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El capital es el motor que impulsa el crecimiento de cualquier empresa. Por ello, elegir el tipo de capital adecuado puede ser crucial, ya que determinará el éxito o el fracaso de tu negocio. En este artículo veremos qué tipos de capital hay para empresas y cuál elegir según tus necesidades y los recursos que tengas.
Préstamos bancarios, créditos, crowdfunding, factoring... Tal vez te suenen e incluso ya hayas utilizado alguno de estos tipos de capital en tu empresa. Descubre las ventajas de cada uno y elije el mejor para ti, según cuáles sean los objetivos que quieras alcanzar a corto o largo plazo en tu negocio.
En primer lugar, debes saber que existen dos tipos de capital en función de quién sea la persona que lo aporte: por un lado, tenemos el capital propio y, por otro, el capital ajeno. A continuación, te explicaremos en detalle para qué sirve cada uno y qué tipos hay.
Como su nombre indica, se trata de las aportaciones que hacen los propios socios o dueños de la empresa. Es el dinero que estos invierten inicialmente en el negocio para que este pueda empezar a despegar.
La venta de acciones es otra forma de obtener capital propio para la empresa. No obstante, esto sólo se recomienda a aquellos negocios que ya estén más que establecidos y que conozcan bien la bolsa o mercado financiero. En este contexto, la emisión de acciones puede generar capital a la empresa.
También, dentro del capital propio se pueden incluir los beneficios que la empresa reinvierte para que esta pueda seguir desarrollándose y creciendo cada vez más. Dicho de otra manera, las ganancias obtenidas se vuelven a invertir con el objetivo de conseguir ganancias extra en el futuro.
A diferencia del capital propio, cuando hablamos de capital ajeno nos referimos al dinero que no procede de la empresa, sino de terceros. Estos son algunos de los más conocidos y utilizados por numerosos negocios:
Por lo general, los préstamos suelen ser otorgados por entidades bancarias. Una vez concedido el préstamo, la empresa tiene una deuda con el banco y deberá devolver el dinero en un corto plazo de tiempo y con intereses añadidos.
A diferencia del préstamo, que puede ser obtenido de una vez y más rápidamente por parte de las empresas, el crédito se puede conseguir a plazos. Además, puedes elegir varias vías de financiación según las necesidades de tu organización: tarjeta de crédito, pedir una póliza, línea de crédito, etc.
Se crea una comunidad de usuarios online con el objetivo de que todos ellos puedan aportan capital, de forma desinteresada, a la empresa. En este sentido, las plataformas digitales tienen un papel fundamental a la hora de ayudar en la financiación de algunos negocios.
En este caso, el banco nos adelanta la cantidad de dinero que necesitemos a través de la venta de facturas que tengamos pendientes de cobro. Sin embargo, después tendremos que pagar una comisión.
Permite utilizar un bien a cambio de un pago periódico, sin necesidad de comprarlo. A diferencia del renting, que no existe un tiempo mínimo de alquiler del bien, el leasing sí que tiene una duración legal mínima de 2 años.
Se trata de inversores particulares que aportan capital y experiencia a startups o empresas emergentes y pymes con el objetivo de impulsar su crecimiento.
Aunque las ganancias puedan ser muy elevadas, lo mismo podría ocurrir con las pérdidas. Además, la inversión es alta y no todos los negocios pueden asumir esto. Por eso es tan importante que únicamente utilicen el capital riesgo aquellas empresas con gran experiencia financiera.
Además del capital propio y ajeno, podemos hacer otras clasificaciones en función del tipo de propietario (público o privado), la constitución del capital (tangible o intangible), el plazo (a corto o largo plazo) o los usos y aplicaciones que queramos darle (capital social, de riesgo, etc.)
Ahora que ya sabes qué tipos de capital existen, aquí te traemos algunos consejos que te serán muy útiles si todavía no tienes claro qué opción elegir para tu negocio. Por supuesto, se trata de salir ganando y evitar pérdidas económicas, pues estas podrían ser irreparables y llevar tu empresa a la quiebra.
Por eso, nosotros te aconsejamos tener en cuenta varias cosas antes de elegir un tipo de capital u otro:
Cuando hayas comparado todas las opciones y resuelto tus dudas, entonces sí que te aconsejamos elegir un tipo de capital u otro para tu empresa. Al fin y al cabo, se trata de una decisión estratégica que debe tomarse con cautela si quieres asegurar el crecimiento de tu negocio.
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