¿Cómo usar una landing page para mejorar tus campañas de marketing? Cuando una empresa tiene una página web diseñada y en pleno funcionamiento, empieza a fijarse en objetivos relacionados con el tráfico y la conversión.
Es probable que después de haber creado tu web, el objetivo de la conversión no sea el esperado, ya que no siempre es fácil. Para ello, hay distintas herramientas que te ayudan a captar mejor al usuario y a conseguir que adquiera tus servicios. Uno de los más conocidos es la landing page o página de destino.
Una landing page es, como su propio nombre indica, una página. En concreto, se trata de una página web que tiene el objetivo de persuadir a los usuarios a adquirir un servicio, comprar un producto, inscribirse en un curso, etc.
El recurso de la landing page resulta útil para la captación porque se centra en una oferta muy concreta, eliminando el resto de la información para evitar que el potencial cliente se distraiga con otras cuestiones. Cuando salta la landing page, el usuario verá únicamente lo que esta le ofrece.
Lo que se pretende mediante el uso de una página de destino es convencer al usuario y lograr la conversión simplificando tanto la forma como el mensaje.
A grandes rasgos, y como ya hemos explicado, una landing page sirve para lograr una mayor conversión. Gracias a este recurso, los visitantes pueden pasar a ser clientes.
No obstante, esta no es la única utilidad que podemos darle a una landing page. Además, de convertir, mediante una página de destino es posible medir el éxito de un producto, oferta o campaña específicos.
Si con ella logramos una conversión igual o mayor de la deseada, sabremos que nuestro producto interesa al público y tiene salida. Si, por el contrario, no se consigue la conversión esperada, es probable que el problema no sea el marketing sino el producto en sí.
Al comienzo del artículo comentábamos que una landing page es una página web, aunque no una página web al uso. Para evitar la confusión entre ambas, es necesario señalar cuáles son sus diferencias.
La más obvia, es el objetivo. Mientras que una web al uso es un espacio en el que informarte sobre algo y contactar si es necesario, la landing page busca vender un producto específico. Esa es la principal diferencia entre ambas, aunque no la única.
Otras de sus principales diferencias son el diseño y el contenido. El diseño de una landing page está orientado a llamar mucho la atención visualmente, y su contenido debe ser simple y escueto. En el caso de una web tradicional, no es necesario que esto sea así.
Lo último que diferencia a ambas es la procedencia del tráfico. En el caso de la página de destino, el tráfico será más específico y proveniente de enlaces enviados por email marketing, anuncios de otras páginas web, etc.
Es un tráfico más fácil de convertir, mientras que en el caso de la web tradicional el tráfico suele ser mayor, aunque de carácter más general, por lo que es más difícil conseguir leads.
Como sucede con la mayor parte de los recursos empleados en marketing, existen distintos tipos de páginas de destino, dependiendo, entre otras cosas, de dónde se incluyan:
Algunas landing page pueden situarse en páginas de inicio de una empresa, de modo que destaquen un producto o servicio concreto. De esta manera, cuando el usuario acceda a la web principal, verá la landing page y podrá clicar en ella centrándose en la oferta.
Una landing page de categoría deriva a los usuarios directamente a una de las categorías de tu web, en concreto aquella en la que se incluya el producto en el que están interesados.
En una web de venta de ropa online, puedes crear una landing page a la sección “vestidos” siempre que alguien busque un artículo de dicha sección.
Las landing page de formulario son aquellas que incluyen un formulario que permite recopilar datos sobre los usuarios, para entender mejor qué buscan y cómo puedes dárselo.
Las landing page click-through te llevan directamente a una oferta específica.
Las landing page pueden ser un recurso muy efectivo para mejorar tu conversión, es cierto, pero solo si se trabajan correctamente. Para que funcionen con tu campaña de marketing, es necesario que reúnan las siguientes características:
Este tipo de páginas suelen tener un titular que funciona como frase gancho. Tendrá que tratarse de una frase concisa, pero con el poder de atraer al usuario y transmitirle la oferta de forma que le resulte atractiva.
Es muy importante no enredarnos con florituras en el texto de la landing page. El mensaje que transmita debe ser muy claro, especialmente para evitar distracciones o bien que el usuario se aburra y no adquiera el producto.
El CTA no es otra cosa que una llamada a la acción, es decir, una frase que invite al usuario a comprar ese producto o servicio que le estamos ofreciendo. De hecho, no tiene por qué haber solo uno, sino varios. Una opción es incluir un CTA más directo y otros más indirectos.
Es importante que el usuario vea algo que le entre por el ojo, y le invite a quedarse en esa página web y no todo lo contrario. Lo mejor para ello es que el diseño sea visualmente atractivo.
Junto a estas características, pueden añadirse otras secundarias que dependerán de lo que estés vendiendo y cuál sea tu objetivo. Si es conseguir los datos de posibles clientes, es necesario incluir un formulario, por ejemplo.
En definitiva, puedes hacer llegar enlaces de una landing page a la cartera de clientes de tu empresa gracias al email marketing, así como distribuirlos a través de anuncios en distintas plataformas como otras webs o redes sociales.
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