Diferencias entre pasivo y activo en contabilidad


Los autónomos y las pymes tienen que gestionar cuestiones y rendir cuentas de diversa índole en su día a día, además de realizar su actividad principal: tributos, declaraciones, temas legales, laborales o contables.

En muchas ocasiones, sus departamentos de Recursos Humanos, Contabilidad o Jurídico son los propios emprendedores y autónomos al frente de sus empresas.

Si es tu caso, es importante que conozcas y distingas bien algunos conceptos básicos de contabilidad, de cara a tener siempre cuadradas las cuentas de tu empresa.

Contabilidad

Lo más recomendable es que las declaraciones trimestrales, IRPF e IVA, así como la contabilidad y el registro las haga por ti una gestoría. Aun así, no está de más que controles aspectos básicos para que no se te escape nada.

En esta ocasión, te vamos a explicar qué son el activo y el pasivo en contabilidad, en qué se diferencian, por qué conforman una identidad y por qué son tan importantes para las cuentas de tu empresa.

Activos y pasivos: ¿qué son? Características y ejemplos

Seguro que has oído cientos de veces estos dos conceptos: activo y pasivo son términos clave en contabilidad. Además, son una manera muy útil de conocer la situación económico-financiera de tu empresa.

El activo está formado por los bienes y los derechos de una empresa (o cualquier otra entidad) que están en su poder. Están incluidos los bienes que utiliza para producir, para vender, los que están en el almacén, los vehículos y cualquier propiedad de la empresa.

También forman parte de estos los activos financieros en su poder (acciones, bonos, etc.). No debemos dejar a un lado los activos inmobiliarios, la tesorería, los cheques a su favor, sus depósitos bancarios o cualquier otro documento que le reconozca el derecho de cobrar.

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Por su parte, el pasivo es la otra cara de la moneda. Está formado por todas las obligaciones y deudas de la empresa. Tanto las deudas, cuantía de créditos a pagar, alquileres o cualquier otra obligación de pago esta incluido en este grupo.

¿Qué diferencia por lo tanto el activo del pasivo de una empresa?

Son dos caras de la misma moneda. Como veremos, en el Balance de Situación de la contabilidad empresarial ambos deben cuadrar y conformar una identidad.

Pero son opuestos, la antítesis el uno del otro, son como el jin y el jan que permiten el equilibrio de las cuentas empresariales.

Sin embargo, en la práctica sus características son muy distintas. Los activos de una empresa pueden generar rendimientos, pero están sujetos a una amortización que les resta valor.

En el caso de los pasivos, que no son otra cosa que obligaciones de pago que tiene la empresa. La amortización tiene el efecto contrario, resta deuda pendiente de la empresa.

En este sentido, también podemos ver activos y pasivos como inversión y financiación de la empresa, respectivamente.

Así, por ejemplo, los activos de la empresa incluyen todo lo que está bajo su propiedad. Van desde un software de ordenador a edificios, coches, herramientas, máquinas o activos financieros.

Por su parte, los ejemplos de pasivo abarcan todo tipo de deudas: con proveedores, deudas financieras (una hipoteca o un crédito, por ejemplo), deudas fiscales con Hacienda, etc.

Activo y pasivo en tu empresa: el balance de situación

Todos se contabilizan y reflejan en un documento clave para la contabilidad de la empresa Este es el balance de situación y lo más recomendable es que realice de forma manual.

Es un documento contable de máxima importancia y representa la situación económica y financiera fiel y real de una empresa a final de cada ejercicio.

Balance empresa

Se trata de una foto clara de las cuentas de una empresa que se combina con otros documentos contables. Uno de ellos es la cuenta de resultados que proporciona un visionado de lo que ha sucedido en el año.

Es decir, el balance de situación es estático, proporciona una imagen global de la empresa y divide todos sus derechos y obligaciones en activo y pasivo, como se establece en el Plan General de Contabilidad (PGC).

Elementos del Activo en el balance de situación

Así, dentro del activo, el balance de situación debe clasificar todos los bienes y derechos de la empresa como activo corriente o activo no corriente, en función del grado de liquidez.

El activo no corriente incluye, el inmovilizado intangible (patentes, diseños industriales, software, etc.), inmovilizado material (edificios, maquinaria, vehículos, etc.) e inmovilizado financiero (inversiones y activos financieros a largo plazo).

coches de empresa

Por su parte, el activo corriente está compuesto por existencias (mercancía en venta, stock, materias primas, etc.), realizable (efectos a cobrar a corto plazo) y disponible (tesorería en caja y cuentas bancarias).

Elementos del Pasivo en el balance de situación

Por su parte, en el caso del pasivo, el balance de situación clasifica todas las deudas y obligaciones de la empresa. Existen tres tipos: patrimonio neto, pasivo no corriente y pasivo corriente.

El patrimonio neto es el conjunto de capital propio de la empresa que financia la empresa en primer término. Es decir, ganancias no distribuidas, aportaciones de los socios, etc.

El patrimonio neto de la empresa es un concepto clave porque está representado por la totalidad de los activos una vez deducidos todos los pasivos. Permite conocer el apalancamiento empresarial y una serie de ratios con los que analizar la situación empresarial.

Por su parte, el pasivo no corriente recoge todas las deudas cuyo vencimiento es a largo plazo, mientras que el corriente incluye deudas a corto plazo de la empresa.

En la contabilidad anual, activo y pasivo deben coincidir en una identidad contable. Aún así, su composición te permite analizar cuál es la situación financiera de la empresa en un momento dado.

¿Está demasiado endeudada?, ¿tiene una liquidez muy ajustada y podría entrar en riesgo de suspensión de pagos ante un pago imprevisto?, ¿tiene un fondo de comercio excelente? Toda esa información de tu empresa y mucha más se puede analizar tan solo con el balance de situación.

Para no acabar en problemas financieros, lo mejor es prevenir con estrategias financieras que se anticipen a estos escenarios. Desde Yoigo Negocios te ofrecemos la ayuda que necesites a través de nuestra web o en el teléfono 900 622 500.