 100% digital.
Todo ello conjuga su manera de ser e influye irremediablemente en la toma de decisiones de las grandes firmas de inversión para hacer sus apuestas a futuro. Sus modelos de consumo “son vitales para encontrar las oportunidades del mañana”, tal y como describe José Luis Cárpatos, director de inversiones de Gloversia Eafi.
Ninguna otra generación se muestra más abierta a la tokenización de la economía que la centennial. Según el último estudio publicado en septiembre de 2019 por la firma KPMG, sobre la aceptación de los tokens de blockchain para el consumo, el 83% de los jóvenes americanos encuestados se han manifestado interesados en el futuro de los tokens.
Y esta es una cuestión que parece no entender de fronteras. El mundo entero está descubriendo el potencial de las criptomonedas y muchas compañías están reorientando sus modelos de negocio, tanto en entornos B2B, B2C y C2C. Tiendas, cafeterías y hasta empresas financieras.
El motivo no es la propia existencia de criptodivisas en el mercado, sino más bien su aceptación. Los hábitos de consumo están cambiando entre las generaciones más jóvenes.
Los millennials se muestran muy interesados por el mundo cripto y los centennials, como demuestra el estudio de KPMG, también. Estos intereses y hábitos desde el lado de la demanda acaban logrando modificaciones en el lado de la oferta. Si antes la gente abría cuentas bancarias en las que depositar todo su dinero aceptando cientos de condiciones, ahora (tras las crisis económicas, casos de corrupción, desconfianza en instituciones bancarias y una gran revolución tecnológica) la gente ha demandado controlar su propio dinero de manera segura, desde su móvil, sin comisiones y sin pasar por bancos.
Hoy en día, las cuentas de dinero electrónico gozan de gran popularidad. ¿Un ejemplo todavía más reciente? El estudio sobre los consumidores para la temporada vacacional de 2018 en Estados Unidos, titulado Holyday 2018.
Reveló que por primera vez las criptomonedas y los activos para videojuegos sustituyeron a las tradicionales giftcards y al dinero en efectivo, en la preferencia de los adolescentes para sus regalos. La fiebre del Fornite nunca deja de sorprender. Un cambio total de mentalidad que se ha buscado cubrir desde el lado de la oferta. Pese a los escasos productos financieros que los jóvenes centennials tienen a su alcance, es posible encontrar soluciones ante las nuevas demandas digitales de los más jóvenes.
Teniendo en cuenta el gran desarrollo que han estado teniendo los mercados financieros durante los últimos años, la generación comprendida entre 1985 y 1995 se ha visto mucho más interesada en las inversiones, pese a que ha sido “una de las generaciones más recesivas entorno a la inversión”, comenta José Luis Herrera, analista independiente. Eso sí, el atractivo que ven en muchos mercados da pistas sobre los activos que “pueden generar oportunidades para el mañana”, añade.
Por un lado, nos encontramos con su apuesta por las criptomonedas. Y es que representan una parte sumamente importante con respecto a los inversores y aficionados de las criptomonedas; en especial por el Bitcoin. Todo esto se debe a que, con el lanzamiento de esta criptodivisa, tuvieron la posibilidad de lo fácil que era multiplicar su capital “a través de determinadas inversiones”, concreta Cárpatos.
En este sentido, cabe destacar que el comercio y minería masiva de estos criptoactivos, fue la razón que ocasionó el aumento significativo de su cotización, lo que claramente generó mucho más interés en estos jóvenes inversores. Paralelamente, ocasionaba desconfianza en los inversores y expertos provenientes de la generación anterior al considerar que podíamos asistir a una nueva burbuja.
Pero tras la normalización del Bitcoin los millennials decidieron experimentar con otras criptomonedas, lo cual “ha beneficiado notablemente al mercado en general”, apunta Herrera. De igual modo, es importante destacar que “gran parte de esta generación sigue manteniendo un fiel interés en el Bitcoin” como años atrás.
Otra de sus grandes apuestas es la de entrar en el mundo de los fondos de inversión que no requiera una gestión activa. Los vehículos tradicionales suponen el seguimiento directo para ver que tus inversiones están teniendo el comportamiento que esperas. Sin embargo, con los productos indexados (o gestión pasiva) se puede “obtener rentabilidad sin necesidad de conocer demasiado sobre la compra y venta de acciones, bonos, u otros instrumentos financieros”, relata Cárpatos.
En último lugar, una de las tendencias de los millennials para invertir que se puede aprovechar para desarrollar ganancias a futuro es su interés por la tecnología. Se trata de uno de los sectores en los que más suelen invertir, debido, en gran parte, a que guardan estrechas relaciones con el sector tecnológico.
Es bastante frecuente que apuesten por todo lo que se relaciona al ámbito tecnológico, lo que incluye la adquisición de bienes materiales como smartphones u otros productos de este estilo. De igual manera, también la inversión en algunos de los mercados digitales.
Tanto es así que resulta destacable que gran parte del éxito que han tenido los distintos proyectos tecnológicos realizados en los últimos diez años, ha sido gracias al interés que han puesto los millenials, así como también “la confianza que han tenido al respecto; un ejemplo de esto es la tecnología blockchain”, concluye Herrera.
Siguiendo este mismo telón de fondo, esta generación nació después de la expansión de internet y que llega en un entorno de cambios, como el hecho de que en algunos mercados la marihuana se está legalizando.
Así, si bien aún están formándose y todavía no se han incorporado de pleno al mercado laboral, en la actualidad se estima que poseen un poder adquisitivo de 143.000 millones de dólares solo en Estados Unidos, tal y como estiman los cálculos de Exponential ETF, lo que hace que a los gestores de fondos se les haga la boca agua ante la posibilidad de captar ese potencial.
En opinión de Phil Bak, CEO de Exponential ETF, la generación Z tiene “el dedo en el pulso de las compañías que les hablan, que creen que van a crecer con ellos”. Por consiguiente, es posible que “estén mejor preparados para elegir esas inversiones que algunos de los profesionales financieros más preparados”.
Luego, ¿qué quiere decir todo esto para los inversores que intentan aprovechar los hábitos de compra de la Generación Z? Para algunos con visión de futuro, ahora es el momento de “empezar a pensar en cómo estructurar una cartera para una economía post-boomer”, relata Cárpatos.
Jay Jacobs, jefe de investigación y estrategia de Global X, afirma que es probable que estos jóvenes todavía estén “en su punto más incipiente como para considerar invertir en sus patrones de consumo". Con todo, "la demografía milenaria nos dice que puede haber diferencias claras y obvias en la forma en que ciertas generaciones gastan su dinero”, añade.
¿Y cómo aprovechar sus tendencias para invertir? En primer lugar, cabe destacar que los centennials son muy influenciables. El 52% dijo que se enteran principalmente de los nuevos productos por las redes sociales, según una encuesta reciente de Bloomberg News y Morning Consult. Eso significa que los influencers pueden tener un gran impacto en esta generación, donde casi seis de cada 10 pasan demasiado tiempo con sus móviles.
Por otra parte, son menos propensos al consumo de alcohol, lo cual no resulta positivo para firmas como Anheuser-Busch InBev SA y Molson Coors Brewing. En contraposición, la marihuana, “se está generalizando”, señala Herrera. Se perdible como “más saludable” y es legal en algunos estados de Estados Unidos.
Cárpatos indica que hay dos opciones principales para “apostar por esta tendencia”. En primer lugar, apostar por compañías canadienses, como “Canopy Growth y Aurora Cannabis”, que se benefician de la legislación federal en dicha región.
Por otro, centrarse en los llamados operadores multiestatales en terreno estadounidense, Como “Curaleaf Holdings y Green Thumb Industries”, analiza.
En otro orden, esta generación podría ser la primera que realmente solo compre vía online, aunque quizás aún no. Solo el 83% de ellos dice que compran principalmente alimentos en una tienda física, en comparación con el 95% de los "baby boomers" y el 87% de los millennials, según el estudio de Bloomberg News y Morning Consult. Las encuestas también indicaron que Amazon es una de las marcas favoritas de los consumidores de este grupo de edad.
Los consumidores de la generación Z son más propensos a saltearse la carne que las generaciones pasadas. Por ejemplo, Burger King anunció una prueba de un Impossible Whopper compuesta por verduras, otra señal de que incluso los proveedores grandes hamburguesas ven un cambio en el futuro y que este puede repercutir en el entorno de la inversión.
Hablamos de dos generaciones diferentes y con sus particularidades cuyas prioridades pueden marcar la tendencia de hacia dónde se dirigirá el dinero durante los próximos años. Un hecho del que podemos obtener réditos como inversores.