Dudas y respuestas sobre la Ley del Tabaco, qué debes saber


El tabaco continúa siendo uno de los problemas a tratar en nuestro país. Actualmente, el Gobierno está trabajando en una nueva reforma que modifique parcialmente la ley 42/2010.

Una de las claves de esta nueva normativa es cómo afectará al ámbito empresarial, especialmente a los negocios relacionados con la hostelería y a la industria tabacalera.

Fumar provoca una media de 60.000 muertes anuales. Por este motivo, uno de los colectivos que más reclama ciertos cambios es el de los neumólogos. Exigen al ejecutivo incluir varias medidas que consideran irrenunciables.

¿Cuáles son las propuestas planteadas en la ley de Tabaco?

Según Epdata, el 22% de la población de nuestro país reconoce fumar todos los días, mientras que otro 25% se declara exfumador. El número aproximado de ciudadanos mayores de 15 años que fuma habitualmente está en 8,6 millones.

Aunque algo más de la mitad de la población se define como no fumadora, no se puede negar que genera problemas de salud. La AECC estima que 8 de cada 10 casos de cáncer de pulmon y laringe se deben al consumo de tabaco.

Estos datos evidencian la relación del tabaquismo y la salud. Constituyen la razón principal por la que el Gobierno promulgó una ley antitabaco en el año 2010. Esta normativa que actualmente será modificada con el objetivo de introducir nuevas medidas.

La ley 42/2010

El 30 de diciembre del año 2010 entró en vigor la ley 42/2010. Una de las primeras reglas que esta nueva normativa estableció fue la prohibición de fumar en lugares de acceso publico como bares, restaurantes y aeropuertos.

Existe, no obstante, una excepción que permite fumar en centros penitenciarios, universidades o centros psiquiátricos o de mayores de media y larga estancia, aunque únicamente en exteriores o lugares expresamente habilitados.

La también conocida como "ley del no fumador" establece que los encargados de vigilar la prohibición de fumar son los responsables de los locales en cuestión.

En el ámbito hotelero, esta normativa contempla la posibilidad de destinar hasta un 30% de las estancias como espacios habilitados para el consumo de tabaco.

Por otro lado, también prohíbe fumar en parques infantiles (recinto y accesos), pero no se establece un mínimo de metros de distancia para hacerlo, como erróneamente se cree. Lo mismo ocurre con los hospitales.

En resumen, esta ley prohibió fumar en todos los espacios de acceso general a excepción de los abiertos al aire libre o zonas expresamente habilitadas.

No obstante, las Comunidades Autónomas tienen potestad para establecer normativas complementarias que aumenten las restricciones, como ha sucedido en las terrazas a raíz de la pandemia de coronavirus.

Claves de la reforma de la Ley del Tabaco

En referencia a la necesidad de reformar la Ley actual del no fumador, se esgrimen una serie de argumentos, comenzando por la defensa de que fumar no es una decisión que un adulto toma libremente.

Dentro de las nuevas medidas planteadas, destacan estas:

  1. Aumento del precio del tabaco.
  2. Prohibición del consumo en espacios públicos abiertos (terrazas, playas, parques, etc.) y en el interior de los coches.
  3. Empaquetado genérico.

Está claro que el objetivo principal de este plan integral tiene como fin reducir el consumo de tabaco. Concretamente, esta reducción debe llegar al 30% en 2025, ya que se trata del objetivo planteado por la Organización Mundial de la Salud.

No obstante, el modo de hacerlo plantea una serie de dudas.

Formas de llegar a los objetivos 2025: ¿En qué espacios podré seguir fumando?

La nueva normativa plantea la prohibición de fumar en espacios públicos en general. Durante la pandemia de coronavirus ya motivó que algunas CCAA tomaran la decisión de restringir el consumo de tabaco en las terrazas de bares y restaurantes.

Estas restricciones se ampliarían a todo tipo de espacios públicos tales como parques o playas, donde hasta ahora sí se podía. Se impondría también una sanción a aquellos que fumen en el coche, equiparándolo a utilizar el móvil mientras se conduce.

Persona fumando en el coche

Esto limitaría a los fumadores a los espacios de ámbito privado o a la vía pública siempre que se pueda mantener una distancia, como indicábamos, de al menos 2 metros con el resto de los transeúntes.

¿Cómo afectará la subida de precios al producto?

De momento, lo que plantea el Gobierno es una revisión fiscal, es decir, de los impuestos que gravan actualmente el tabaco. La subida planteada para 2022 ha sido del 5,5%.

Este dato sigue situando a España por debajo de la media europea. Mientras en Francia la media de una cajetilla de tabaco de 9,70 euros, por ejemplo, en nuestro país es de 4,93 euros.

Respecto a nuevas subidas que puedan producirse, lo cierto es que el Plan Integral anunciado no especifica el porcentaje de incremento que puede llegar a aplicarse más adelante.

¿En qué consiste el empaquetado genérico y cuáles son las consecuencias?

Esta medida contempla un empaquetado que sea común a todas las marcas de tabaco comercializadas en España. El tamaño, forma y color de las cajetillas pasaría a ser el mismo.

Esto tendría un impacto en la publicidad de las marcas, ya que el objetivo es hacer que el producto sea menos atractivo para los compradores.

¿Qué pasará con la industria tabacalera?

La reducción del consumo de tabaco tiene un impacto evidente en la industria tabacalera, ya que disminuir la producción y venta implicaría obtener menos ingresos, claramente.

En este sentido, el Gobierno planea reunirse con sus representantes y facilitar la transición a un nuevo modelo de negocio que conviva con las medidas antitabaco.

No obstante, y aunque se quiere escuchar a los implicados, el Plan Integral subraya la necesidad de respetar lo que se estableció en el Convenio Marco para el Control del Tabaco, de modo que se evite la interferencia de la Industria del Tabaco.

¿Qué ocurre con los cigarrillos electrónicos?

Sobre estos productos se han planteado revisar también su fiscalidad, al igual que de prohibir su uso en coches. Por otro lado, se restringiría también su consumo en los denominados “espacios sin humo”.

Hay que recordar que los cigarrillos electrónicos no eliminan el componente perjudicial para la salud, y que su presencia en oficinas y espacios de trabajo presenta las mismas implicaciones para el a plantilla.

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