¿Qué criterios considerar en una estrategia de inversión?


Cuando se habla de estrategia de inversión es fundamental definir unos objetivos que se ajusten a unos criterios determinados. Con estos criterios se pueden alcanzar las metas tanto en términos de riesgo como de rentabilidades esperadas.

En este sentido, existe una clara relación entre el riesgo que se asume y el retorno que se puede esperar por lo que ambas variables han de tenerse en cuenta a la hora de diseñar un plan para invertir.

Los objetivos para alcanzar en relación con los rendimientos pueden expresarse en porcentajes absolutos o relativos, pero también puede hacerse como un objetivo general: la conservación de capital, la renta actual, la apreciación de capital, o el retorno total.

¿Cuáles son esos criterios en los que hay que centrarse?

Diseñar una política de inversión adecuada

Construir una política de inversión es una herramienta de planificación que ayuda al inversor a entender mejor sus necesidades y aporta disciplina al proceso, reduciendo la posibilidad de tomar decisiones apresuradas o inapropiadas.

Este es uno de los criterios más esenciales en el que hay que fijarse”, comenta Alberto Rodríguez, analista financiero independiente. La base fundamental del diseño reside en “entender los objetivos realistas del inversor”, de esta forma ayudará a los inversores a entender sus propias necesidades, objetivos, y restricciones.

Una política de inversiones apropiada debería dar respuesta a las siguientes cuestiones: “ayuda al inversor a especificar metas realistas y a estar más informados sobre los riesgos y costes de la inversión”, comentan desde la propia Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Parte del proceso de desarrollo de una política de inversiones consiste precisamente en que el inversor se familiarice con los riesgos de su inversión y la relación existente entre el riesgo y el retorno esperado”, asegura Rodríguez.

La elaboración de esa estrategia es principalmente responsabilidad del inversor. “Este es un proceso por el que los inversores definen sus necesidades y metas reales, y se familiarizan con los mercados financieros y riesgos de inversión”, resaltan los expertos de BBVA.

Es una herramienta que permite hacer de la inversión una disciplina o definir a los gestores externos el marco en que el inversor quiere mover su dinero”, añaden.

Los criterios más esenciales a los que hay que ajustarse como punto de partida

Lo primero de todo, según aconsejan los expertos, es que debemos definir nuestros objetivos de inversión. “Es importante definir el objetivo de su ahorro, lo que implica, entre otras cuestiones, determinar el plazo de la inversión y el riesgo que se desea asumir”, comenta Antonio Castelo, responsable de renta variable de iBroker.

Es conveniente elegir un producto que sea adecuado para el horizonte de inversión que se tenga, sea corto, medio o largo plazo. “Por otra parte, todos los productos financieros conllevan cierta dosis de riesgo (baja, media, alta o muy alta) de la que se debe ser consciente cuando se toma la decisión de invertir en ellos”, apuntan desde la CNMV.

Otro factor que se recomienda es la búsqueda de un intermediario. Sólo las entidades autorizadas e inscritas en los registros públicos de la CNMV pueden ofrecer servicios de inversión.

Si recibes alguna oferta de un intermediario que no conoce, es aconsejable que consulte en los registros oficiales para asegurarse que es una entidad autorizada”, concreta José Luis Cárpatos, director de inversiones de Gloversia Eafi.

Alternativamente, puedes consultar si es una entidad sobre la que existe alguna advertencia por sospecharse que ofrece servicios de inversión sin estar autorizada para ello. Si la entidad que buscamos no se encuentra en el registro oficial de la CNMV es aconsejable que consultemos a la Oficina de Atención al Inversor antes de operar con ella.

Acto seguido debemos elegir un producto. La creciente gama de productos financieros proporciona alternativas para cualquier perfil de inversión.

Es imprescindible comprender las características y los riesgos del producto antes de su adquisición”, recomienda el regulador español. “No es aconsejable que se invierta en productos que no se comprenden”, dice Cárpatos.

El grado de complejidad de los productos financieros suele ir en paralelo al riesgo que conllevan. La entidad financiera debe explicarle las características (y riesgos) del producto que le ofrece o que usted solicita.

Debe proporcionarnos información escrita con anterioridad a su decisión de inversión para que se pueda tomar esta con conocimiento de causa”, asegura Rodríguez.

En esta línea, otro de los criterios esenciales es vigilar las inversiones. Las circunstancias bajo las que se realiza una determinada inversión pueden cambiar a lo largo del horizonte temporal de esta.

Es recomendable vigilar la evolución de la inversión y ver si la rentabilidad es la esperada o si los riesgos se mantienen”, comenta Castelo. Las entidades financieras están obligadas a enviar información con carácter periódico para poder realizar este seguimiento.

Tener un estilo de inversión acorde con su personalidad y sus objetivos en el mercado es la base para que con la ayuda de herramientas gráficas pueda tomar las mejores decisiones. Es fundamental elaborar una estrategia que permita estudiar los diferentes valores, así como sus datos históricos.

José Antonio González, profesor de análisis técnico en el máster práctico de inversión y trading de Estrategias de Inversión, afirma que sus alumnos “desarrollan un base crítica para detectar cuando una tendencia es fiable y cuándo no lo es así como discernir el momento en el que podemos dar por confirmado un cambio de tendencia para actuar en consecuencia”.

Por lo tanto, la elaboración de una estrategia de inversión es una de las cosas que necesita todo aquel que quiera comenzar a operar en bolsa para disfrutar de una buena experiencia y no cometer errores que tengamos que pagar muy caro.

Las dos situaciones que se deben diferenciar a la hora de invertir

A la hora de contratar un producto se pueden distinguir dos situaciones. Por un lado, la elección directa del vehículo en el que invertimos.

Si tomamos la iniciativa para contratar un activo no complejo (aquel que un inversor medio puede entender) nuestra entidad nos debe advertir de que no tiene obligación de establecer si el producto es adecuado o no para nosotros y simplemente se limitará a ejecutar su orden de compra. En este caso su entidad financiera nos presta el servicio de "sólo ejecución" (de su orden).

No obstante, si solicitamos la compra de un producto complejo (aquellos cuyas características no son fáciles de entender para un inversor medio) nuestro banco ha de asegurarse de que el producto es adecuado para nosotros a través de un test de conveniencia.

El test de conveniencia tiene como finalidad que la entidad determine si usted, a la vista de sus conocimientos y experiencia como inversor, es capaz de comprender las características y los riesgos que asume al adquirir un producto determinado”, expone el regulador.

En el caso de que hayamos operado a través de esa entidad tal vez no necesiten preguntarnos nada (la entidad ya tiene la información necesaria sobre nosotros). Este sondeo es el más habitual. Además, se debe aplicar siempre que sea la entidad la que le ofrezca la inversión.

Puede que deseemos invertir en un producto complejo a pesar de que no entendamos de que el riesgo del producto es superior al riesgo asumimos en general en nuestras inversiones y, en tal caso, deberemos firmar la aceptación del producto a pesar de no ser adecuado para nuestro perfil”, explica Rodríguez.

De ahí a que haya que ser consciente de las implicaciones de aceptar un riesgo superior al de su perfil.

Recibir asesoramiento de la entidad financiera y formación

Cuando nuestra entidad nos presenta varios productos alternativos y nos aconseja alguno de ellos, nos está prestando un servicio de asesoramiento. Este es uno de los criterios básicos para construir una estrategia de inversión: estar asesorados en todo momento.

Básicamente, debemos recopilar toda la información necesaria para que se nos pueda asesorar. En este sentido, la normativa establece que el banco tiene la obligación de realizar el denominado test de idoneidad.

Este test también es obligatorio cuando la entidad presta servicios de gestión de carteras”, explica la CNMV. “A través del mismo se valoran sus conocimientos y experiencia, su situación financiera y objetivos de inversión”, agregan.

Para saber el conocimiento del que se dispone y la experiencia con respecto a un servicio o producto, la entidad financiera debe obtener información sobre: los tipos de servicios, operaciones e instrumentos financieros con que está familiarizado; la naturaleza, volumen y frecuencia de las operaciones sobre instrumentos financiero y el período durante el cual se han llevado a cabo; y el nivel de formación y su profesión.

Esta información le permitirá conocer, por ejemplo, nuestras necesidades de liquidez o qué tolerancia al riesgo tenemos. Conceptos vitales para desarrollar una estrategia que se amolde a nuestras necesidades.

Por último, para saber cuáles son sus objetivos de inversión, tiene que valorar el horizonte temporal deseado para la inversión, sus finalidades de inversión y el perfil de riesgo”, destaca Cárpatos. “Es importante que la entidad financiera conozca cuál es la pérdida máxima que estaría dispuesto a asumir”, comenta.

Por otra parte, se necesita que, antes de realizar cualquier inversión, se tengan unos conocimientos sobre la forma de invertir, dónde y cuándo. “Para ello es importante contar con cursos o seminarios que partan desde la base y ofrezcan formación práctica”, describe Cárpatos.

Y es que debemos tener un criterio en base al cual pueda tomar decisiones y posicionarse en el mercado en función de las variables que influyen en su evolución.

Asimismo, si buscamos especializarnos en este ámbito es necesario contar con las herramientas adecuadas para llevar a cabo una buena estrategia de inversión, haciendo seguimiento de los valores y activos más interesantes.

Tal y como explica José Antonio González, profesor de análisis técnico en el máster práctico de inversión y trading de Estrategias de Inversión: “Gracias a estas herramientas se pueden analizar las cotizaciones de los diferentes valores e intentar detectar patrones que permitan a los inversores saber en qué punto se encuentra en el mercado y el próximo potencial movimiento del precio”.

La utilización de las herramientas de análisis

En última instancia, para fijar una estrategia de inversión otro de los criterios básicos es utilizar determinadas herramientas de análisis que nos puedan ayudar a tomar decisiones concretas.

Una de las múltiples herramientas para poder realizar análisis de los mercados financieros es el programa Visual Chart, muy utilizada por los inversores que trabajan con acciones y futuros financieros.

Existen también otras herramientas como MetaTrader o NinjaTrader, que son más utilizadas los operadores que trabajan en FOREX o en el mercado de divisas. González explica: “es vital conocer su funcionamiento y dedicar así un tiempo de aprendizaje para desarrollar las habilidades con la herramienta”.

Además, el experto también desarrolla paso a paso desde una perspectiva del análisis de precios clásica, el estudio de un activo o mercado a largo plazo y a medio plazo, terminando por un análisis exhaustivo en el corto plazo que permitirá, finalmente, adoptar una posición en el mercado.

Con los indicadores propios que comparte con los alumnos, la herramienta gráfica automáticamente hará un filtrado con los valores que cumplen nuestros criterios de búsqueda, lo que permite afinar nuestro análisis con un gran ahorro de tiempo.

En definitiva, antes de invertir hay que ajustarse a una serie de criterios que nos pueden ayudar a tener éxito con el paso del tiempo. Amoldarse a estos conceptos es fundamental para que se tenga el éxito que se necesita cuando utilizamos nuestro dinero con el objetivo de obtener una rentabilidad a cambio.

Las valoraciones vertidas por nuestros expertos son opiniones de carácter particular y no representan una recomendación de inversión concreta. Para maximizar los beneficios de tu capital consulta con un especialista para que te asesore conforme a tus necesidades.