La tipología de seguros es amplísima. Tanto que puedes contratar un seguro para cubrirte de (casi) cualquier riesgo. Además de los seguros personales existen otros de prestación de servicios (por ejemplo, asistencia en viaje) y seguros de daños.
Estos últimos, los seguros de daños, o patrimoniales, son de los que más se han crecido dada su relevancia para todo tipo de situaciones: seguro del hogar, seguro del coche, seguros de incendios, seguros de robo, etc.
En esta categoría, además, se han desarrollado de manera extraordinaria los seguros de responsabilidad civil. Estos son muy útiles en determinadas ocasiones como el desempeño laboral en numerosos sectores.
Contratar un seguro de responsabilidad civil para empresas o autónomos es una garantía de tranquilidad. Protege también frente a los daños a terceros que puedas ocasionar durante el desempeño de tu actividad.
Pero, ¿sabes qué seguro contratar y en qué condiciones? Es importante que tengas un seguro de responsabilidad civil que, en efecto, te cubra ante las contingencias laborales a las que te puedas enfrentar.
Para ello, debes tener claro lo que necesitas y buscar un seguro que se adapte a las características de tu negocio. Te damos algunos consejos antes de contratar tu seguro de responsabilidad civil.
Para contratar un buen seguro de responsabilidad civil que cubra realmente las posibles contingencias, es fundamental que queden bien reflejadas en la póliza todas las actividades y servicios que ofrece tu empresa.
Desde el proceso de fabricación de bienes, si es el caso, hasta su instalación o puesta en marcha o venta de los bienes producidos. Lo mismo que los servicios que puedas ofrecer a tus clientes: cuanto más detalladas estén las actividades, mejor.
Así, en el caso de que tengas una fábrica dentro del sector lácteo será fundamental que reflejes no solo producción sino también distribución y venta.
El seguro de responsabilidad civil es una de las pólizas más necesarias para el desarrollo del negocio. Además los límites de la cobertura tienen que estar debidamente reflejados para que tenga el efecto deseado.
Aunque consideres que no necesitas una póliza de este estilo, este seguro es uno de los más básicos. Te puede salvar de más de un susto –en algunos sectores y negocios, de hecho, es obligatorio–.
Esto se debe a que cubre ante cualquier accidente o error que puedas cometer con tu empresa y que suponga un perjuicio a terceros.
Pongamos, por ejemplo, que una señora se resbala en tu tienda de alimentación y se rompe un brazo: ¿Tiene eso alguna consecuencia legal para ti? Pues sí. Y es ahí donde entra el seguro de responsabilidad civil.
El seguro de responsabilidad civil te protege ante cualquier reclamación que puedas tener de tus clientes, si estos han sufrido algún perjuicio, ya sea causado por un error o por un accidente.
Hay que tener en cuenta que el Código Civil obliga a reparar tanto daños materiales como personales. Incluyen tanto los provocados por acción u omisión a un tercero por la actividad empresarial.
La indemnización a la que te puedes enfrentar por un daño ocasionado a un cliente puede ser cuantiosa. Por ello merece la pena contar siempre con un seguro de responsabilidad civil que te cubra ante cualquier contingencia.
Tener un buen seguro, con las responsabilidades y acciones bien definidas, es fundamental dado que un accidente puede suponer la quiebra de una pequeña empresa o el negocio de un autónomo, ante las consecuencias.
El precio que tienes que pagar por tu seguro de responsabilidad civil va a depender siempre de la actividad que realices y de tu facturación. En función de los riesgos a cubrir, el seguro será más o menos caro.
Así, un seguro para un autónomo transportista, o para una pyme que se dedique al transporte de hormigón, o a la construcción, o a actividades que impliquen el uso de maquinaria pesada.
De la misma forma con el desarrollo del trabajo en entornos peligrosos tendrán una prima más alta que un trabajo de oficina.
Pero, además, la prima de la póliza de un seguro de responsabilidad civil dependerá también del número de empleados en la empresa, de la ubicación donde se desarrolla el negocio, de la facturación y del tipo de cobertura...
Cuantos más empleados trabajen en tu empresa, mayor será el riesgo a cubrir y por tanto más cara la póliza. Igual que cuanto más largo sea el camino de los domicilios al lugar de trabajo, mayor será la prima, etc.
Como ves, son muchos los factores a tener en cuenta. A ellos se pueden añadir otros a discreción del seguro como tu historial, la experiencia profesional, los años de vida de la compañía u otros.
Además, el seguro de responsabilidad civil puede incluir cobertura básica: seguro de explotación y defensa jurídica, o incluir más coberturas como responsabilidad civil subsidiaria o responsabilidad civil de productos.
En el caso de que te dediques a la fabricación de productos, este tipo de cobertura es fundamental. Te cubrirá de cualquier problema que puedan causar los mismos: alimentos en mal estado, herramientas que provocan un accidente, etc.
En definitiva, para contratar un seguro de responsabilidad civil que te cubra en el desarrollo de tu trabajo como autónomo, o que proteja a tu pyme de posibles contingencias, tienes que tener claro qué tipo de cobertura necesitas y dejarlo reflejado en el contrato.
Ten en cuenta que la cuantía anual que pagues por un buen seguro de responsabilidad civil. Es un gasto más de la empresa, pero también una inversión en tranquilidad, profesionalidad y buen hacer.
Lo más importante en un negocio tener clientes fieles y felices, y con este tipo de seguros sabrás como responder ante cualquier situación de manera rápida y sencilla. Si necesitas más información al respecto no dudes en contactar con nosotros.
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