A la hora de emprender lo más habitual es hacerlo con alguien. Saltar a la piscina solo da cierto vértigo y, además, las pocas facilidades de financiación hacen que la compañía de alguien haga más fácil el proceso inicial.
Son cientos de miles los negocios que han triunfado gracias a la complicidad, el apoyo y el trabajo conjunto de varios emprendedores. La clave es encontrar a tu media naranja empresarial… ¿Es posible o solo una utopía?
No solo es posible sino que es muy probable si sigues los consejos que te vamos a ofrecer. Solo hay que fijarse muy bien en ciertos aspectos tanto objetivos como subjetivos que se suelen pasar por alto por la emoción o influencias externas.
Dice el refrán que mejor estar solo que mal acompañado… Pero ¿qué pasa si puedes estar muy bien acompañado? Escoger a un buen socio de empresa te aportará un enorme valor añadido por múltiples razones. Deja que te convenzamos.
Solo pueden existir dos roles o posiciones en una historia empresarial cuando da sus primeros pasos: puedes ser el socio fundador, junto a otros o tú solo, o ser aquel que busca ser socio de algún negocio concreto.
En cualquiera de los casos, los factores en los que te tienes que fijar para embarcarte en un proyecto empresarial, y dedicar tiempo, esfuerzo y dinero, son los mismos. Es clave que te centres en los aspectos profesionales y dejes de lado lo demás.
¿Con esto que queremos decir? Pues que ser una gran persona, tu mejor amigo, tu hermano, tu primo, o tu pareja no implica necesariamente ser un gran socio. Es decir, que tienes que ser capaz de separar lo personal de lo profesional.
No es importante si te asocias con un familiar o con un desconocido, la clave es cómo son esas personas y qué pueden aportar a la empresa. Cuál es su código de valores, cuál es su visión de la empresa y hasta dónde están implicados en el proyecto.
Dejarte llevar por otro tipo de criterios que nada tienen que ver con lo profesional es, casi siempre, un grave error que en muchos casos lleva, no solo a la destrucción de la empresa, sino también a conflictos personales y familiares evitables.
Por lo tanto, cuando hablamos de negocios tu mente tiene que ser la de una mujer o un hombre de negocios. Simple y llanamente debes ir a buscar lo que necesitas para tu negocio: sea financiación, buenas ideas, trabajo duro o todo a la vez.
La relación de los socios de una empresa, sea cual sea su forma jurídica, debe de ser siempre profesional, lleven los años que lleven juntos deben respetarse en lo profesional y, por supuesto, tienen que encajar sus caracteres.
Es decir, que han de saber llevarse el uno al otro, suplir las carencias mutuas y evitar el conflicto: adoptar una actitud constructiva y resolutiva es una característica clave que debes buscar en cualquier socio de empresa.
Dicho todo esto, si estás en busca de un socio de empresa, pongamos un socio para una sociedad limitada, lo importante no es dónde sino a quién encuentras para el puesto.
En primer lugar, es importante tener claro qué buscas: ¿financiación, profesionalidad, trabajo, implicación, esfuerzo, buenas ideas? Sin objetivos no hay consecución de métricas.
Así, si lo único que buscas es financiación —algo que ocurre a menudo por las dificultades de acceder a crédito— céntrate en alguien que te proporcione los fondos, pero te permita llevar y guiar tu negocio a tu estilo.
Pero si lo que buscas es un socio en la salud y en la enfermedad, y que no salga despavorido a la primera de cambio, tienes que mirar más detenidamente las cualidades de esa persona.
Si es ese el caso, la elección debe estar mucho más meditada. Su currículum, su forma de ver la vida, su manera de entender los negocios… Todos los datos son importantes y te permitirán saber rápidamente si sería (o no) un buen compañero de empresa.
Puedes plantear situaciones hipotéticas que podrían pasar con el negocio para intentar saber cómo respondería: cuanto más reales y complejas, más útil será el ejercicio. Además, tienes que tener siempre muy claro que es tu socio, no tu amigo.
¿Puede ser ambas cosas? ¡Por supuesto! Pero habrá momentos en los que te tengas que centrar en el socio, y no en el amigo, en tu trato hacia él. También es necesario que te fijes en el valor añadido que aporta a la empresa, y que te aporta a ti.
Tiene que ser alguien complementario a ti, no solo a nivel curricular, sino también en el carácter, la forma de ser y la forma de pensar: analítico o emocional. Cuanto más complementarios, mejor equipo haréis.
A pesar de buscar la complementariedad, que aporte un plus a tu experiencia, forma de ser u otros aspectos en los que puede ser interesante contar con alguien diferente a ti, también es importante encontrar a alguien que comparta otras cosas contigo.
Por ejemplo, una cultura de negocios y unos valores comunes, una visión de negocio similar, una aversión al riesgo que no sea dispar. Además es útil alguien que cuente con capacidades directivas y de gestión, pues van a ser muy valiosas en vuestro recorrido.
Lanzar una empresa es un proyecto de vida, por eso, elegir a un socio es casi como elegir a una pareja. Tener a un buen compañero de viaje es una de las claves para triunfar. Mejor bien acompañado que solo. De eso no hay ninguna duda.
Cuando ya hayas encontrado a la persona ideal tocará equiparse con los recursos necesarios para recorrer el camino. Entra en nuestra web o llama al 900 622 700 y empieza a crecer con tu socio y con Yoigo Negocios.