Por qué es vital mantener la reputación, según emprendedoras españolas


Manejar una buena imagen personal puede ser fundamental para garantizar el éxito a largo plazo. Tener una buena reputación para tu negocio como directiva o emprendedora es una tarea primordial en un momento en el que los canales digitales son cada vez más amplios. Avanzar hacia las metas proyectadas puede estar en nuestra mano.

Tener una buena prensa ayuda en el camino hacia el liderazgo correcto o para generar una línea de emprendimiento encarrilada hacia el éxito. En un escenario cada vez más competitivo un activo de gran interés para las empresas es la generación de confianza y la fidelización.

Hacer frente al nuevo entorno empresarial

Son los dos conceptos que se han establecido con fuerza en el panorama empresarial actual. El saber comunicar y manejar los canales digitales para construir una buena imagen de marca personal.

En un mundo cada vez más sostenible esto se convierte en un activo más que vital. La calidad reputacional linda progresivamente con saber manejar las redes sociales, contar con un buen Community Manager, o tener una estrategia comunicativa óptima.

Según Silvina Moschini, fundadora de TransparentBusiness para emprender con éxito, es muy importante crear relaciones y capital social.“Hay que construir relaciones hacia arriba, con mentores o sponsors que nos ayuden a posicionar nuestra marca, pero también hacia abajo, dándonos a conocer".

"Por eso, cada vez más, la web juega un rol fundamental en las decisiones de las personas. Sitios de reseñas, redes sociales o plataformas, son herramientas esenciales para construir nuestro capital social”, analiza.

La cuestión es desmenuzar cómo enfrentarse a esos desafíos de mejorar la reputación en un mundo que aún no es igualitario. Por eso, tal y como cuenta Moschini, uno de los principales desafíos que tenemos las mujeres es derribar los techos de cristal: “establecer nuestros objetivos y luchar por obtenerlos”.

Tenemos que vencer ese límite que muchas veces nos autoimponemos, creemos que las cosas nos salen porque estuvimos en el lugar adecuado y en el momento justo”, añade.

Cristina Comenge, chef y cofundadora de Oído Cocina Gourmet comenta que vivimos un momento muy complejo, por lo que la manera de hacer más frente a esta transición es trabajar como siempre, con pasión e ilusión: “Creo que las mujeres somos especialmente imaginativas, creativas e intuitivas y esto es vital para identificar posibilidades en el nuevo escenario de consumo”.

Para Maite Pozo, abogada penalista especializada en derecho procesal penal, el hecho de ser mujer, más que un obstáculo, es un estímulo que sirve de aliciente para seguir adelante con todos los propósitos. “Hay que demostrar que las mujeres somos perfectamente capaces de todo lo que nos propongamos”, comenta.

Además, en la actualidad, por la situación de desarrollo tecnológico que vivimos –potenciada por la pandemia– se estarían dando condiciones propicias para favorecer el emprendimiento digital en general y el de las mujeres en particular.

El emprendimiento digital es una nueva oportunidad y no entiende de diferencia de género y, asimismo, cada mujer puede emprender a medida de su disponibilidad gracias a la organización que estos medios permiten”, cuenta Silvia Cantos Pi, facilitadora de procesos introspectivos y fundadora de Verdad Objetiva.

Principales trabas o amenazas: claves para tener en cuenta

Generar una buena imagen, con todo, puede presentar algunos obstáculos. Algunos de ellos tienen que ver más con componentes más emocionales, mientras que otros van ligados al perfil que se puede mostrar a través de los canales públicos o a la manera de abordar distintas situaciones. Mantener una buena reputación no es sencillo.

Por un lado, está el factor miedo. Sin duda, la peor amenaza o traba, tanto en el terreno personal como en el profesional es el miedo, según Loida Primo, Empresaria, Conferenciante de Alto Impacto, Mentora Ejecutiva y Autora.

Tenemos que aprender a tratarlo porque forma parte de nuestra vida, pero no podemos permitir que se convierta en nuestro enemigo, que nos paralice y nos impida avanzar, crecer, desarrollarnos”, opina.

Asimismo, la importancia de las redes sociales. Los perfiles personales en las RRSS tienen mucho que ver con esa reputación. Según Adriana Botelho, CEO KeepCoding, los consumidores lo miran, los investigan, los valoran y les influyen en comprar o no los productos o servicios.

Si estamos al frente de una empresa tenemos que ser conscientes de esta situación, y más que intimidarnos con esta nueva realidad, ponernos a trabajar a nuestro favor”, relata.

Por último, la toma de decisiones es vital. Para Comenge tiene que ser muy rápida para atender las necesidades que la coyuntura actual exige. “Ir muy rápido y a veces con recursos limitados dificulta el trabajo” y afecta a la reputación.

Mantener una buena reputación como emprendedora o directiva

Pero otra de las dificultades es cómo se puede sostener esa buena reputación en el tiempo al ocupar un importante puesto directivo o como emprendedora.

Para Lola Chicón, CEO de Smartme Analytics, proyectar una buena imagen no ha de ser un fin en sí mismo que dirija nuestra forma de actuar: “la tranquilidad y la satisfacción está en hacer las cosas lo mejor posible, poniendo siempre primero a las personas”.

Primo, por su parte, cree que esa meta se ha de cosechar no cambiando nuestra seña de identidad cómo máximas responsables de un negocio: “Ya no solo como emprendedora o directiva, sino como persona, en cada uno de los ‘roles’ que desempeñas, por lo que lo principal es la coherencia entre quién eres y lo que haces, teniendo como base tus principios y valores, tu misión, tu propósito”.

La clave es entender cuál es tu negocio, tu proyecto, tu visión, cómo vas a articular y crear tu propia historia. “Para esto la construcción de capital social y un correcto uso de las comunicaciones para apoyar el posicionamiento y amplificar los mensajes, son claves”, aporta Moschini.

Tanto emprendedoras como mujeres que ocupen cargos directivos dentro de las empresas deben prestar especial dedicación a la construcción de su imagen y a lograr una reputación saludable instalando sus mensajes en redes, foros, medios y escenarios que sean propicios para posicionarse como líderes de opinión y de la industria.

La reputación es, hoy en día, uno de los principales valores intangibles de cualquier empresa o proyecto basado, como en mi caso, en tu marca personal. “Cuidarla es, por tanto, una necesidad, pues una buena reputación te lo da todo pero una imagen negativa hará que caigas en el más oscuro abismo”, destaca Pozo.

Esto es así en todos los sectores, pero cobra especial importancia (si cabe) en ámbitos como el de la abogacía, donde es precisamente tu reputación lo que genera confianza, autoridad y credibilidad entre tus clientes”, añade.

La reputación es una consecuencia directa de cómo se nos ve, pero no necesariamente de cómo se es en realidad.

Cómo nos ven, a veces, es fruto de un proyecto de marketing y campañas para seducir”, dice Cantos. Incluso las personas, en el interior, hacen una auto-campaña sobre ellas mismas que puede no coincidir con lo que es ni tampoco con lo que ven los demás.

Puede haber tres versiones conviviendo sin que se sea consciente de ello. Las personas no se muestran siempre como son en realidad, pero se sabe que agradar en esta sociedad es fundamental para tener éxito, y se dedica mucho dinero y tiempo a fomentar el agrado”, ahonda Cantos.

Se convierte en una prioridad que puede desbancar a otras prioridades y derivar en una alteración de valores.

Por otro lado, cómo se nos ve depende también de nuestras palabras y actos, que se reflejan a través de nuestras intervenciones y también a través de la imagen que elegimos y que se proyecta en nuestro emprendimiento.

De este modo, construir una reputación y tener —o ser— esa reputación no es lo mismo. Uno puede construir hoy por hoy con los medios que existen una imagen idílica sobre su empresa y recorrido adornado con fotografías bellísimas, el relato de la heroína o del héroe y discursos potentes o un currículo inflado.

Sin embargo, esa historia creada, en algún momento, puede desvanecerse: uno puede invertir en crear una reputación o bien invertir en ser esa reputación”, matiza Canto.

¿Qué ganamos y qué perdemos en función de nuestra gestión reputacional?

La reputación se labra a base esfuerzo y trabajo bien hecho. “La forma en la que actúas tiene un impacto en la misma”, indica Botelho. La gestión debe estar primero en la actuación y luego en la comunicación para transmitir los mensajes con un estilo propio.

Lo que está claro es que la comunicación en la empresa es algo que efectivamente hay que gestionar porque es positivo para la marca, para los empleados, para el mercado, pero obviamente la raíz debe estar en el trabajo bien hecho”, profundiza.

Una mala reputación puede suponer, incluso, el hundimiento. “Tener una buena imagen responde a un estilo y una manera de hacer las cosas en tu empresa, por lo que una clave para no perderla es asociarte con gente que comparta tus mismos valores esenciales de manera que tu equipo también responda a esta filosofía de honestidad, compañerismo, solidaridad, etc.”, concluye Núria Coll, experta en salud y nutrición y CEO de Soycomocomo.es, comunidad de alimentación saludable.

Tener una buena reputación hará que tus clientes confíen en ti y crean en tu proyecto tanto como lo haces a título individual. “Si te ven como una persona cercana, confiable e íntegra, se acercarán a ti y querrán contar con tu ayuda para solucionar sus problemas".

En cambio, si la reputación es negativa porque transmites todo lo contrario, no encontrarán ninguna razón para confiar en ti y, por tanto, se alejarán”, expone Pozo.

Cuando una persona es capaz de vivir desde sus valores sin pisarlos y actuar en congruencia con ellos, está invirtiendo en su reputación y en su éxito. “Aquellas personas capaces de pisar sus propios valores humanos para conseguir algo están obstaculizando y rompiendo los fundamentos de su propia reputación”, concreta Cantos.

Cuando hablo de pisar valores, no hablo necesariamente de hacer cosas muy horribles, sino que basta con no ser verdadero, decir medias verdades, inflar imágenes, inflar campañas, mensajes o actuar en contra de alguien innecesariamente”, matiza.

De esa manera, el único obstáculo a una buena reputación es un ego con unos valores subjetivos que no sintonizan con los valores humanos comunes.

No hay inversión más útil, bella, pero sobre todo en estos tiempos necesaria, que conocerse a uno mismo, respetar lo que se descubre y liderar y emprender en la sociedad desde la genuinidad y la consideración, siendo ejemplo y no pareciendo un ejemplo”, opina Cantos.

A su modo de ver, lo que es falso no se sostiene en el tiempo, tarde o temprano se revela. Pero lo que es verdadero solo se puede empañar, nunca destruir y perdura en el tiempo. “Por ello, la mejor reputación es la verdadera porque, pase lo que pase, la verdad libera y en la verdad puedes confiar”, cuenta.

En conclusión, gozar de una buena reputación es clave del éxito a futuro de cualquier negocio. Es importante trazar una estrategia adecuada para tener una imagen positiva que catapulte a los objetivos empresariales que se han trazado.