Inversiones para final de año: cómo proteger el capital ante terremotos en los mercados


Centrarse en inversiones para final de año puede ser complicado ante la situación que arrastra el covid-19. Probablemente se pueda pensar que hacer una estrategia de inversión cuando el escenario adverso sea una locura, pero no es así. Siempre se puede proteger el capital y sortear los terremotos que aparezcan en los mercados.

Mover parte del ahorro que se tiene disponible es una práctica que se ha de llevar a cabo siempre que se pueda, puesto que hace que nuestro patrimonio vaya rindiendo y evitando los efectos adversos de la inflación. Sobre todo, si se plantea como un hábito con un esquema de largo plazo.

Actuar en función al ahorro

Muchas personas dudan cuando se producen momentos de crisis. Son conocedores de que, en muchos casos, los activos se abaratan y, con la disponibilidad de sus ahorros no saben en qué invertir, ni el riesgo que deben asumir. Llegan a dudar de comenzar a adquirir productos de inversión.

Sin embargo, tener convicción es uno de los principales pasos que se debe dar. “Una buena inversión es bastante sencilla”, comenta Felipe López-Gálvez, analista de Singular Bank. Y es que hay grandes decisiones de inversión que realmente importan y cada una de ellas es lo suficientemente simple como para que cualquiera pueda llevarlas a cabo sin ningún tipo de problema.

Muchos ahorradores suelen comentar, efectivamente, cómo obtener rentabilidades más altas cuando invierten. Hablan sobre lo que está haciendo el mercado, qué valores están teniendo un mejor comportamiento o cuál es su estrategia de inversión, para compartir la fórmula del éxito de la inversión.

Pero nada de eso es importante. “La realidad es que más allá de charlar con amigos o conocidos sobre cómo y dónde invertir, una de las decisiones que se deben llevar a cabo es que actuemos en función al ahorro que puedes tener cada mes”, asegura López-Gálvez.

El simple hecho de ahorrar más dinero tendrá un impacto mucho mayor en el éxito final que tratar de obtener mejores rentabilidades en un marco temporal más inmediato”, agrega el experto. De hecho, puede cortar décadas de nuestra vida laboral simplemente aumentando la tasa de ahorro en unos pocos puntos porcentuales.

Debemos calcular la cantidad necesaria para ahorrar e intentar que el porcentaje que destinamos al ahorro aumente un 1% cada 6 meses, puesto que no hay nada importante para el éxito a largo plazo”, aporta José Luis Herrera, analista independiente.

Fondos y cuentas de ahorro como opción predilecta

Observando posibilidades de largo plazo que eviten la volatilidad de corto plazo y puedan evitar turbulencias de aquí a final de año, hay dos alternativas claras: los fondos de inversión y las cuentas de ahorro. Pueden ser mecanismos para evitar el efecto de la inflación y el riesgo del panorama bursátil.

Sobre la primera opción, en lugar de comprar una sola acción, los fondos permiten comprar una canasta de acciones en una sola compra. “Las acciones de un fondo mutuo generalmente son elegidas y administradas por un administrador de fondos mutuos”, comenta José Luis Cárpatos, director de inversiones de Gloversia Eafi.

Eso sí, la mayoría de los inversores de fondos no son capaces de obtener rentabilidades más altas que las que ofrece el mercado. “Invirtiendo en cada una de las empresas de un mercado, en el 90% de los casos, tendrás mejores resultados que el de un fondo de inversiones”, detalla Herrera.

Es aquí donde entran en juego los fondos indexados pueden ser interesantes para algunos perfiles. La peculiaridad de estos es que invierten en índices completos (por ejemplo, en el Ibex 35, S&P 500, DAX o FTSE 100). “De esta manera, comprando una participación en un fondo indexado, estarías adquiriendo una pequeña parte de todas las compañías (u otros activos como renta fija) que forman un selectivo”, ejemplifica Cárpatos.

Por otra parte, el método en el que se asume menos riesgo y que puedes tener en cuenta de aquí a final de año es poner tu capital en una cuenta de ahorros y permitirle que cobre intereses. “Lo que tienes que tener en cuenta es que, al arriesgarte menos, las rentabilidades serán menores”, matiza Herrera. Y es que puede haber, en algunos casos, poca o ninguna devolución.

Con todo y con ello las cuentas de ahorro juegan un papel importante en la inversión, ya que te permiten acumular una suma de efectivo libre de riesgo que puedes usar para comprar otras inversiones o usar en emergencias.

Dónde invertir en esta nueva era

En el mundo que se presenta tras la pandemia del covid-19 hay muchas incógnitas, especialmente relativas al propio virus: ¿cuándo desarrollaremos una vacuna, el mundo se enfrentará a una segunda ola de contagios, etc.? Todos estos son temas muy delicados que siguen impulsando el apetito por el riesgo de los inversores.

Así pues, cada artículo o noticia que hace referencia a una vacuna es literalmente aplaudido por los mercados financieros. Desafortunadamente, es extremadamente difícil obtener ninguna ventaja en estos temas.

Sin embargo, hay algunos aspectos que se conocen en la actualidad que pueden contribuir a construir nuestra cartera de inversión.

Parece que los gobiernos están gastando todo el dinero posible. Los déficits se están ampliando hasta alcanzar máximos históricos: “en 2020 se prevé un déficit del -9,6% para la eurozona en su conjunto, un -17,4% para los EE.UU. y un -13% para el Reino Unido”, explica Gilles Seurat, gestor de fondos de multiactivos en La Française AM.

Y parece que esto es solo el comienzo. Así como la flexibilización cuantitativa de los bancos centrales se ha incrementado varias veces, los gobiernos probablemente gastarán más en el futuro si el crecimiento no es el esperado.

El gasto actual se traducirá claramente en una relación deuda/PIB significativamente más alta en el futuro. “Esta deuda extra tendrá que ser pagada eventualmente, y ciertamente pesará sobre el crecimiento futuro”, asegura el gestor. Esto significa que el endurecimiento de las políticas monetarias no es una opción, ya que los gobiernos no podrán permitirse tipos más altos.

Antes de la crisis de covid-19, ya se podía pensar que los tipos estaban limitados por arriba debido a tendencias a largo plazo como la digitalización y el envejecimiento de la población.

Ahora, el panorama está aún más claro: “debemos acostumbrarnos a rendimientos negativos, porque están aquí para quedarse”, asevera Seurat. “En el contexto actual, la deuda a largo plazo del bono soberano australiano, donde la curva de rendimiento es pronunciada, es una opción”, añade.

Las divisas también se ven afectadas. El dólar americano ha perdido su brillo y el carry es ahora mínimo con tipos de interés reales muy negativos.

Esta tendencia bajista significa que las expectativas de inflación continuarán recuperándose desde los niveles profundamente reducidos que observamos durante la crisis”, comenta el experto de La Française AM. Por lo tanto, se podría ser positivo en cuanto al punto de equilibrio de la inflación en Europa y en los Estados Unidos.

Con respecto a los activos de riesgo, como las acciones, hay un continuo tira y afloja entre la terrible situación económica y la drástica relajación fiscal y monetaria. No obstante, el posicionamiento de los inversores podría dar una señal más clara con respecto a su sentimiento.

Aunque el sentimiento de los inversores ha mejorado, sigue siendo relativamente débil en comparación con los datos históricos: los niveles de efectivo son altos, las estrategias sistemáticas como las de los fondos 'volatility targeting', que tienen bajos niveles de riesgo, e incluso los hedge funds con beta relativa con el S&P500 se encuentra en el extremo inferior del rango”, argumenta.

Esto puede significar que el pain trade es mayor para los activos de riesgo que, en igualdad de condiciones, están destinados a subir”, analiza. “Preferimos la deuda subordinada financiera (AT1), así como del crédito corporativo (tanto de grado de inversión como high yield)”, resalta.

Los bonos han tenido un rendimiento inferior a los derivados durante la crisis y, por lo tanto, podrían tener para ponerse al día. En la periferia de Europa, el gestor cree que hay que observar de cerca los bonos griegos, que muestran un atractivo perfil de riesgo/rentabilidad y que ahora están incluidos en el programa de compras PEPP del BCE.

En acciones, preferimos las empresas de gran capitalización, que han sufrido mucho menos que sus homólogas pequeñas”, expone. De igual modo, Seurat resalta que la tendencia bajista del dólar debería contribuir a dar mejores rentabilidades, sobre una base de divisa cubierta, de las acciones de Estados Unidos.

La importancia de la diversificación

En última instancia, el escenario actual invita a que la diversificación sea más intensa que nunca de aquí al final de año. Los inversores suelen mezclar acciones de valor (value) y crecimiento (growth) con otros activos, como bonos y activos inmobiliarios, para mejorar potencialmente los perfiles de riesgo y la rentabilidad de sus carteras.

Dado que el rendimiento de los distintos tipos de activos o estilos de inversión puede no estar correlacionado, el impacto sobre una cartera de determinados activos que pierden valor puede ser compensado posiblemente por otros que generan beneficios.

Creemos que es importante llevar a cabo una diversificación prudente, pero, basándonos en los resultados de los últimos 10 años o más, pensamos que debe reevaluarse el papel de las acciones value para mejorar potencialmente el perfil de riesgo y rentabilidad de una cartera”, repasan Daniel C. Chung, CFA, director de inversiones y gestor de Alger, y Brad Neuman, CFA, vicepresidente y director de estrategias de Alger.

La cuestión es particularmente relevante en este momento porque los inversores han hecho importantes inversiones en acciones value.

De los aproximadamente 9,3 billones de dólares en fondos de acciones de Estados Unidos y ETFs, sólo 2,9 billones de dólares tienen su asignación en acciones de crecimiento puro, mientras que el resto de los activos son carteras value o mixtas, según los datos de Morningstar.

Sin embargo, el fuerte aumento de este tipo de inversión ha dado resultados decepcionantes. Durante los últimos 10 años, la diversificación en acciones habría logrado el objetivo opuesto de esta estrategia: una cartera con rentabilidades absolutas más bajas y un perfil de riesgo/rentabilidad menos atractivo.

Las acciones de valor han tenido un rendimiento drásticamente inferior durante la última década, como resultado, en parte, de varios defectos en la 'filosofía' value, en nuestra opinión”, comentan los expertos de Alger.

En primer lugar, existe una dependencia de las métricas de valoración, que a menudo se basan en prácticas contables anticuadas que constituyen la base de la definición de "valor".

En segundo lugar, y lo que es más importante, invertir estas variables tiende a no apreciar los impulsores fundamentales del negocio de una empresa. Las compañías de este tipo pueden ser víctimas del "cambio dinámico" en nuestra economía y sus industrias.

Como resultado, los inversores que se inclinan por este estilo a menudo están muy inclinados hacia las empresas con modelos de negocio heredados y estrategias de gestión y de producto estancadas.

Creemos que este cambio dinámico se está acelerando por la crisis del covid, así como por otras tendencias en curso, y seguirá perjudicando la rentabilidad de las acciones value”, concluyen.

En definitiva, existen opciones que los inversores pueden seleccionar para evitar los terremotos derivados de la situación actual para proteger su capital. Solo se trata de observar correctamente dónde están esas posibilidades.

Las valoraciones vertidas por nuestros expertos son opiniones de carácter particular y no representan una recomendación de inversión concreta. Para maximizar los beneficios de tu capital consulta con un especialista para que te asesore conforme a tus necesidades.

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