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Una empresa que no innove está condenada a acabar pereciendo. En un mercado de rápida evolución enormemente competitivo, innovar no es una opción sino una obligación.
El proceso de innovación, sin embargo, no es algo sencillo que surge de manera natural, sino que hay que dedicarle numerosos recursos para que dé frutos. Entre ellos, financiación, horas de trabajo y producción, así como ingentes cantidades de creatividad.
La creatividad se define como la facultad de crear o la capacidad de creación, de acuerdo a la Real Academia de la Lengua Española.
Se trata de la capacidad de una persona para generar nuevas ideas, alternativas, soluciones o puntos de vista diferentes que permiten superar todas las opciones contempladas con anterioridad.
La creatividad es un elemento clave para cualquier empresa. Es la materia prima sin la que no podría subsistir. Sin trabajadores creativos la empresa no podría avanzar hacia el futuro con nuevas soluciones, productos y formas de adaptarse a una realidad cambiante.
La creatividad es una cualidad humana que se puede y se debe potenciar. En las empresas, se trata de una de las cualidades de los trabajadores más apreciadas. Un empleado creativo sabrá dar soluciones a los problemas y resolver cualquier situación complicada.
Para potenciarla, es importante no parar de probar y arriesgarte, ponerte metas que te ayuden a ser creativo (cómo alcanzar un objetivo determinado) y no dejar de colaborar con otros y absorber conocimiento.
La innovación es una consecuencia de la creatividad. Sin creatividad de los empleados y directivos no podría existir la innovación en una empresa. Innovar es mudar o alterar algo, introduciendo novedades.
La innovación es el proceso de crear y aplicar nuevas ideas para potenciar el valor de una empresa, de una organización o de la sociedad. Es decir, la creación de nuevas ideas responde a la creatividad, pero la innovación debe incluir necesariamente su aplicación.
La innovación es fácilmente medible y permite a las organizaciones, entidades o personas lanzar nuevos procesos, que van más allá de la generación de ideas. Además, se trata de un concepto directamente ligado a la producción de bienes y servicios.
Se trata, por lo tanto, de un proceso aplicable en cualquier empresa que, además, se puede aprender para desarrollar una solución o un producto novedoso. Para la innovación, es necesario aplicar creatividad, además de otras muchas materias primas.
¿Cuáles son las principales diferencias entre creatividad e innovación y cuál es la mejor opción para tu negocio?
La creatividad es una cualidad de una persona y un proceso de la imaginación, mientras que la innovación es un proceso productivo aplicable a una empresa.
La creatividad se refiere a una cualidad humana y la innovación a un proceso empresarial en el que una compañía invierte para el desarrollo de nuevos productos, servicios o soluciones.
La creatividad no tiene una medida estandarizada que permita determinar niveles, pero la innovación se mide en todo el proceso productivo de una empresa.
La creatividad no requiere inversión financiera, sino de tiempo. La innovación requiere una importante inversión financiera, además de inversión de tiempo y otro recursos.
La creatividad genera ideas nuevas y diferentes a lo contemplado hasta ese momento, mientras que la innovación introduce novedades en el mercado que podrían haberse contemplado anteriormente y no se hubiesen materializado finalmente.
En definitiva, la creatividad alumbra buenas ideas y la innovación las pone en marcha aplicadas a productos, servicios y procesos en una empresa, que permiten que mejore y se desarrolle.
Una empresa no puede renunciar ni a creatividad ni a innovación. La creatividad ya la aportan los directivos y empleados. Por eso, en la gestión empresarial, los esfuerzos deben centrarse en la innovación.
En este sentido, podemos diferenciar entre innovación de productos y procesos. Ambas requieren inversión y dedicación. En el primer caso, la I+D+i permite impulsar el desarrollo de soluciones y productos inexistentes en el mercado.
En el segundo, la innovación permite mejorar los procesos empresariales, ahorrando recursos, tiempo, costes… y llevando a la empresa y su proceso productivo al siguiente nivel.
En los dos casos, la innovación produce una mejora en la competitividad y, por lo tanto, ofrece una ventaja competitiva que sitúa a la empresa en una mejor posición en el mercado frente a sus competidoras.
En última instancia, la innovación es la garantía de la supervivencia de una empresa a medio plazo. En los cambiantes mercados actuales, ninguna empresa podría operar durante años sin innovar.
Por eso, la empresa debe elegir innovación, pero siempre con trabajadores creativos que estén capacitados para aplicar esa creatividad a productos y procesos. En los mercados, además, se puede producir una innovación incremental o una innovación disruptiva.
La innovación incremental mejora notablemente algún proceso o producto ya en el mercado, mientras que la innovación disruptiva pone en el mercado un proceso o producto novedoso que rompe con lo anterior y lo desbanca.
La innovación disruptiva no es compatible con lo que existía hasta el momento. Es lo que Schumpeter denominó proceso de destrucción creativa.
Innovación y creatividad son, por lo tanto, dos caras de la misma moneda. La creatividad impulsa la innovación y esta última no puede sobrevivir sin la creatividad de aquellos que impulsan procesos innovadores.
Creatividad e innovación son necesarias en la empresa para desarrollar mejor productos, servicios y procesos, lo que en última instancia promueve el crecimiento y permite progresar a la empresa.
La innovación se aplica a través de estrategias creativas que permitan generar mejores ideas comerciales y de procesos. ¿Cómo podría una empresa renunciar a cualquiera de los dos conceptos?
Innovación y creatividad son dos palancas para la empresa: la primera en el plano productivo y la segunda en el plano de la estrategia y la dirección empresarial.
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