Pagar entre me gustas y la apuesta de Facebook Pay


Dos fueron los grandes anuncios que hizo Facebook en el pasado 2019: el nacimiento de su criptomoneda Libra y la aparición de Facebook Pay, su sistema de pago. Si bien el nacimiento de Libra resultó algo prematuro, hoy es un proyecto secundario del que se han descolgado muchas de las compañías que lo apoyaron en sus inicios (PayPal, eBay, VISA o Mastercard, entre ellas), Facebook Pay despierta algo más de entusiasmo.

Empezó oficialmente su andadura en noviembre de 2019 en Estados Unidos, y hoy funciona en gran parte del mundo, aunque de forma limitada. También está activado en España, aunque no se puede hacer gran cosa todavía.

Qué es Facebook Pay

Facebook Pay es un sistema de pago que va más allá de la red social de Mark Zuckerberg, e integra también Messenger, Instagram y WhatsApp. Sin embargo, de momento solo funciona con Facebook y con Messenger, aunque esto no es del todo exacto, como veremos más abajo cuando hablemos de los antecedentes de Facebook Pay.

Ahora mismo, ni siquiera Estados Unidos cuenta con la versión completa de Facebook Pay, y algunas de sus funcionalidades solo están disponibles para determinados perfiles.

Según Facebook, a lo largo del tiempo cualquier usuario podrá comprar videojuegos y entradas, donar dinero a ONG, pagar por usar Facebook Watch y comprar en el marketplace de la red social (una especie de mercado de segunda mano). A esto se suma la posibilidad de enviar dinero a contactos a través de Messenger, algo similar a Bizum.

Para realizar todas estas operaciones, es necesario vincular a la red social una tarjeta o una cuenta de PayPal. Una vez hecho, y si tu perfil tiene habilitadas las compras, te aparecerán varias funciones para que puedas utilizar tu dinero sin salir de la red social.

No solo comprar en Facebook

Los planes de Zuckerberg en cuanto a Facebook Pay no se quedan ahí. Su intención es que el sistema de pago también permita la compra de productos promocionados en Instagram y el envío de dinero a través de WhatsApp. Esto último recuerda a la funcionalidad de Messenger, pero es mucho más relevante. En el caso del servicio de mensajería, el envío de dinero tiene que ser entre usuarios interconectados, la promesa de WhatsApp va más allá.

Para enviar dinero, los requisitos de WhatsApp son menos estrictos: solo hace falta un usuario y una tarjeta o cuenta bancaria vinculada. Nada más. Solo con esas dos condiciones se podría enviar dinero a cualquier usuario de WhatsApp de forma gratuita.

Puede no parecer gran cosa, pero lo es, pues en la ecuación los bancos no son necesarios. De momento son suposiciones, ya que Facebook siempre ha contado con el apoyo de las entidades bancarias, pero no es impensable que el servicio se vincule no a bancos sino a neobancos o incluso a criptomonedas.

De hecho, recientemente Facebook sorprendió con una nueva noticia: la creación de Facebook Financial. Conocida como F2, será una subdivisión especializada en la parte financiera de Facebook, y se centrará en sus tres productos actuales: Facebook Pay (que integra a todas las demás redes sociales propiedad de Facebook), la billetera digital Novi (antes conocida como Calibra) y la criptomoneda Libra.

De esta forma, Facebook entraría por méritos propios en una de las grandes oportunidades de negocio a nivel mundial: la bancarización, esto es, suministrar sistemas de pago y de almacenamiento de dinero a aquellas personas que no tienen cuentas bancarias.

Actualmente hay 1.700 millones de personas sin bancarizar, según el Banco Mundial, la mayor parte en el África subsahariana y en el sudeste asiático. Dicho esto, es momento de que hablemos de WhatsApp Pay.

WhatsApp Pay, la antesala de Facebook Pay

Los planes de Zuckerberg para introducirse en las operaciones de dinero vienen de muy lejos. Ya en 2018 habilitó la función de hacer donaciones a ONG a través de la propia red social y también de PayPal. Pero solo fue un ensayo.

El verdadero experimento se produjo ese mismo año, si bien no quiso poner en juego su marca (Facebook) sino recurrir a un miembro más joven de la familia: WhatsApp, compañía que es propiedad de Facebook desde 2014.

Definido el canal, quedaba por concretar el escenario. Escogió India, el país con más usuarios de esa app: 340 millones en 2019, según eMarketer. Le siguen Brasil, con 99 millones, y Estados Unidos, con 68 millones. (España ocupa el 9º puesto, con 30,5 millones de usuarios de WhatsApp).

Las funciones de WhatsApp Pay no ofrecían mucha sorpresa: vinculando un usuario a una cuenta bancaria, el usuario podría enviar y recibir dinero de otros usuarios sin coste alguno. Poco después entró en vigor WhatsApp Business, que permitía que el comprador pagara en un comercio capturando un código QR. Una operación que suponía una comisión para el comercio.

Hoy en día WhatsApp Pay se sigue utilizando en India y no son pocos los testimonios de comerciantes indios que destacan cómo les ha facilitado las transacciones durante la pandemia.

Recordemos que India es un país con algunas zonas desbancarizadas, donde la falta de oficinas bancarias hace que muchas operaciones deban hacerse online. Pagar en comercios a través del teléfono móvil es una ventaja para los ciudadanos indios.

La primera fase del experimento de Zuckerberg funcionó, y en 2020 quiso avanzar un poco más. Así que decidió activar WhatsApp Pay en otro país. ¿En cuál? Estaba claro desde el principio: Brasil, el segundo país del mundo con más usuarios de esta App.

Lo que proponía WhatsApp Pay en Brasil era semejante al modelo indio, así que parecía que la implantación sería sencilla. Pero no lo fue. Días antes de entrar en funcionamiento, el Banco Central de Brasil suspendió el proyecto para “preservar un adecuado ambiente competitivo”. Hoy WhatsApp Pay Brasil continúa paralizado.

¿Funcionará Facebook Pay?

Aparte del varapalo de Brasil, el balance de WhatsApp Pay es positivo. En India no solo crecieron los usuarios de esta App, que hoy por hoy rozan los 400 millones, sino que WhatsApp Business tuvo más de 100 millones de descargas, y eso que esa app es solo para comercios físicos.

¿Sucederá lo mismo en Estados Unidos? ¿Y en España? De momento, la red social no ha publicado datos de uso en su país de origen, lo que tiene sentido. Facebook Pay se activó en EE. UU. hace menos de un año (tanto en Facebook como en Messenger), y ni siquiera actualmente están todas las funciones activadas. No hablemos ya de España, donde Facebook Pay entró en funcionamiento de forma limitada durante la pandemia COVID-19.

Si miramos los datos de uso, el escenario para Facebook Pay no podría ser mejor. Según el informe We are social 2020, las apps con más usuarios activos por mes en todo el mundo son WhatsApp, Facebook y Facebook Messenger, seguidos de WeChat (de la que hablaremos a continuación)

Si nos fijamos en los datos en España, la hegemonía del conglomerado Facebook aumenta y coloca una red social más entre las que cuentan con más usuarios activos al mes: 1º WhatsApp, 2º Facebook, 3º Instagram y 4º Messenger.

El informe añade algunas más cifras sobre usuarios de móviles en España: el 69% ha utilizado su móvil para comprar, el 24% ha transferido dinero a amigos y familiares y el porcentaje de usuarios que acceden a Facebook a través del móvil es de un 98%.

¿Existe algo parecido a lo que ofrece Facebook Pay en España?

No del todo. Facebook Pay es la primera incursión de una red social que permite a sus usuarios realizar pagos sin salir de la red social. Y cuando hablamos de realizar pagos también hay que incluir enviar dinero a otros usuarios, algo que ya podemos hacer en España desde hace un tiempo.

Bizum hace algo parecido a lo que propone Facebook Pay. Sus usuarios vinculan sus cuentas bancarias y pueden mandar dinero sin coste alguno. Los principales bancos ya ofrecen Bizum entre sus servicios. La idea es la misma que facilita Facebook Pay pero con la enorme diferencia de que Bizum no es una red social, sino un sistema de pago muy concreto.

¿Y qué pasa con Apple Pay, Google Pay y otros “pays”? También permiten vincular tarjetas bancarias a cuentas digitales, además de funcionar como monederos sin que ningún banco aparezca en la ecuación, pero, al igual que sucedía con Bizum, no son redes sociales.

La utilidad de estas apps es que, además de permitir el pago en plataformas online, también facilitan la compra física con el móvil, gracias a la tecnología contactless NFC.

Pero esto no significa que otras redes sociales no hayan coqueteado con los pagos antes. En 2014, Twitter intentó algo parecido, pero solo para comprar en muy determinadas cuentas. Lo mismo hizo Tumblr, aunque de forma mucho más limitada.

Tumblr se asoció con la plataforma de distribución de arte Etsy para que los usuarios de Tumblr pudieran comprar arte sin salir de la red social. Ninguna de las dos fórmulas funcionó.

Se mire como se mire, el caso de Facebook Pay es único. ¿En todo el mundo? No, miremos a China.

WeChat como referencia

Es habitual escuchar que WeChat es el WhatsApp chino, lo que resulta algo incompleto. WeChat, que cumplirá en 2021 una década de existencia, sería el WhatsApp chino si a WhatsApp le sumaras Facebook, Amazon (servicios financieros incluidos), una appstore y un banco digital.

Pagar el recibo de la luz, pedir un taxi, encargar comida a domicilio, comprar billetes de avión, alquilar pisos, solicitar préstamos, buscar trabajo, concertar una cita con el médico, enviar mensajes, mandar dinero... Todo eso es posible sin salir de esta red social-servicio de mensajería-marketplace-banco que es WeChat. Desde luego, WeChat no es el WhatsApp chino.

Lo que hoy propone Facebook Pay y ya ha probado parcialmente con WhatsApp Pay es algo que WeChat lleva haciendo desde hace años con extraordinarios resultados. ¿La clave de su éxito?

Concentrar todas estas actividades en la misma red social, lo que parece que quiere conseguir Facebook desde hace años. A su red social original se han ido sumando funcionalidades (marketplace y páginas de empresa), más redes sociales (Instagram y WhatsApp) y servicios financieros (Libra y Novi).

¿Una buena noticia para las ecommerce?

Teniendo en cuenta los datos citados más arriba, la propuesta de Facebook Pay debería de ser fundamentalmente positiva para las ecommerce. Por varias razones. La primera es que acerca la experiencia de compra al entorno donde muchas personas vuelcan y gestionan una parte importante de sus relaciones sociales.

Para ir a la tienda virtual no tienen que salir de la red social, sino que pueden comprar a un par de clics de su muro. Este fenómeno de acercar una experiencia a la tecnología que más utiliza el target la hemos visto con los neobancos.

Si los millennials y generaciones posteriores utilizan el móvil como herramienta para todo y no quieren pasarse por su oficina bancaria, ¿por qué no adaptarse a ellos y favorecer que cualquier operación se haga desde el dispositivo móvil? Facebook quiere hacer lo mismo.

Otro punto interesante para las ecommerce es que Facebook Pay no solo acercará la posibilidad de la compra al entorno de uso habitual, sino que hará que la experiencia sea sencilla e intuitiva, por no hablar de que favorecerá la compra espontánea.

Solo hay que pensar en las posibilidades de que una celebrity de Instagram anuncie un producto y que ese producto se pueda comprar con un clic, sin introducir la tarjeta porque ya se habrá añadido anteriormente.

¿Hay aspectos negativos? A bote pronto podría pensarse en los riesgos de la amazonización del punto de venta, donde los productos se definen por su foto y un par de funcionalidades más. Todos los productos son tan parecidos fruto de esta estandarización que el factor decisivo de compra termina por ser el precio.

Pero este riesgo no parece que pueda existir con Facebook Pay, pues la opción de compra debería de activarse también en las páginas de empresa de las ecommerce. Gracias a esto, la marca podría personalizar el entorno y destacar su identidad frente a otras marcas, al contrario de lo que sucede en las grandes plataformas de venta online.

¿Funcionará Facebook Pay? Es muy pronto para saberlo. Lo que sí está claro es que Zuckerberg inicia con este movimiento su intento de que sus redes sociales no solo canalicen fotos y vídeos, sino también el dinero de sus usuarios. Emerge así un nuevo actor en el muy dinámico escenario de los servicios financieros digitales.