El low cost ha llegado a todos los rincones de la economía. Por supuesto, para quedarse. En casi todos los sectores podemos hablar de productos o servicios low cost.
Del término inglés que, como sabes, significa bajo coste, surge toda una industria multisectorial basada en una estrategia básica en economía: el modelo de liderazgo en costes.
Pero ¿cómo funciona realmente un negocio low cost y cuáles son las claves para triunfar si lanzamos un negocio de este tipo? ¿Es aplicable a cualquier sector? ¿Cuáles son sus ventajas e inconvenientes?
Billetes de avión, trayectos en tren, prendas de ropa, comida, muebles, alojamiento… y hasta gestorías. Alrededor del low cost ha crecido toda una industria con numerosas marcas que han hecho de la oferta barata su bandera.
Su modo de atraer a los clientes es ofrecer siempre lo más barato. La calidad ha pasado a segundo plano en un entorno consumista y una cultura de usar y tirar. Por eso, en las últimas décadas las marcas low cost han pasado a facturar millones de euros.
Pero, ¿en qué se basa exactamente un negocio low cost? ¿Puede mi empresa convertirse en ese tipo de negocio como han hecho Ryanair, Ouigo, Shein, McDonalds, Ikea o Atrápalo?
Montar un negocio low cost puede resultar muy sencillo… o toda una pesadilla. Todo depende del sector y tus capacidades para implementar realmente un modelo de negocio de liderazgo en costes.
En economía se estudia como una de las estrategias empresariales: el liderazgo en costes como antítesis a la estrategia de diferenciación de producto. En el primer caso ofreces productos homogéneos lo más barato posible. El objetivo es ahorrar en costes al máximo y poder ofrecer los productos al menor precio.
En el segundo caso, inviertes en diseño, I+D y creatividad para ofrecer un producto diferente a los que existen en el mercado, de manera que puedes vender tu producto a unos precios superiores a los de tus competidores, gracias al valor añadido que le imprimes al producto.
¿Cuál de las dos estrategias le conviene más a tu negocio? Todo depende de tu situación en el mercado. Si tu potencial para reducir costes no es muy alto (una circunstancia que le podría suceder a numerosas pymes por los bajos volúmenes de pedido a sus proveedores) quizás sea más beneficioso centrarse en la estrategia de diferenciación.
La primera razón clara que te permitiría establecer un negocio low cost es que tu negocio presente economías de escala, con unos costes marginales decrecientes. A mayor volumen de producción, menor es el coste unitario.
Otra opción que te permitiría basarte en este tipo de negocio es poder aprovechar economías de aprendizaje. Es decir, que a medida que aumenta la producción, se reducen los costes gracias a la experiencia acumulada.
También justifican un negocio low cost aquellos que disponen de acceso favorable a los factores de producción o nuevas tecnologías que permiten una producción más eficiente y a menor coste que la competencia.
Además, una ubicación estratégica empresarial favorece también los negocios que compiten en costes, pues situarte cerca de clientes y proveedores, así como de los factores de producción, puede marcar la diferencia.
Las empresas con un alto poder de negociación frente a proveedores también tienen más ventajas para montar negocios low cost, Por eso, Mercadona o Carrefour, con capacidad para presionar los precios de sus proveedores a la baja, tienen mayor capacidad de ofrecer buenos precios que una frutería de barrio.
Por último, hay que tener en cuenta el mercado, analizar la competencia y estudiar muy bien las posibilidades antes de lanzarse a un modelo low cost, pues la competencia de precios a la baja con otras empresas puede llevar a ambas a la ruina.
Para mantener un modelo low cost, hay que tener en cuenta que se basa en algunas características:
Debes tener en cuenta los costes de la competencia y conseguir batirlos. El control de ingresos y gastos es fundamental.
Este modelo no se puede ofrecer de manera homogénea a todos los clientes, entre otras cosas, porque lo primero que se resiente en esta estrategia es la calidad. Por ello, tendrás que segmentar clientes en función de ofertas y necesidades para ser efectivo.
El negocio low cost funciona por volumen. Es decir, que conseguir un gran número de clientes es condición necesaria para poder sobrevivir. El objetivo es reducir los costes fijos de producción. Cuanto mayor sea el volumen, menores los costes.
Los productos, por lo tanto, deben ser lo más adecuados para un amplio tipo de clientes. Además, se pueden ofrecer en paquetes y promociones que la competencia no tenga posibilidad de hacer.
Ahora que ya sabes en qué consiste el modelo low cost y cómo implementarlo a la estrategia de marketing de tu empresa, te explicamos cuáles son las ventajas y desventajas de este modelo de negocio:
Entre las ventajas de las estrategias low cost, hay que destacar:
Entre los inconvenientes de los modelos low cost:
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