¿Se ha agotado la posibilidad de invertir en las tecnológicas?


Las grandes tecnológicas Estados Unidos como Facebook, Apple, Amazon, Microsoft y Google (Alphabet), conocidas como los "FAAMG", sobrecalentaron el mercado de valores desde la llegada del covid-19 en marzo. De ahí a que muchos empiecen a cuestionarse si se ha agotado la posibilidad de invertir en estas empresas.

Estas compañías “superestrella” se han beneficiado, en gran medida, de las consecuencias económicas de la situación derivada de la pandemia, ya que más personas dependen de su tecnología para trabajar y comprar desde casa.

Sin embargo, su creciente dominio está suscitando preocupaciones sobre la composición del mercado de valores estadounidense y la sostenibilidad del repunte tecnológico. A continuación, analizamos la situación que tiene el sector de la tecnología y, por ende, sus posibilidades para crecer en la bolsa.

El contexto de los mercados como referencia inmediata

Pese a la extrema volatilidad vivida durante el año, los mercados de renta variables estadounidenses también han seguido una tendencia al alza. En lo que iba de año hasta el 30 de octubre, el S&P 500 Index avanzó un 2,8% gracias a que las acciones tecnológicas y de electrónica de consumo se recuperaron en pleno confinamiento.

Aunque es posible que la rentabilidad a corto plazo de la economía y los mercados haya influido en estas elecciones, la realidad es que atribuimos demasiado mérito a los presidentes cuando las cosas van bien y los culpamos en exceso cuando van mal”, sostiene el economista de Capital Group, Darrell Spence.

Casi siempre, las dinámicas que contribuyen al crecimiento económico y a la rentabilidad de los mercados ya están en marcha mucho antes de las elecciones y siguen vigentes mucho después de ellas”, añade Spence siguiendo la misma línea.

En este sentido, en calidad de inversores, debemos tratar de centrarnos en los fundamentales subyacentes que impulsan la economía y la rentabilidad corporativa, señala Spence. “Con frecuencia tienen muy poco que ver con quien termina ganando unas elecciones”, destaca.

Es en este contexto en el que sobresalen las compañías tecnológicas. “Se han beneficiado en el corto plazo de la crisis sanitaria, pero algunos nombres aún tienen posibilidades en horizontes temporales más amplios”, asegura José Luis Cárpatos, director de inversiones de Gloversia Eafi.

La concentración del mercado estadounidense

Una de las razones por las que estas empresas han llegado a ser tan influyentes es porque son las acciones con mayor peso en el índice. La apuesta de los inversores por las acciones tecnológicas este año ha impulsado la ponderación de las FAAMG en el índice S&P 500 a un récord del 25%, más del doble de su peso hace cinco años.

Esto conlleva que la rentabilidad de las FAAMG impacte claramente en la rentabilidad del mercado en general más de lo que lo hará una compañía de pequeña capitalización”, concreta Sean Markowicz, CFA, responsable de Estrategia, Estudios y Análisis de Schroders.

Para ilustrar esto, supongamos hipotéticamente que estas cinco grandes empresas en conjunto cayeran un 10%. “Eso significaría que las 495 acciones restantes del S&P 500 tendrían que subir al menos un 3,3% sólo para que el índice se mantuviera en el mismo nivel”, resalta el experto.

Y es que los valores más grandes del S&P 500, índice de referencia de la bolsa estadounidense, pertenecen actualmente al sector de la tecnología. La última vez que el mercado de valores de Estados Unidos estuvo tan concentrado como ahora fue a finales de los 60.

Por lo tanto, no es inusual que el mercado se concentre en un conjunto de acciones”, analiza Markowicz. Aunque el grado de concentración en la actualidad es mayor de lo normal, lo que es más inusual es que las cinco principales acciones sean todas del mismo sector: el tecnológico.

Esta falta de diversificación sectorial no debe tomarse a la ligera, opinan los expertos. “Cualquier retroceso en el sentimiento inversor hacia el sector tecnológico puede tener un impacto desmesurado en los movimientos generales del mercado, como ha ocurrido recientemente”, explica José Luis Herrera, analista independiente.

Las grandes tecnológicas están impulsando el comportamiento del mercado de valores

Asimismo, el dominio de las grandes tecnológicas es reflejo de sus beneficios empresariales En este sentido, hay que preguntarse si las valoraciones del mercado están haciendo sonar la alarma. Esta es la pregunta que se hicieron los inversores en el apogeo de la burbuja de las "puntocom" antes de que estallara.

Sin embargo, las comparaciones entre lo que pasó con las "puntocom" en 1999 y lo que sucede en la actualidad son simplistas. “A menudo ignoran el hecho de que muchas de las empresas de Internet de rápido crecimiento de entonces no estaban generando beneficios o flujos de caja significativos”, describe Markowicz.

Por el contrario, los actuales gigantes de la tecnología son altamente rentables. Representan el 15% de las ganancias de los últimos 12 meses del S&P 500 y una proporción aún mayor de las ganancias previstas, por ejemplo, el 20% de las ganancias proyectadas para 2023. Cuando se compara con su capitalización de mercado del 23%, que refleja todas las ganancias futuras, sus valoraciones ya no parecen tan extremas.

Apple, sin ir más lejos, se ha convertido en la primera empresa estadounidense valorada en 2.000 millones de dólares y cada vez más inversores están dirigiendo su atención hacia el impacto del sector tecnológico en las rentabilidades del mercado.

Por ejemplo, a mediados de septiembre, el S&P 500 acumulaba una subida del 6%, mientras que las grandes compañías tecnológicas subían un 42% en conjunto. Una diferencia bastante sustancial.

Si excluimos a estos gigantes de la tecnología, la rentabilidad del índice cae al 2%. “En otras palabras, la bolsa estadounidense estaría un 8% más baja este año sin las FAAMG (o un 11% si se tiene en cuenta el máximo del 2 de septiembre)”, señala Markowicz. Así de importantes se han vuelto estas empresas.

El aumento de la presencia política para proteger sus intereses comerciales

Ante la amenaza de una acción reguladora para limitar su dominio del mercado, Amazon, Facebook, Apple y Alphabet destinan millones de dólares cada año para influir en los reguladores y los políticos, tanto en el campo de la privacidad de datos como en el de los impuestos.

Uno de los ejemplos es que, según el Center for Responsive Politics (un organismo sin ánimo de lucro que hace seguimiento del uso que se le da al dinero en la política y en las elecciones), Amazon y Facebook gastaron unos 17 millones de dólares cada uno en 2019.

Esto fue más que cualquier otra compañía estadounidense. Sin embargo, no es sólo un fenómeno que afecta a las tecnológicas. Los estudios académicos indican que los lobbies corporativos han sido una explicación clave para la disminución de la competencia en numerosas industrias de Estados Unidos.

En una reciente entrevista en Bloomberg, el presidente del panel antimonopolio de la Cámara de Representantes de EE.UU., que lidera las investigaciones a Amazon, Facebook, Apple y Alphabet, declaró que estas empresas estaban abusando de su poder de mercado para mantener su dominio de la industria.

El presidente criticó el historial del Gobierno en la vigilancia de comportamientos anticompetitivos, como la adquisición de Instagram por parte de Facebook.

¿Cómo afecta esto en el plano de los mercados? “Dentro del marco de la inversión, los inversores deben mantenerse en guardia si se toman medidas regulatorias decisivas contra los gigantes tecnológicos”, dice Markowicz.

Dado su alto peso en el índice de referencia, si la confianza en estas empresas se deteriora por cualquier razón, podrían arrastrar la rentabilidad del mercado estadounidense. “Cuanto más se acerquen las ponderaciones de una cartera al índice de referencia, mayor será el riesgo”, añade Cárpatos. Por ende, las estrategias pasivas son las más expuestas.

En general, los grandes tecnológicos se han vuelto cada vez más influyentes, ya sea a través de la concentración del índice, la rentabilidad de las acciones, la generación de beneficios y el dinero gastado presionando vía lobbies.

Como mínimo, los inversores deberían ser conscientes del riesgo que conlleva para sus carteras exponerse a estas situaciones de monopolio, y valorar si se sienten cómodos corriendo ese riesgo y si están siendo recompensados por asumirlo”, resalta Markowicz.

La situación de los grandes nombres

La situación de Apple refleja el progreso de las acciones de FAANG en los últimos años, así como el mayor enfoque y dependencia de los consumidores en la tecnología más recientemente desde el estallido de la pandemia.

Sin embargo, aunque esto ha sido muy positivo para las empresas tecnológicas de tecnología de gran capitalización, las perspectivas futuras del sector son menos claras”, anticipa Herrera.

En particular, el tamaño y la influencia crecientes de estas empresas ha traído consigo un mayor escrutinio por parte de los reguladores. “La capacidad de las empresas de tecnología, todas las cuales cuentan con vastas reservas de efectivo, para comprar empresas tecnológicas nuevas en el futuro no será tan fácil como lo ha sido en el pasado”, ahonda Cárpatos.

Las acciones tecnológicas de gran capitalización están siendo objeto de un mayor foco de atención por parte de los reguladores, como lo demuestran las audiencias del Congreso de Estados Unidos sobre antimonopolio en julio de este año.

Los CEO de Facebook, Alphabet (Google), Apple y Amazon fueron convocados de forma remota para responder preguntas sobre el poder de sus empresas, desde el uso de datos, precios y el tratamiento de competidores más pequeños.

Las plataformas tecnológicas son muy sólidas, pero han reforzado sus posiciones al adquirir competidores más pequeños, como la adquisición de Facebook de Instagram y WhatsApp.

Si hay un mayor escrutinio de la tecnología de gran capitalización que adquiere empresas más pequeñas en el futuro, permitirá que las empresas más pequeñas desafíen y proporcionen una mayor competencia”, profundiza Cárpatos.

En términos de tendencias seculares, las empresas de computación en la nube continuarán prestando un buen servicio a Microsoft (Azure) y Amazon (AWS). “Son dos empresas que invirtieron temprano y ahora ya están viendo los beneficios de la escala”, comenta Herrera.

Cuanto más tiempo los trabajadores de oficina continúen teletrabajando desde casa, mayor será la probabilidad de que esto se convierta en un elemento más permanente.

Esto beneficia a los operadores de la nube, ya que las empresas reducen la presencia en el sitio (incluidos los servidores propios) y continúan moviéndolos a la nube”, indica Cárpatos.

Los estudios de imagen que lanzan películas a pedido (y no exclusivamente) al cine primero envalentonarán el atractivo de plataformas como Netflix y Amazon Prime. Aunque los proveedores de contenido original están produciendo sus propias plataformas directamente a los clientes como Disney+.

El próximo lanzamiento de 5G será una buena oportunidad para que los fabricantes de teléfonos actualicen sus productos con nueva tecnología y proporcionen un ciclo de actualización sólido, lo cual debería beneficiar a Apple”, expone Herrera.

Hay muchos segmentos de la tecnología que pueden mantener su línea de crecimiento, aunque es importante matizar cuáles son las firmas que mejor se han posicionado en los últimos tiempos para saber si es interesante acometer una inversión concreta”, concluye Cárpatos.

En conclusión, las tecnológicas aún pueden tener mucho que decir sobre los mercados, aunque habrá que mirar caso por caso, según los expertos. Un alargamiento de la pandemia puede resultar como un catalizador positivo en sus intereses durante los próximos meses.

Las valoraciones vertidas por nuestros expertos son opiniones de carácter particular y no representan una recomendación de inversión concreta. Para maximizar los beneficios de tu capital consulta con un especialista para que te asesore conforme a tus necesidades.